En el umbral (26 de diciembre 2003 al 2 de enero 2004)

 

Hay razones para ser optimistas a la hora de describir cómo evolucionarán los procesosmás importantes relacionados con la materia de seguridad para el año 2004,especialmente en Latinoamérica.

 

Esto no quiere decirque cesará la conflictividad. Quiere decir que muchos de esos conflictosllegarán a su punto culminante, y darán paso a nuevas realidades.  El área andina seguirá siendo objeto de muchaatención.  Necesario es comenzar porVenezuela.

 

El gobierno lideradopor el teniente coronel retirado Hugo Chávez acusa el desgaste generado porcinco años de pugnacidad política, unida a un terrible declive económico.  La coalición opositora inició el camino queprobablemente finalizará a más tardar en mayo con una consulta electoral detipo refrendario, para determinar si el Presidente sigue en el poder.  De mantener la unidad, los opositoreslograrán los 3,2 millones de votos necesarios para revocarle el mandato.  Así no vaticinan todas las encuestas:  7 de cada 10 consultados atribuye al mandatarioel origen de sus problemas.

 

Chávez, sin embargo,puede jugar varias cartas.  Puederenunciar y convocar a elecciones generales. También puede generar una conflictividad de tal magnitud con factoresinternos o externos que le “obligue” a decretar un estado de excepción.   Y una ley aprobada durante el paro generalde diciembre pasado establece que en situaciones tales no se puede desarrollarningún acto electoral.  El mandatario,finalmente, podría promover una decisión tribunalicia que le asegure un futuropolítico en lo inmediato, aún si es revocado su mandato, y aprovechar lasfisuras del bloque opositor –ya evidentes- para lanzarse y ganar por escasomargen.

 

El cuadro venezolanomuestra una faz cambiante. Uno de los principales factores para contenereventuales brotes de violencia es la participación in situ de los observadores internacionales, quienes jugarán hastael fin la carta electoral.  Las fuerzasarmadas de ese país, en cambio, jugarán hasta el final la carta del “orden” entendidacomo la preservación del régimen.  Peroal ver el derrumbe político de Chávez darán un giro hacia la“institucionalidad”, que se traducirá en un respaldo al proceso revocatorio.  La violencia, tantas veces anunciada por laconsultora Stratfor, podría surgir de grupos paramilitares de izquierda.

 

Colombia presenciaránuevos ataques de la guerrilla en medios urbanos, mientras que la presiónmilitar fomentada por Estados Unidos seguirá en los ambientes rurales con lafinalidad de cortar las fuentes de financiamiento de la guerrilla, que en estemomento consisten en el llamado “gramaje” o cobro por la custodia de lossembradíos ilícitos de coca y amapola de opio, así como la extorsión y elsecuestro.  Tiempos duros esperan algobierno de Uribe.  Pero los ataques conbombas en la ciudad, al estilo del perpetrado contra el club El Nogal,continuarán minando el escaso respaldo social de los grupos radicales.  Y eso podría precipitar el golpe de gracia alos irregulares.

 

Ecuador podríapresenciar una escalada de conflictos sociales. La administración del coronel retirado Lucio Gutiérrez está siendoduramente cuestionada tanto en su base moral como en sus ejecutorias.  La fragilidad de la plataforma política deeste oficial lo obligará a negociar con sectores tradicionalmente organizadosde ese país como el magisterio –actualmente en huelga de hambre- o de locontrario podría tener el mismo final de quien fuera su colega bolivianoGonzalo Sánchez.

 

Bolivia afrontaránuevos conflictos, esencialmente por la concepción del quehacer políticomostrada por el líder cocalero Evo Morales, quien en 2003 y por primera vez enmucho tiempo dejó el rol defensivo. Quizá no sea por algún motivo fútil como el que llevó a la revueltacontra el predecesor de Carlos Mesa. Pero allí los temas de siempre (costo dela vida y planes de erradicación de cultivos ilícitos) ofrecerán en algúnmomento la excusa apropiada para volver a tomar las calles.

 

Toda el área,incluídos Brasil y los países centroamericanos, aparece inmersa en una ola decrecimiento económico leve y consolidación democrática.  En este punto sorprende de manera agradablela estabilización argentina, aunque todavía es temprano para cantarvictoria.  Sólo Venezuela, Haití y Cuba quedancomo desgraciadas excepciones.

 

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