Inmigrantes protestan en EE.UU. contra nuevas leyes

HELENA POLEO
El Nuevo Herald
C.M. GUERRERO / El Nuevo Herald
UNA GRAN concentración tomó los alrededores del Orange Bowl, donde el tráfico colapsó dede las 3 de la tarde.Miles de personas faltaron a sus trabajos ayer en Miami-Dade y Broward para apoyar un boicot nacional a toda actividad laboral, comercial y cultural con el que inmigrantes esperan hacer sentir su peso político y económico en Estados Unidos.
Ondeando banderas americanas y de sus países natales, miles de inmigrantes se unieron a marchas, vigilias y concentraciones organizadas por una coalición de organizaciones pro inmigrantes del sur de la Florida, así como en otras ciudades del estado.
La ciudad de Homestead amaneció casi paralizada. Cuna de un gran número de inmigrantes que se dedican a labores agrícolas o la construcción, la mayoría de los negocios hispanos no abrieron sus puertas.
Alrededor de las 9 a.m. comenzó una misa en la Iglesia Católica Sagrado Corazón que se prolongó por casi una hora. El templo no fue suficiente para acoger a todos los fieles, muchos de los cuales acudieron vestidos con trajes típicos y de domingo.
Luego, los integrantes de una manifestación marcharon por las calles de Homestead, y algunos de ellos viajaron hasta Miami para participar en más actividades pro inmigrantes.
»Esta manifestación es la mayor que he visto en mi vida. Ya era tiempo. A ver si de esta vez nos escuchan porque nosotros sólo queremos papeles, no queremos nada más», dijo un joven mexicano que se identificó sólo como José.
La marcha de apoyo a los inmigrantes en Miami paralizó virtualmente el tráfico por la Calle Ocho desde Tamiami Park al mediodía de ayer, con centenares de vehículos atestados de banderas circulando en medio de un estruendo de cornetas y bocinas.
»Fue sorprendente», dijo Hernando Torres, un activista de la organización Colombianos Pro Inmigrantes, que organizó la caravana. «La primera caravana de hace un mes apenas reunió unos 70 carros. Esta vez llegaron más de 500 vehículos».
El activista colombiano dijo que la policía les obligó a iniciar la caravana antes de tiempo, rumbo al Orange Bowl, debido al descomunal congestionamiento que estaba causando la concentración.
El tráfico en los alrededores del Orange Bowl comenzó a colapsar desde las 3 p.m., cuando llegó el grueso de la caravana. Entre 5,000 y 10,000 activistas se reunieron en el estadio, estimó el jefe de la Policía de Miami, John Timoney, quien también proviene de una familia de inmigrantes.
»Hoy ha sido un gran día», aseveró el jefe, quien agregó que las manifestaciones se realizaron de forma pacífica. «Hemos estado todo el día supervisando la manifestación, tanto desde los helicópteros como desde tierra».
Buena parte de los centros comerciales en los alrededores habían decidido cerrar »en apoyo de los inmigrantes», como rezaba un cartel en un edificio comercial de la avenida 12 y la calle West Flagler.
La protesta también se hizo sentir en Broward, donde un aviso en la puerta del restaurante La Granja, en Dania, explicaba que los 13 restaurantes de la cadena habían cerrado por falta de personal.
En un Sedano’s de Hollywood, las ventas eran alrededor de 30 por ciento más bajas que lo normal, según el gerente Pedro David Padilla.
»Las ventas han sido muy lentas», acotó Padilla, quien agregó que sólo dos de los empleados le habían pedido el día libre, pero que sabía que muchos de ellos asistirían a las actividades luego de su jornada laboral.
La industria de la construcción se vio muy afectada por el paro. Obras en ambos condados sufrieron fuertes bajas en la asistencia al trabajo.
»Normalmente tengo a 140 obreros, y hoy sólo vinieron 10 trabajadores», afirmó la administradora de un proyecto de condominios en construcción en Hallandale, quien prefirió no dar su nombre.
En Fort Lauderdale, una coalición de iglesias primordialmente haitianas convocaron a una manifestación frente a la corte federal del downtown de la ciudad.
»Hemos rezado todo el día, pidiéndole al presidente que sea justo», afirmó el reverendo Ivalier Duvra, uno de los organizadores del evento.
Las escuelas de Miami-Dade, especialmente las ubicadas en el centro y sur del condado, tuvieron gran ausentismo debido al paro de los inmigrantes, que entre otras cosas decidieron no mandar a sus hijos a la escuela.
El nivel de asistencia fue un 10 por ciento menos comparado con el que se registra diariamente, aseguró el portavoz del sistema escolar, Joseph García.
»Evidentemente lo que causó este nivel de inasistencia fue el paro de los inmigrantes, no hay otra explicación», dijo García.
Las escuelas de Homestead fue donde más ausencia se registró ayer. Menos del 60 por ciento de los niños acudió a la secundaria e intermedia Homestead.
Las autoridades del sistema utilizaran los mismos parámetros que usan cuando un niño falta cualquier otro día a la escuela, indicó el portavoz.
Si bien los cubanos no salieron masivamente a las calles, sí estuvieron representados en la manifestación. Algunas banderas cubanas ondearon en las caravanas de autos que viajaron desde el suroeste del condado hacia el Orange Bowl.
»Es incierto que los cubanos no apoyamos la marcha», declaró Alcibiades Méndez, que emigró de Cuba en 1991. «Están tratando de dividirnos, pero somos tan inmigrantes como un nicaragüense o un venezolano».
Agrupaciones como la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y el Movimiento Democracia respaldaron la manifestación.
El arzobispo John Favalora celebró una misa en la Iglesia St. Martha de Miami Shores en apoyo a la campaña.
»No teman, la Iglesia siempre estará con ustedes», declaró el arzobispo ante casi 200 feligreses. «Este es un país que se ha creado de inmigrantes desde el principio».
Sin embargo, el religioso agregó que la Arquidiócesis de Miami no apoyaba el boicot de ayer. »Hoy es un día de estudio y plegaria», acotó.
El senador federal por la Florida Mel Martínez emitió una declaración en la que desestimó las marchas.
»Las actividades de hoy son primordialmente contraproducentes para nuestros esfuerzos de una reforma extensa. Los boicots y las protestas no van a resolver esto», declaró Martínez. «Este tema no se va a resolver en las calles. Requiere una acción meditada del Congreso».
Los reporteros de El Nuevo Herald Ketty Rodríguez, Wilfredo Cancio, Rui Ferreira y Casto Ocando contribuyeron a esta información.

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