María de la Luz González
El Universal
Martes 30 de mayo de 2006
Algunas parecen tener 16 o 17 años de edad y visten discretamente para no despertar sospechas.
Los días de visita llegan temprano a los reclusorios del Distrito Federal y no se forman ni pasan por los estrictos controles de ingreso.
Son mujeres que entran a los penales para ejercer la prostitución, con la complicidad de custodios, empleados administrativos y algunos internos.
Patricia Colchero, de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) explicó: «Algunos de los internos que utilizan los servicios de sexoservidoras lo hacen porque no pueden cubrir los requisitos para recibir visita íntima, que son absurdos, pues deben comprobar documentalmente la relación de matrimonio o de concubinato».
La investigadora Elena Azaola dijo que lo cuestionable no es que los internos resuelvan así la falta de visita íntima, «sino que esto sea fuente de negocio para el personal de los reclusorios».
