El uso de la fuerza en las artes marciales

Como la mayoría de las personas sabe, existen dos grandes gruposdentro de las artes marciales que se dividen en “estilos”: duros y suaves.

Podemos englobar bajo el titulo de estilosduros a todas aquellos que posean cierto choque o en los cuales prime lapresencia de la fuerza y los golpes, entre ellos; el karate,el kempo, el contacto pleno, el muaythay, etc.

Y se consideran artes suaves a aquellas quebuscan encontrar la vulnerabilidad del oponente mediante el control y manejo desu agresión. Además se caracterizan por el entrenamiento y la educación mentaly espiritual que recibe el practicante. Podemos nombrar entre ellas: el aikido, el jujitsu, el taichi,ciertos estilosde kung fu, etc.

La controversia aparece entre estos dos gruposo estilos cuando se habla de la necesidad de utilizar la fuerza como elementoprimario en la estrategia de defensa.

Si la respuesta es que la fuerza es la base deuna buena y eficaz defensa, podremos concluir que las artes marciales no puedenser practicadas por el común de las personas, cuyo físico es limitado por sudelgadez, sobrepeso, debilidad, cantidad de años, etc. Luego existe este otroenfoque que también posee su grado de verdad: una persona débil y con pocamusculatura tiene muy pocas posibilidades de vencer a un contrincante que lodoble en su peso corporal y con una gran masa muscular.

¿Entonces cuál es la respuesta? ¿Cuál de estosdos estilos está más cerca de la verdad? ¿Es innecesaria la utilización de lafuerza en las artes marciales?

La respuesta como siempre la encontramos en eljusto equilibrio.

Si definimos el término de fuerza de una maneracorriente podríamos decir que: “Es toda acción que genere a su vez unareacción”, por ejemplo si yo empujo una pelota (acción) esta se desplazará unpoco hasta perder su velocidad e inercia (reacción).

Siguiendo con la lógica de este sencilloejemplo concluiremos que hasta el simple acto de levantar uno de nuestros dedosrequiere la utilización de cierta fuerza, cada vez que llevamos la comida anuestra boca, cada vez que nos sentamos o nos paramos, estamos dependiendo sinlugar a dudas de nuestra fuerza.

Con todo lo anteriormente dicho podemos afirmarsin temor a equivocarnos que en la mayoría de nuestros actos cotidianosempleamos fuerza, y entonces llegamos al resultado final de que  es posible afirmar que no se puede practicarartes marciales sin utilizar (al menos) un poco de fuerza.

¿Cuál es el secreto entonces? La respuestaviene sola a nuestra mente:la correcta utilización de la fuerza. Enalgunos estilos de artes marciales existe una tendencia a usar la fuerzadurante todo el tiempo y esto debilita el desarrollo del control y de losaspectos más sutiles. Todos los grandes maestros coinciden en que se debeconocer cuál es el momento correcto de usar la fuerza y que esto es de granimportancia y que se debe de aprender bien si se quiere alcanzar el éxito.

El uso y la liberación de la fuerza en elmomento justo y en el instante preciso es el secreto del artista marcial, elcual cuidara siempre de no desperdiciar su energía. La incomprensión de estepunto explica la falta de progreso que experimenta mucha gente. Es un puntosencillo pero que es la clave del éxito.

No te engañes, escucha a tu cuerpo y el te irádando las respuestas, reconoce que con el paso de los años la fuerza se acaba,al ir envejeciendo nuestros músculos se caen y todo nuestro cuerpo se debilita;entonces una vez más comprenderás que si toda tu vida dependiste exclusivamentede la utilización constante de tu fuerza física llegará ese momento en que teencontraras vacío y sin poder lograr nada.

Por esta razón entrena no sólo tu físico,entrena tu espíritu y tu Ki, para que cuando llegueel día en que tu cuerpo no pueda seguir los designios de tu mente, hallaras elverdadero poder en tu interior porque lo has estado entrenando conjuntamentedurante todos tus años de practica marcial.

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