Asaltos y 'raponazos' (22 al 28 de octubre de 2007)

Asaltos y ‘raponazos’
La seguridad en Bogotá, que en varios rubros registró en el 2006 las mejores cifras desde 1998, hoy vuelve a ser motivo de preocupación para los capitalinos.
En las dos últimas semanas, tres notorios asaltos nocturnos hicieron sonar las alarmas: cuatro delincuentes se ‘apoderaron’ del céntrico hotel Dann y asaltaron a varios huéspedes; y las oficinas de dos edificios, en el parque de la 93 y en la carrera 13 con calle 32, fueron saqueadas. Aunque hubo capturas, estos incidentes son serios. Sin hablar de atracos en la calle y en los buses, o los robos en TransMilenio. Los ‘raponazos’ de joyas y celulares y los carteristas son la constante queja de los bogotanos.
Aunque el oficial Sistema Unificado de Información de Violencia y Delincuencia no ha vuelto a publicar sus boletines en internet, el Informe de Desarrollo Humano para Bogotá, del Pnud, la Fundación Seguridad y Democracia y la Cámara de Comercio de Bogotá, que hacen seguimiento a la situación en la capital, coinciden en que hay motivos de preocupación. Según una encuesta de las dos últimas, para uno de cada cinco bogotanos el principal problema, por encima de los trancones o el estado de las vías, es la inseguridad. Y no es solo percepción.
Aunque los índices de homicidios o hurto de vehículos bajaron en el 2006, el hurto a personas -que se disparó desde el 2004- subió, así como el secuestro extorsivo y el terrorismo. Según la Fundación Seguridad y Democracia, en el 2007 han subido el secuestro, la extorsión y el hurto a residencias, y el hurto a personas sigue siendo preocupante. Es decir, no solo los atracos de alto vuelo son un problema.
A dos semanas de las elecciones, este es, sin duda, un tema al que conviene que los electores presten toda su atención, y que debe ser prioritario en la agenda de los candidatos. Los 17.000 policías que tiene Bogotá son la mitad de los necesarios, según estándares internacionales. Cámaras de vigilancia; desarme; que la seguridad tenga una Secretaría y no una Subsecretaría, como hoy; mecanismos de prevención y solidaridad: estas son, entre otras, las propuestas que se discuten. Y bienvenido el debate. A menudo se olvida que lo más fácil es dormirse en los laureles de la reducción de la tasa de homicidios de estos años. Los llamados ‘delitos menores’ son igual de importantes para el ciudadano. Y las señales llaman a tomar medidas urgentes.
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Redactor de EL TIEMPO.

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