1070 incidentes con minas antipersonales en Colombia durante 2005

Associated Press
AP
Marcelo Flores, de 56 años quién perdió una pierna y Jhonatan Ordonez, de 8 años quién perdió su mano derecha en la explosión de una mina, miran televisión en una casa de la iglesia en Bogotá, Colombia.BOGOTA (AP) – Solo la persona que delicadamente ocultó una mina en el área rural del país sabe cuanto tiempo estuvo sembrada esperando a Joan Giraldo.
El campesino de 21 años la pisó el 30 de octubre en el noroeste de Colombia y vio como su pierna derecha se tornó en un desastre. Los médicos después le amputaron la carne y el hueso que colgaba de la rodilla de Giraldo.
Antes de quedar mutilado, Giraldo ganaba el equivalente a 6,50 dólares al día, que no era mucho pero le alcanzaba para vivir en la Colombia campestre. Ahora, dice que es imposible trabajar y está esperando una prótesis que suplante su miembro perdido.
«Ha sido duro porque solo he trabajado en el campo, pero ahora me gustaría estudiar para finalizar la secundaria», dijo el campesino mientras dejaba por un lado los juegos de mesa que lo entretienen en un albergue religioso para personas lisiadas por minas en la capital.
Más allá del sufrimiento físico, el caso de Giraldo revela los efectos económicos que frecuentemente se pasan por alto, pero es uno de los aspectos que organizaciones del mundo esperan destacar el martes, en el Día Internacional contra las Minas.
Colombia ha sido golpeada severamente por las minas antipersonas y los daños que esos artefactos infringen.
Las guerrillas izquierdistas son responsabilizadas por el gobierno de la mayoría de minas sembradas a lo largo del país y parecen continuar usándolas.
Según el Observatorio de Minas del gobierno, Colombia tenía el tercer más alto número de víctimas de minas en el 2004 detrás de Camboya y Afganistán. El año pasado, el país escaló hasta la primera posición.
Celebridades mundiales como la Princesa Diana y Paul McCartney han tomado el tema de las minas, causa que también celebridades colombianas enarbolan ahora. Juanes ofrecerá en mayo un concierto titulado «Colombia sin minas» cuyos fondos se destinarán a ayudar a afectados por esos artefactos.
El número de colombianos víctimas de esas minas siguen subiendo. Desde 1999 el número anual de incidentes se incrementó hasta alcanzar la cifra récord de 1.070 en el 2005, algo así como una explosión cada ocho horas, según el Observatorio de Minas.
Las minas antipersonas quizás son la encarnación perfecta de las cuatro décadas de guerra interna en Colombia, por su mecanismo diseñado para matar o mutilar sin distinción a combatientes armados o civiles inocentes.
Colombia es signatoria del Tratado de Prohibición de Minas y dejó de producir esos artefactos en 1997 y está en proceso de removerlos de los alrededores de 33 bases militares.
Pero las tareas de remoción se ha dificultado porque las guerrillas y los paramilitares continúan sembrando esos explosivos. La mayoría de las víctimas son soldados.
Las minas antipersonas han proliferado tanto en los últimos años porque son eficientes y baratas. El costo promedio de uno de esos explosivos es de un dólar pero removerlo cuesta 1.000 veces su precio, según el gobierno.
Con una aproximación de 100.000 minas sembradas en el país, retirarlas costaría 100 millones de dólares, recursos que para el gobierno colombiano son difíciles de obtener.
«Es muy difícil ver una solución hasta que los grupos armados ilegales dejen de sembrar estas minas», dijo la directora del Observatorio de Minas, Luz Piedad Herrera.
«Si esto continúa vamos a convertirnos en un país de mutilados», agregó.

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