20 mil personas condenadas a pena de muerte en el mundo

Más de 20.000 personas de todo el mundo se encuentran «a la espera de que las maten sus propios gobiernos», según ha asegurado este jueves la portavoz del Departamento de Campañas de Amnistía Internacional (AI) en España, María del Pozo.
CNN+. Amnistía Internacional ha presentado este jueves el último informe sobre el uso de la pena capital en 2005, en el que se destaca que los países que presentan un mayor número de ejecuciones son China, Arabia Saudí, Estados Unidos e Irán.
Del Pozo ha destacado que estas cifras son «más que preocupantes» e insistió en que en este momento «más de 20.000 personas están contando los días que faltan para que el Estado les quite la vida». Sin embargo, ha reconocido que cada año son más los países que apuestan por la abolición de esta práctica.
«La pena de muerte constituye la negación máxima de los Derechos Humanos y es utilizada por muchos Gobiernos como herramienta para la represión política al ser una decisión irrevocable», ha asegurado del Pozo.
En este sentido, desde AI se rechaza la «injusticia» a la hora de aplicar estas penas. «En la mayoría de los casos las personas que son ejecutadas no son las personas que cometen los peores delitos, sino aquellos que no tienen dinero para pagar los mejores abogados», ha asegurado la portavoz.
Tendencia hacia la abolición
A pesar de estas «espeluznantes cifras» sobre la pena capital, María del Pozo ha destacado que existe una clara tendencia hacia la abolición de esta práctica. «Cada año son más los países que abolen esta pena, ya son 86, a los que se han sumado hace poco México y Liberia».
En el caso de los ciudadanos españoles, desde Amnistía han celebrado la anulación de la pena capital para el español Paco Larrañaga, condenado en Filipinas. Además, este país ha conmutado todas las penas de muerte que existían.
Otro español, Pablo Ibar, se encuentra en el corredor de la muerte en Florida, y Nabil Manakli, español de origen sirio, está condenado a muerte en Yemen al admitir su delito después de haber sido sometido a torturas antes del juicio.

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