El preocupante avance de la delincuencia juvenil
Una de las más grandes preocupaciones en temas de seguridad en Latinoamérica es la delincuencia juvenil, que son los delitos, contravenciones o comportamientos socialmente reprochables, que cometen los menores de edad considerados como tales por la ley, no cabe duda que estamos ante un fenómeno altamente complejo y de factores multi causales, pero los que tenemos la responsabilidad social de aportar nuestras experiencias, conocimientos o capacidad debemos ir mas allá de la denuncia, comentario o queja, debemos plantear alternativas viables de solución públicamente, en mi opinión son varias las acciones que se deberían realizar, por ejemplo se debería poner un mayor énfasis en los factores causales-preventivos, como una educación de calidad, la protección del núcleo familiar asi como oportunidades laborales decentes para los jóvenes en alto riesgo, el enfoque tiene que ser integral por ello la importancia que se mejore y profesionalice la calidad de la policía en como enfrentar la violencia juvenil, al igual que la justicia y otras instituciones de la seguridad publica.
Hoy Latinoamérica en general sufre los embates de la delincuencia juvenil, desde los adolescentes que cometen los hurtos en las calles hasta el accionar de las temibles pandillas juveniles, que convierten como suyas varios espacios de la ciudad. Ante esas acciones y con legitimo derecho la ciudadanía reclama por mas seguridad, algunos analistas sostienen que la solución esta en la mano dura, proponen un resultado positivo encarcelando a menores, aumentando fuerzas policiales en las calles, castigos y penas más severas, pero si analizamos los Países que adoptaron la propuesta de la mano dura observaríamos que casi todos terminaron en grandes fracasos, como ejemplo de ello podríamos leer el informe de la agencia de desarrollo de los Estados Unidos de Norteamérica que señala un análisis sobre tres Países donde se aplico la llamada mano dura, y donde el fenómeno del pandillaje juvenil tenia cifras muy altas y de violencia extrema.
Guatemala, El Salvador y Honduras en todos ellos el resultado fue que sus cárceles se hacinaron aun más de jóvenes en su mayoría pobre, a pesar de ello el delito y la violencia no disminuyen, este interesante informe llega a la conclusión de que la mano dura esta motivada políticamente ya que es más fácil golpear a los integrantes de las pandillas de jóvenes delincuentes que encarar los problemas sociales que se hallan detrás de su existencia, como la exclusión social, desigualdad de ingresos, oportunidades dignas de trabajo, escasa o mala educación, falta de servicios básicos en sus comunidades, extrema violencia intra familiar, asi como una mezcla de patrones culturales muy singulares, las estadísticas señalan que uno de cada cuatro jóvenes Latinoamericanos están fuera del sistema educativo, del mercado laboral y en muchos casos su familia vive en la precariedad, estamos ante un numero importante de población juvenil que se encuentra excluida se calcula que son 50 millones de jóvenes que se encuentran fuera de todo y por tanto se sienten acorralados por la sociedad,»quien nada tiene…nada pierde».
Los Países que han tenido exito en combatir a la criminalidad, de acuerdo que son una realidad muy distinta, pero en cuento a estrategia no practicaron la política de la mano dura. Noruega, Dinamarca, Suecia, ellos tienen la mejor arma un reconocido modelo social que asegura una buena educación, salud y empleo digno para todos, los resultados el promedio de 1.1 homicidios por cada 100,000 habitantes, cuentan con un numero de policías muy pequeños respecto a sus poblaciones, eso si muy bien calificados y entrenados, con sistemas y equipos de ultima generación, ante ello es valido preguntarnos ¿qué es mas costoso construir una celda o un aula? Además, la seguridad no la debemos construir solamente a base de represión.
Debemos empezar a trabajar en el grupo de mayor riesgo de la sociedad que son los adolescentes y jóvenes, los trastornos de conducta en ellos trascurren en forma escalonada, incrementándose progresivamente su gravedad, por mi experiencia personal al trabajar un año de asesor de la alta dirección en el sistema penitenciario, puedo afirmar que tras la historia de un delincuente hay antecedentes de vandalismo, de fuga del hogar, de deserción escolar, de violencia intra familiar, de exclusión social, de consumo de alcohol y drogas, de hogares fracturados, definitivamente se observa en la gran mayoría de los delincuentes un deficiente proceso de socialización primario, esta claro que entre mayor sea la deficiencia de la familia como agente de socialización del niño mayor será el riesgo de delincuencia y/o perturbaciones del comportamiento en el adolescente o joven.
Finalmente un factor interesante a tomar en cuenta es que los delincuentes o quienes pueden serlo potencialmente, realizan un calculo de probabilidades de ser detenidos y en caso de ser detenidos las posibilidades de ser efectivamente sancionados, si estas son escasas, seguiremos con cifras delictivas altas y en crecimiento.