El terrorismo como arma política: un análisis interino de la campaña terrorista de Hamas durante la intifada Al-Aqsa

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El Hamas, acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámico, es una organización islamista que comenzó a operar en el periodo inicial de la Intifada, principalmente en la Franja de Gaza y en la Ribera Occidental. En su período de emergencia, el movimiento estuvo principalmente encabezado por individuos vinculados con la Hermandad Musulmana. El objetivo principal del grupo es la liberación de Palestina y el establecimiento de una Palestina Islámica “desde el Mar Mediterráneo hasta el Río Jordán” href=»#_ftn1″ name=»_ftnref1″ title=»»>;;[1];;[2]

La estrategia de acción general del Hamas se enmarca en el concepto de Tsbr title=»»>;[3], que significa paciencia y también perseverancia. En términos prácticos implica una auto moderación frente a los rivales más poderosos, y sobre los no musulmanes en particular. Tsbr, permite la suspensión de la Jihad- la directa confrontación entre los creyentes y las fuerzas en el ambiente, bajo circunstancias en las cuales es difícil lograr los objetivos estratégicos que se plantean, que son el establecimiento de la Sharía y de ley del Islam en un determinado territorio. Tsbr que fue una característica de la Hermandad Musulmana, adquiere un significado especial en Hamas, autoconsiderado este último un movimiento islámico que lucha contra un extranjero y contra una ley no musulmana.

La Dawa, o islamización de la sociedad a través de la acción social en el espíritu del Islam, es un curso complementario de acción. Es una estrategia que puede emplearse en cualquier tiempo, es decir, cuando la Jihad es demasiado peligrosa de llevar a cabo, la Dawa constituye la única política viable. A través de la Dawa se supone que se va a preparar la base de la Jihad;;[4]

Esta combinación de tácticas dentro de la estrategia del Tsbr es una constante en la historia del grupo y según algunos autores tiene que ver con el hecho de que los líderes del Hamas, especialmente los líderes dentro del territorio palestino y principalmente los que habitan en la Franja de Gaza, son conscientes de la alta sensibilidad de la opinión pública palestina –también de la israelí- y la de sus propios seguidores o lo que se denomina el público islámico. En efecto, la reevaluación constante de la situación es un aspecto típico de los movimientos de la escuela de la Hermandad Musulmana. Del Hamas podría aducirse que en sus 15 años de existencia han desplegado su acción en etapas, cada una de esas etapas tiene su propia estrategia, objetivos y tácticas.

Es objeto de este trabajo analizar el comportamiento terrorista del grupo en los hechos que se suceden desde fines de septiembre de 2000, cuando estalla lo que muchos denominan la Intifada Al-Aqsa. A a partir del análisis del período comprendido entre el 28 de Octubre de 2000 y el 31 de diciembre de 2001 creemos que los actos terroristas del grupo responden a la lógica política y religiosa del grupo y son consecuentes con la estrategia que el Hamas implementa desde su creación.

En efecto, la organización islamista aprovecha todas y cada una de las oportunidades que tiene para implementar tácticas terroristas que hacen a su estrategia a largo plazo. Prueba de esto es que a partir de la liberación de prisión de sus miembros del ala militar, la libertad de maniobra para actuar y cierta coordinación táctica para la realización de atentados con miembros de la generación más joven de las organizaciones nacionalistas y de los servicios de seguridad de la PA, el Hamas ha reanudado y ha incrementado su campaña armada en contra de Israel. Además el hecho de que la mayoría de los ataques hayan sido ataques suicidas con el intento de cobrar la mayor cantidad de víctimas, realizados en su mayoría en áreas urbanas dentro de Israel, demuestra que la campaña armada tiene como objetivo táctico intentar influir tanto en la opinión pública palestina, como la Israelí, y que responde a los objetivos estratégicos de la propia agenda política del Hamas.

Si tenemos en cuenta la definición de terrorismo esbozada por Boaz Ganor podemos describirlo como la amenaza de utilización, o la utilización de la violencia en contra de civiles, o de objetivos civiles, en orden de alcanzar fines políticos;;[5]

Tomando en cuenta que desde el 28 de septiembre de 2000 hasta el 31 de diciembre de 2001 hemos contabilizado un total de 25 ataques terroristas cometidos por el Hamas;;[6][7]. Además, la relativa coordinación de ciertas operaciones militares entre las fuerzas dependientes de Arafat como Fatah, Fuerza 17 y Tanzim junto a otras organizaciones como el mismo Hamas y la Palestinian Islamic Jihad era una oportunidad que el Hamas no podía desperdiciar desde el punto en que el liderazgo del Hamas ve en la unión con otras fuerzas palestinas, principalmente las nacionalistas, una ventana de oportunidad desde el punto de vista táctico, en pos de la islamización de la lucha contra Israel.

En relación al modus operandi de los atentados cometidos por Hamas durante la Intifada Al Aqsa al resultar mayoría los atentados suicidas podemos observar que el componente religioso también es un factor preponderante y simbólico, además lógicamente de los beneficios que desde el punto de vista operativo otorgan este tipo de ataques al grupo que los comete.

Asimismo los ataques suicidas brindan a la organización que los cometen una cierta gama de ventajas tanto desde el punto de vista operativo como de acuerdo a los objetivos políticos del ataque, que como se ha podido observar en el transcurso de la Intifada Al-Aqsa el Hamas ha aprovechado en toda su extensión.

Los ataques suicidas ofrecen la posibilidad de asesinar un mayor numero de personas, causando un mayor daño también al tiempo que atraen una amplia cobertura de prensa. Un claro ejemplo de esto de estos parámetros de comportami
ento son el ataque suicida en una discoteca de Tel-Aviv que dejó un saldo de 20 muertos y 120 heridos, el atentado suicida en una pizzería en Jerusalén donde fueron asesinados 15 civiles y heridos 80 y los ataques en el centro de Jerusalén en diciembre de 2001 con un saldo de 10 y cientos de heridos. En este último caso inclusive, los atacantes suicidas cometieron los actos terroristas con diferencia de minutos y coordinando la localización cercana de los ataques, logrando no solo la mayor cantidad de bajas posibles, ya que intentaron golpear también a quienes venían a asistir a la víctimas del primero de los atentados, sino también mayor repercusión en la prensa debido a la transmisión real time del segundo de los atentados.

Desde el punto de vista operativo, además, dado que para evitar un ataque suicida la inteligencia es un factor esencial –si no el más importante-, la ruptura en la cooperación de inteligencia y seguridad entre Israel y las fuerzas de seguridad palestina es un elemento que ha sido aprovechado por el Hamas en el desarrollo de su campaña armada durante la Intifada Al-Aqsa. Al no haber cooperación de inteligencia entre las partes, o al resultar esta casi mínima, los terroristas de Hamas tienen mayor margen de maniobra para ejecutar sus atentados terroristas.

Ahora bien, resulta interesante asimismo analizar observando los ataques cometidos por el grupo durante la Intifada Al Aqsa, el frío cálculo político, militar y religioso realizado por el liderazgo de Hamas al momento de cometer atentados terroristas. En efecto, es posible observar como cada uno de los atentados terroristas del Hamas está relacionado a la situación coyuntural en que fueron cometidos y responde principalmente a los objetivos estratégicos del grupo.

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style=’mso-ansi-language:ES-AR’>;Desde el punto de vista del blanco elegido y el modus operandi del ataque, hemos dicho ya que los estrategas del Hamas son totalmente concientes de las situaciones coyunturales imperantes a la hora de lanzar un ataque, razón por la cual tomando en cuenta que luego de los ataques al Pentágono y el WTC los ataques suicidas contra civiles indefensos la opinión pública mundial se encontraba en franca oposición a dichas metodologías de acción, el primer ataque terrorista del Hamas luego del 11 de setiembre de 2001 fue un ataque tipo comando, -más allá de que los terroristas sabían que iban a morir en la realización del atentado este ataque no es claramente lo mismo que un atentado suicida-, y su blanco principal fueron los colonos que habitan los asentamiento. Un tipo de blanco que es justificado en varias; ;

style=’mso-ansi-language:ES-AR’>;La seguidilla de atentados perpetradas por el Hamas a comienzos de diciembre de 2001 también sirve como parámetro para analizar la combinación de objetivos tácticos desde el punto de político, religioso y militar.

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style=’mso-ansi-language:ES-AR’>;La localización del blanco elegido para los ataques dentro de Israel y en Jerusalén especialmente no deja lugar a dudas con respecto a la carga simbólica de los atentados, además la presencia en la región de los dos emisarios norteamericanos, William Burns y el Gral. R. Anthony Zinni, quienes se encontraban en Medio Oriente con la misión de concertar un alto el fuego entre palestinos e israelíes brindaba también al Hamas la oportunidad de sabotear la iniciativa americana de acercamiento a las partes.

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style=’mso-ansi-language:ES-AR’>;Hasta aquí hemos analizado aspectos inherentes a las intenciones y a la capacidad detrás de la campaña armada del Hamas en el marco de la Intifada Al Aqsa; pero, es necesario que profundicemos aún más en lo inherente a la capacidad de la organización para golpear a su enemigo.

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style=’mso-ansi-language:ES-AR’>;A este respecto es imposible pasar por alto el aprovechamiento que ha realizado el Hamas de las oportunidades brindadas en el marco de este conflicto por las autoridades de la PA y en especial Yasser Arafat. En efecto, Hamas no ha pasado por alto la notoria reducción en la presión al que era sometido hasta el comienzo de la Intifada por parte de los servicios de seguridad leales a Arafat ni la liberación de sus militantes presos en las cárceles de la PA.

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El liderazgo de Hamas aprovechó las ventajas dadas por Arafat en el marco de su estrategia a largo plazo y comenzó la implementación de su campaña armada teniendo en cuenta, además de los fines políticos de cada operación militar, las oportunidades operativas que el acercamiento con ciertos elementos de la PA y la capacidad de maniobra que la ausencia de acciones en su contra por parte de la PA les otorgaba. Una muestra de esto es la utilización por parte del Hamas de los beneficios mencionados en la realización de algunos de los más sangrientos atentados cometidos por el grupo en el marco de la Intifada Al-Aqsa.

Más allá de que el grupo supo sacar partido del contexto general de la Intifada y de la posición tomada por Arafat en relación a los grupos islámicos. Cuando las condiciones objetivas y operativas no estuvieron del lado del Hamas, ya sea por la acción de las FDI, la presión internacional y/o los choques (en algunos casos violentos con saldos de varios muertos y heridos) con Arafat y algunas fuerzas de seguridad de la PA; el grupo ha sabido maniobrar como durante toda su existencia con gran flexibilidad y destreza, declarando treguas o cesando sus actividades militares hasta mejor ocasión.

Por último, en orden de intentar un assessment de las consecuencias políticas de la actividades desarrolladas por el Hamas en el período analizado y en el marco de la Intifada Al Aqsa, es posible establecer que la estrategia político-militar implementada por Hamas le ha otorgado a la organización considerables beneficios políticos. En efecto, analizando las opiniones del público palestino antes y después de la erupción de la Intifada es posible observar que el aumento en las preferencias del público a favor del grupo islamista como consecuencia de la estrategia adoptada por el Hamas en el contexto del conflicto. Si tomamos los resultados arrojados por los estudios re
alizados por el Palestinian Center for Policy & Survey Research en julio de 2000 y diciembre de 2001 podemos observar que el apoyo al Hamas se incrementó en un notable 5,7,%- con picos de apoyo que se incrementaron en un 6,4 %, en julio de 2001- , mientras que el apoyo a Al Fatah decreció en el mismo período un 8,5%. ;

Este incremento en el apoyo al Hamas como resultado, entre otros aspectos de su estrategia de terror, reafirma el análisis del liderazgo del grupo en el sentido que cuanto más se alargue la confrontación entre palestinos e israelíes, el número de bajas, el daño económico y social, así como el odio entre los pueblos se incrementará retro-alimentando permanentemente el conflicto hasta que exista un cambio a favor de los palestinos y puedan realizar sus objetivos nacionales.

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name=»_ftn1″ title=»»>;[1]; The Charter of Allah: The Plataform of the Islamic Resistance Movement (Hamas). ; [3] Exposición y análisis de la estrategia del Tsbr en Kurtz, A. y Tal, N.: Op. Cit.

name=»_ftn4″ title=»»>;[4] Kurtz A. y Tal, N.: Op. Cit.

name=»_ftn5″ title=»»>;[5]; Ganor, B: Defining Terrorism: Is One Man’s Terrorist Another’s Man Freedom Fighter?; ICT Papers on Terrorism; Ahva Press; Jerusalem; 2002; P 9. ;[6]; Esta estadística proviene del procesamiento de la información disponible en el website del ICT: Entrevista del autor con un Former Senior Security Officer from the GSS.

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