Los Miguelitos y el peligro en los cauchos

Es común que en asaltos y fugas de delincuentes estos lancen los llamados “miguelitos” al camino para que la policía no los pueda perseguir, pero ¿Por qué se llaman así?.
En el resto de Latinoamérica esta herramienta del hampa es llamada “abrojo”, y consiste en cuatro o más púas metálicas dispuestas en forma de tetraedro de manera que cuando se lancen al suelo siempre una de las puntas quede hacia arriba, provocando pinchazos en los vehículos que van en persecución.
Según Wikipedia, antiguamente también se usaban para afectar el avance de caballos, camellos, elefantes de guerra o soldados.
Los primeros miguelitos fueron usados en el año 331 antes de cristo por los romanos. Sobre esto un historiador de la época decía que “los carros armados usados en la guerra por Antíoco y Mitridates aterrorizaron a los romanos al principio, pero luego hicieron burla de ellos. Como un carro de este tipo no siempre encuentra terreno llano, el mínimo obstáculo lo detiene. Y si uno de los caballos resulta muerto o herido, cae en manos del enemigo. Los soldados romanos los inutilizaron con la siguiente estratagema: en el momento en que el combate comenzó, esparcieron abrojos por el campo de batalla, y los caballos que tiraban de los carros, corriendo a gran velocidad sobre ellos, fueron infaliblemente heridos. Un abrojo es un artefacto compuesto por cuatro pinchos unidos de tal forma que de cualquier manera que se lance al suelo, descansa sobre tres y presenta el cuarto hacia arriba.”
En nuestro país es común que se usen tras asaltos a bancos o empresas y también después de los llamados “alunizajes” a tiendas y los famosos robos de cajeros automáticos con oxicorte.
Los miguelitos no son llamados así solo en Chile, sino que también en países con pasado revolucionario como México, Uruguay, Argentina y Honduras. El nombre previene del mítico líder del MIR y padre de MEO, Miguel Enriquez, quien los usaba masivamente cuando lideraba las protestas contra Eduardo Frei Montalva a fines de la década del 60.
El libro “Miguel Enríquez y el proyecto revolucionario en Chile: discursos y documentos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria” cita una de las tácticas utilizadas por el líder del MIR contra la Dictadura. En un párrafo señala: “Desarrollar todas las formas de boicot y sabotaje menos a la política de la dictadura: trabajo lento; deterioro de máquinas e instalaciones; aumento de los gastos de luz, agua, combustibles en industrias y oficinas, trabajo mal hecho; utilización intensiva de los servicios de luz, agua, etc, allí donde se pueda encontrar la forma en que ello no perjudique nuestro presupuesto; instalación de “miguelitos” en las calles para obstaculizar los patrullajes nocturnos; etc”