En Colombia, se presentan tres muertes cada día. Mientras tanto, el uso de este vehículo se masifica: ha crecido 45 por ciento en los últimos 5 años.
Los motociclistas son, hoy en día, los primeros causantes de accidentes de tránsito, según el Fondo de Prevención Vial.
Esa institución señala que comparando el período enero-mayo del año pasado con el mismo lapso de este, el aumento de accidentes en moto fue de un 26 por ciento.
En los primeros cinco meses de este año, 439 personas, es decir 2,9 cada día, perdieron la vida en calles colombianas por culpa de una moto.
En cambio, la accidentalidad vial en general descendió en 9,38 por ciento, lo cual le ‘ahorró’ al país 180 vidas.
Ciudades con situaciones críticas
En Medellín, de 180 personas muertas hasta el 31 de julio en accidentes vehiculares, en 78 casos estuvo involucrado un motociclista.
En Cali, durante el primer semestre, fueron 49 las víctimas fatales. Y en Barranquilla iban 90.
Francisco José Fernández, director del Fondo, señala que tras este fenómeno están la falta de conciencia, tanto de conductores como de peatones, el irrespeto a las normas de tránsito y el incremento en el uso de este medio de transporte.
«Hace 15 años el parque automotor de motos era muy bajito. Hoy es similar al de automotores de cuatro ruedas. Y eso incrementa los riesgos».
En Pereira, el uso de motos ha aumentado un 400 por ciento en relación con el 2005.
La versatilidad, el rendimiento del combustible y la economía de estos vehículos han ayudado a que se popularice su uso.
En los últimos cinco años se extendió más de un 45 por ciento y el Fondo estima que en un par de años más las motos serán el 50 por ciento de la totalidad del parque automotor que circula en el país.
La accidentalidad de motocicletas, un fenómeno mundial
En Vietnam, por ejemplo, cada año se incrementa en 10 por ciento el uso de motos. La mitad de conductores lo hacen sin permiso y las tres cuartas partes no respetan las normas.
Es tal la magnitud del problema en el mundo que la accidentalidad vial llegó a la asamblea general de la ONU, que lo catalogó como un problema de salud pública.
En un comunicado expedido ayer en Ginebra, la Organización Mundial de la Salud dijo que cada año 50 millones de personas sufren lesiones que, en algunos casos, incapacitan de por vida.
El uso de casco y chaleco hace que el motociclista sea visible, pero los conductores no tienen conciencia de eso.
Jorge Enrique Pedraza, del Ministerio de Transporte, dice que los accidentes se producen por imprudencia. «Las normas están, pero no podemos poner un policía a cada motociclista. Hace falta responsabilidad ciudadana «, agrega.
Carriles exclusivos podría ser la solución
El director del Fondo considera que la creación de carriles exclusivos para motos puede ser parte de la solución.
Pero, en general, las autoridades piensan que la prudencia pondría freno a la carrera de las motos contra la vida.
Desde clima hasta costos, las excusas para burlar normas
La mayoría de ciudades colombianas han adoptado normas para controlar a los motociclistas, pero aún son muchos los que se resisten.
En Montería hay día sin moto, restricción a parrillero y se exigen las normas del Código de Tránsito (uso de casco, chaleco y normas de circulación).
Los conductores monterianos argumentan el exceso de calor para no llevar casco. Antes de la entrada en vigencia del nuevo Código llevaban uno similar al usado por los beisbolistas para burlar la disposición, pero la Policía fue inflexible. Hoy muchos lo cargan sobre el tanque de la gasolina o sobre los manubrios.
En Cartagena, donde los accidentes con motos han dejado 20 víctimas , la Alcaldía mantiene constante vigilancia y se cumple el uso obligatorio de cascos y demás elementos de protección, tanto para el conductor como del pasajero.
En Leticia, la Alcaldía está exigiendo el uso de casco. Aunque ya encontró oposición de los pobladores, que le hicieron una marcha, sigue adelante la campaña, incluso con las autoridades de Tabatinga.
En Ibagué, en donde este año van 640 accidentes con moto, al despacho de la secretaria de Tránsito, Diana Kandia, han llegado a golpear las puertas a patadas porque consideran que las normas son muy exigentes. Hace dos meses, en protesta, usaron las vías peatonales para movilizarse.
Y en Cali, donde circulan 200.000 motos, cada mes se imponen unos 5.000 comparendos por daños en luces, no portar el seguro obligatorio y hasta por ir con sobrecupo.
En Pereira, el Instituto de Tránsito trabaja en la intensificación de sanciones por el no uso de casco y chalecos y en campañas educativas. Este año repartió entre los motociclistas de la ciudad el ‘Manual del Buen Motociclista’.
En Medellín se compra una moto con $ 2.500 diarios
Los concesionarios están vendiendo cerca de 1.400 motos cada mes. En la actualidad hay 180 mil circulando.
El aumento en la demanda, dicen los distribuidores, se debe a que ahora también se están fabricando en la India, Tailandia, Malasia y China, donde la mano de obra y el material cuestan menos.
Además, el incremento en las ventas está relacionado con la caída del dólar.
Ante el aumento de estos vehículos, las autoridades pensaron imponerles pico y placa, pero prefirieron intentar primero con pedagogía. Eso sí, no le van a perdonar la infracción al que vaya sin casco, al que zigzaguee entre los carros y al exceso de velocidad.
Campaña mundial por el uso del casco
La OMS intenta que el mundo tome conciencia de los perjuicios que causa la accidentalidad vial. Un estudio revela que las lesiones de la cabeza son la causa principal de muerte y discapacidad entre los motociclistas.
Las cifras son «inaceptables» y en su mayoría prevenibles, dice la OMS. Hoy, busca que países de Asia y Latinoamérica exijan el uso de casco el medio para reducir los traumatismos. Y es que la posibilidad de sufrir lesiones fatales es 9,5 % más alta en moto que en carro y la de muerte, 7,13%.
Conductores admiten descuido
«La accidentalidad en motos es por no respetar las normas y por combinar gasolina y alcohol».
Carlos Jaramillo, Montería
«Evitar los accidentes Es sencillo. Hay que ser prudentes y respetar las señales de tránsito».
Darío García, Manizales
