Testigo de masacre tuvo que mentir

Testigo clave de masacre de policías en Jamundí dice que cambió su versión para proteger su familia
Se trata de Edver Fajardo, quien denunció que él y los suyos fueron secuestrados por hombres del coronel (r) Bayron Carvajal, ex comandante del Batallón de Alta Montaña, involucrado en el hecho.
Según Fajardo, su retención se produjo para que él cambiara las denuncias contra el oficial, sobre supuestas relaciones con la mafia. Eso marca una nueva modificación en el testimonio de Fajardo.
«Me cayeron donde estaba, el chofer de ese h.p. de Bayron. Me apretaron, me dieron una golpiza, casi me matan», dijo vía telefónica a un miembro de inteligencia, a quien le pedía angustiado que le ayudara y quien grabó la conversación.
Fajardo estaba bajo protección de la Fiscalía, pero a finales del año pasado renunció al programa y volvió al Valle, donde, según él, se lo llevaron Vélez y Muñoz, hombres que trabajaban para el coronel.
«Me dijeron que tenía que decir lo que decía (en un documento de una notaría) o si no me embalaban o me mataban, que no volvía a ver a mi hija. Les dije: listo. Dígame, qué podía hacer, retractarme o me mataban», dice la grabación.
Y así fue. En el juicio se presentó una declaración de Fajardo, ante notario, donde denunciaba presiones de fiscales, policías y políticos para declarar contra el coronel. También apareció una versión de su esposa. «Se la llevaron en un carro a Riofrío. A ella la obligaron a decir algo por allá», hasta que quitara la demanda, aseguró.
Luego de estas declaraciones, la defensa presentó a Fajardo como su testigo y el Ejército lo dejó bajo su custodia. Ahora, Fajardo pidió volver al programa de la Fiscalía. La pregunta obligada es: ¿Qué tanta credibilidad le dará el juez a un testigo que ha cambiado sus versiones varias veces?
Según Fajardo, cuando estaba en las Farc, cogió a cuatro hombres con un cargamento de coca cerca de Potrerito. La droga era de Figueroa, un narco con quien negoció devolvérsela a cambio de 600 millones de pesos.
El testigo dice que cuando salió de las Farc se volvió informante del Ejército, concretamente de Bayron Carvajal y de un capitán Camilo. Dijo que una vez iba con Camilo y en el carro llevaba droga, recogieron a Carvajal y se fueron a una finca. Allí los esperaba Figueroa. «Tranquilo que este ya es de nosotros’, dijo el oficial al narco. Desde allí, asegura, se volvió testigo de muchas ‘vueltas’.
La masacre de los diez policías y un civil a manos del Ejército en Jamundí (Valle), se produjo el 22 de mayo de 2006.
REDACCIÓN JUSTICIA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *