Cuando aumentan los riesgos ciudadanos
El déficit de la seguridad pública, en la mayoría de ciudades de Latinoamérica, es real. Son muchas las variables de riesgo ciudadano, un abanico de delitos que se dan en diversos ámbitos de las ciudades, incluído el propio hogar.
Los accidentes de tránsito que cada año cobran cientos de vidas, los locales públicos que no cumplen con las mínimas medidas de seguridad preventiva, o con los mecanismos inapropiados de algunos Gobiernos para hacer frente a fenómenos naturales, por todo esto, hoy en las ciudades debemos andar con mucho cuidado, asumiendo una cultura de seguridad preventiva de acuerdo a nuestro riesgo.
Desgraciadamente, tenemos la obligación ante los diversos riesgos ciudadanos de vivir a la defensiva. Hoy las ciudades con sus violencias te golpean, te hieren de distintas formas y maneras, en las calles predomina el arte de la ofensa, de la agresividad; en las esquinas, en el transporte público o cuando conducimos nuestro vehículo.
La mayoría de los ciudadanos ha tenido que cambiar su ritmo de vida, incluso sacrificando su calidad de vida. Hoy se vive en la incertidumbre de que podamos ser la próxima victima. Para algunos analistas, y muy pocos periodistas, se cuestiona la idea de si hay una inseguridad ciudadana real o son leyendas urbanas aumentadas por el morbo de algunos medios de comunicación. La verdad es que si no se manejan cifras científicas de tasas delictivas será muy difícil saber a ciencia cierta qué es lo que realmente pasa en la ciudad.
Ello ocurre en la mayoría de los países de la región. Al no tener cifras reales se especula con los riesgos de nuestras ciudades. ¿Cómo enfrentar de forma eficiente a un enemigo que no conocemos bien, cuando las instituciones de seguridad pública y justicia vienen atravesando problemas, no sólo de recursos, sino también de corrupción?
Cuando un trámite tan simple como presentar una denuncia se vuelve engorroso, como decía Balzac, cuando la burocracia se convierte en una máquina gigantesca, manejada por pigneos, la mayoría de los ciudadanos nos encontramos en problemas. Ante fenómenos como estos, debemos ir más allá de las simples formalidades. Está claro que estamos ante un problema social, es una temática compleja y multidimencional, pero las autoridades tienen la obligación de enfrentar con seriedad y conocimiento estos fenómenos, no sólo trabajar los efectos, sino también las causas.
Finalmente, la inseguridad ciudadana es un fenómeno tan importante que en la firma del tratado de Lima en la última Cumbre, se tocaron cuatro puntos que tienen que ver con esta temática.