La ciencia política se encuentraen un proceso de autoidentificación que continua siendo difícil a pesar de sulejano origen, cuando la cultura griega, inserta dentro de la filosofia,originaba definiciones propuestas a través de Platón y Aristóteles, paramencionar los mas destacables.
En este proceso incidenlógicamente los intereses, las emociones, los sentimientos. Nada es una verdad absoluta, y por lo tantose han generado corrientes de politicólogos que aspiran a construir una cienciaaséptica, con un objeto difuso y poco claro.
Identificamos el objeto de laciencia política con el conocimiento de los procesos políticos y las conductaspolíticas. En este sentido, si hablamos de procesos nos referimos a observaruna realidad determinada, y detectar en ella los diversos grupos queinteractúan, la forma en que sus conductas se suman, se restan o se ignoran, ylas tendencias resultantes de esas confluencias de poderes. Si nos referimosexclusivamente a la conducta, entenderemos la secuencia de actividadesdesarrolladas por un grupo social durante determinado periodo, inmerso dentrode un proceso. Este enfoque admite, que la ciencia política va a proporcionarmetodologías para la elaboración de una conducta política futuras (que llamareestrategia ).
Dentro de esta caracterizaciónpodremos aclarar que los procesos políticos y las conductas políticas sedetectan de las acciones colectivas que desarrollan los sujetos (un gruposocial, llámase nación, empresas, organizaciones, etc), en mutua presencia.
El terrorismo es una metodología,que se inserta dentro de una conducta política, y que busca mediante laviolencia sistemática imponer su voluntad. Para ello, su finalidad es quitar lavoluntad de lucha de los otros grupos, denominados “enemigos” mediante el terror.A nivel naciones, el terrorismo tiene su manifestación superlativa de guerra.
Como toda metodología, es tambiénuna conducta, pero inserta dentro de un paquete de conductas desarrolladas porel mismo sujeto, “ que enriquece su poder”, sin reconocer ningún obstáculo a laprosecución de su accionar para alcanzar sus objetivos. No comenzaré adesarrollar el tema de la guerra y de los aparatos militares por ahora.
Pero esta metodología es lo másfrecuente que se manifieste en grupos débiles que no estando en condiciones derecurrir a la guerra deciden igualmente intentar imponer quitando la voluntadde lucha de su “enemigo”. Podríamos denominarlo “terrorismo civil” entendiendopor tal, aquel que actúa sin pertenecer al aparato militar, aun en los casos enque lo haga como parte de la misma guerra y dentro del mismo bando.
En ambos casos (guerra yterrorismo civil), la finalidad es inspirar un nivel de terror del “enemigo”,que asuma que es impotente para luchar contra el otro. Este terror, en amboscasos no admite más que el poder hacery en algunos casos, el temor de no originar una respuesta de igual consecuenciacontra sí mismo. El concepto de “represalia” sustituye al concepto“moderación”, “prudencia”, “piedad”, respeto a los seres humanos”, etc.
La guerra ha perfeccionado suterrorismo, creando organizaciones y máquinas capaces de producir matanzascolectivas cada vez más amplias.
El “terrorismo civil” ha sido larespuesta de los débiles que han actuado con el mismo criterio de la guerra,pero con algunas características distintivas que han producido problemasinsolubles hasta ahora para lasorganizaciones armadas de los países. Una de estas, y fundamental, es lacapacidad de confundirse con la población (sea propia o enemiga). El terrorismocivil sale de la población, ataca y vuelve a ella. Su aparición es fugaz. Eltiempo de respuesta es mínimo. Pasado ese momento, queda el camino de complejasinvestigaciones que pueden llegar a detectar terroristas, pero mucho másdifícil es lograr las pruebas.
En el siglo “XX”, hemos conocidomuchos grupos que hicieron terrorismo, con motivaciones diversas:
1.- El terrorismo anarquista, que“colocaba bombas”, “impulsando pobladas”, que en alguna medida se inscribió enlos grupos políticos enfervorizados en estrategias insurreccionalistas,clásicamente subversivas, para desarrollarlas dentro de su propio país.
2.- El terrorismo delirante: comopodrían ser el Baader-Meinhoff y el Ejército Rojo Japonés.
3.- El terrorismo de laresistencia, impulsado por sentimientos patrióticos, ante el invasor ygeneralmente apoyado por los países en guerra con éste. Se inserta en unaguerra local, regional o mundial. La resistencia francesa podría ser unejemplo. También podría denominarse al Ejército Republicano Irlandés, dado quepresenta para mí analogías que lo distinguen del terrorismo revolucionario.
4.- El terrorismo revolucionario,que en función de proyectos ideológicos intenta el derrocamiento del gobiernode su país, para instaurar un sistema político distinto. Si bien en éste seobservan los “insurreccionalistas”, surgen con gran ímpetu los “militaristas”que pretendían crear una organización armada en capacidad de derrotar por lafuerza al gobierno. Las Brigadas Rojas, Euskadi Ta Askatasuma (ETA), que tienetambién analogías con el terrorismo de la resistencia. En Sudamérica, durantelas decadas del 60/80, existieron montoneroso el Partido Revolucionario de los Trabajadores (Ejército Revolucionario delPueblo), FAL, FAR, Brigadas Rojas, en Argentina, el denominado MNL-Tupamaros enUruguay, el ELN en Bolivia o el MIR en Chile, por indicar los más conocidos.
Este tipo de terrorismo asumió“estrategias internacionalistas” fracasadas como fue la “teoría delfoco”(guevaristas). Sin embargo estas estrategias se proyectan en el tiempo, alobservar la experiencia dentro de sus países, de la peruana, la mexicana y lacolombiana en America del Sur.
En contraposición, los estrategasde las potencias han descubierto la utilidad del terrorismo para alcanzar susobjetivos. En la segunda mitad del siglo XX observamos los grupos terroristasfomentados por alguna potencia o superpotencia sobre otros países. Las coloniasafricanas o asiáticas han sido dramáticas muestras de este tipo de aprovechamiento.
Pero, desde el martes 11 de septiembredel año pasado, la visión existente sobre el terrorismo deberá ser revisada. Yla respuesta norteamericana incrementa diferencias sustanciales que nosenfrenta con ot
ra visión del terrorismo. Hoy nos enfrentamos con laconsolidación superlativa de lo que se denominó “terrorismo gubernamental”. Elpaís más poderoso, en contraposición al tremendo operativo sobre las Torres Gemelas, manifiesta su decididavoluntad de asumir el “terrorismo gubernamental a nivel internacional”.
Hoy, es el mundo el que estarásometido al “terrorismo gubernamental” del país más poderoso del mundo. Como loha expresado el Presidente Bush: quien no esté con él, está contra.
Ante este marco, ¿qué se puedehacer en el aspecto de la seguridad pública y de la seguridad privada?
Mucho hay por hacer y por decir.
Estoy convencido que la guerra esterrorismo. Pero ahora también encontramos las metodologías del terrorismoinsertas dentro de cualquier guerra. Ya no será la metodología del más débilsobre el más fuerte. Será también la que emplea el más fuerte sobre el más débil.
Al escuchar al Presidente Bush,vemos reflotar nuevamente la teoría norteamericanay europea de identificar a “terrorismo internacional” como una entelequia(cosa, persona o situación imaginaria e ideal y perfecta, que no puede existiren la realidad). Es decir, poder meter en la bolsa todo “aquello que afecta susintereses”. Pero es una distorsión de la realidad que posibilita impresicionesinaceptables cuando queremos hacer la guerra.
Es como si algun líder políticodijera: Vamos a luchar contra la “corrupción internacional”, como si fuera unsujeto. Y establecemos que todo corrupto pertenece a esa entelequia.
Por ello, no se puede confundiruna conducta con un sujeto. Los sujetos tienen conductas. Las conductas noexisten sin sujeto.