Causas de una deficiente respuesta policial
Sin duda por varios factores, es complicado proteger a una urbe tan extensa como lo es Lima y con más de 8 millones de habitantes. Para ello contamos solo con 29.000 policías como promedio. En varios artículos señalaba que en este tema es más importante la calidad que la cantidad, y es precisamente allí donde también tenemos grandes carencias.
Nuestros policías no cuentan con la capacitación y el entrenamiento adecuado, carecen de una logística y equipamiento apropiados, tienen unos sueldos tan bajos que se ven en la obligación de trabajar en sus días de descanso, con lo cual entran en un círculo vicioso que merma sus capacidades, para que puedan actuar con eficiencia al momento de combatir el crimen. Veamos, casi la mayoría de los policías trabajan sus días de descanso y digamos que un policía está en el sistema de 24 por 24 horas.
Tiene dos opciones a la semana: trabajar 3 días de 24 horas y «descansar» 4 días o laborar cuatro días de 24 horas con 3 días «libres». En el primer caso, se suman 120 horas de trabajo a la semana, en el segundo es de 132 horas. Por lógica, un policía no puede estar 100% operativo con ese ritmo de trabajo, ya que se altera su estado emocional y físico. Ello le produce estrés, que se traducirá en irritabilidad y falta de concentración.
El trabajo de seguridad es una labor por si estresante, y lo ideal es que se trabaje 8 horas como máximo con 2 días de descanso a la semana, solo así se podrá tener a un personal 100% operativo, a estas alturas del artículo ya sabemos por qué no podemos tener a la policía que la mayoría de los ciudadanos anhela, si a ello le sumamos los bajos sueldos que perciben y los problemas internos que existen en su institución, estamos ante un personal en muchos casos desmotivado.
Con este nuevo reglamento para la prestación de servicios extraordinarios complementarios de la función policial, mediante el cual se formaliza el empleo de los policías en sus días de franco, en mi opinión una de las finalidades de este reglamento es establecer un control estadístico de la labor policial en el País, lo cual esta muy bien. Sin embargo, lo ideal es que los policías ganen un sueldo que les permita vivir, sin recurrir a trabajar para terceros.
En mi opinión lo que se da en la práctica es alquilar la autoridad, un policía que cuida diversos establecimientos privados como restaurantes, hoteles, supermercados, casinos o discotecas, lo hacen portando el uniforme policial, su arma de reglamento, y «la investidura que le da ley», en mi opinión lo que en la practica sucede es que se esta alquilando la autoridad.
La actuación policial debe generar confianza y tranquilidad en la ciudadanía, cosa que no ocurre según las últimas encuestas. Cuando hablamos de la institución policial, hablamos de una amplia brecha entre lo deseable por parte de la ciudadanía en cuanto a su actuación y lo posible de acuerdo a la actual realidad policial. La verdad es que el Estado no pone los puntos sobre las ies en un tema que a todos luces es una papa caliente, ya desde muchos años atrás.
Para los políticos al no ser una medida popular una reforma en la policía, estamos hablando de casi 94.000 policías en actividad, más jubilados y familiares. Son una cantidad de votos nada despreciable, por ello dejan pasar una reforma que hoy es más que urgente. Hoy la seguridad ciudadana es la finalidad de la actuación policial, la policía debe cubrir como misión los requerimientos, expectativas y necesidades que la sociedad demanda.
La prevención del delito es una obligación de cualquier Estado, dicha obligación deberá abarcar todas aquellas medidas de carácter político, jurídico y administrativo, dicho de otra manera son aquellas políticas, medidas y técnicas encaminadas a inhibir las transgresiones de la ley en ese orden de ideas.
Finalmente, ante este panorama es importante que la ciudadanía asuma una cultura de prevención, teniendo en cuenta que la demanda de seguridad en las personas es distinta.