Echemos un vistazo a nuestra lista de los 5 tipos de criminales más buscados de la red.
Los timadores
Un timador siempre buscará a una víctima incauta que se encuentra en un lugar que le resulta poco familiar, y le atraerá con un cebo que le resulte interesante. Así, no es de extrañar que Internet sea un medio tremendamente atractivo para los que buscan ganar dinero a través de engaños y fraudes.
Ejemplos los vemos a diario en mil y un mensajes de correo electrónico no deseado que nos intentan convencer de que nuestro banco quiere que le enviemos nuestros datos secretos. Es el llamado «phishing». Gracias a estos datos, los timadores pueden realizar cargos en nuestras tarjetas de crédito y cuentas corrientes antes de que nosotros nos podamos dar cuenta de lo que está pasando.
De igual manera, otras tácticas fraudulentas clásicas han prosperado gracias a la comunicación instantánea que ofrece la red. Hablamos de las organizaciones piramidales, que prometen beneficios a cambio de poco dinero, y que se basan en que nosotros tenemos que engañar a gente que engañe a gente que engañe a más gente, para así estar situado más arriba en la «pirámide».
Por último, uno de los fraudes más conocidos es el de los nigerianos, en el que se nos ofrece una fortuna «bloqueada» en un país africano y se nos pide datos bancarios o un pequeño adelanto para que se nos traspase una enorme cantidad de dinero.
Más que un antivirus, la mejor prevención para este tipo de crímenes es la precaución y el sentido común.
Los traficantes de datos
La pregunta retórica ¿cuánto vales? parece tener una respuesta concreta en la era de Internet. Concretamente, lo que vales es lo que valen tus datos personales… y no es mucho. En la era de Internet, una empresa o individuo puede hacer una fortuna consiguiendo datos personales, especialmente correos electrónicos válidos.
¿Cómo? Existen muchos métodos, aunque el preferido por 9 de cada 10 cibercriminales es el de las cartas en cadena. ¿Quién no ha recibido uno de esos mensajes que acaban con un «pásalo»? Lo más seguro es que si lo hacemos, estemos haciendo muy feliz a alguien que lo único que quiere es conseguir tantos e-mails como sea posible para venderlos, a precio de oro, a una empresa que nos bombardee con publicidad no deseada.
Otro sistema consiste en disponer programas automáticos que navegan por Internet a la caza de cualquier dirección de correo electrónico presente en una página web o foro de discusión. Es por ello que cuando queremos escribir nuestra dirección, es conveniente hacerlo de manera que una persona la entienda pero un programa no. Por ejemplo: canaltecno arroba terra punto es.
Los piratas
Los piratas son un grupo muy heterogénero, con una gran variedad de tipos, dexteridad, y motivaciones. La inmensa mayoría de grupos organizados a través de Internet no buscan un beneficio económico del hecho de copiar películas, juegos, o programas varios, y combinan a dosis iguales un idealismo antisistema mal entendido, ansias de popularidad, y puro entretenimiento.
También existen los grupos organizados que son verdaderas mafias de la copia ilegal, o incluso pequeños piratas que venden juegos, programas, o películas al «por menor», aunque estos son generalmente mal vistos por la comunidad que tiene como lugar de congregación las redes «peer-to-peer» y cuya única presencia en Internet es en forma de anuncios ofertando sus servicios.
Los diseñadores de virus
En franco declive, los diseñadores de virus han sido desde siempre un grupo muy bien perfilado. Estudiantes universitarios o programadores hechos a sí mismos que buscan hacerse un hueco en la industria de la seguridad informática, llamando la atención de las empresas gracias a la popularidad de sus creaciones.
Si bien estos métodos funcionaron antaño, cada vez se ven menos ejemplos de diseñadores de virus que acaben en compañías tipo Norton o Mcafee, con un buen sueldo, y no en la cárcel o en casa de sus padres después de haber pagado una multa millonaria.
Los hackers/crackers
Desde los inicios de la informática, estos han sido los cibercriminales mejor vistos públicamente, con un aura de rebelde antisistema que los convertía en héroes románticos de la generación cyberpunk.
Sin embargo, dentro de esta categoría hay verdaderos indeseables de Internet, con delitos que van desde la «ciberextorsión», o pedir dinero a cambio de no atacar un sitio web, hasta la infección con troyanos de miles de ordenadores para obtener acuerdos monetarios con compañías de spam para instalar en dichos ordenadores un programa spyware concreto.
Todavía existen muchos que se dedican simplemente a atacar sistemas para demostrar que pueden entrar en ellos, sin causar daño alguno, pero desgraciadamente, la inmensa mayoría busca un beneficio económico, y causa pérdidas millonarias en muchas empresas, ya sea por encargo o, como hemos dicho, para extorsionarlas.
La pregunta sigue quedando en el aire… El cibercrimen ¿paga? Es posible que para algunos la respuesta sea afirmativa, pero con la especialización y mejora de los organismos contra este tipo de «cibercacos», puede que muchos de los que ahora se aprovechan de la red, caigan en las de la policía.
