Vamos a intentar cumplir con lo ofrecido en el artículo pasado y comenzar a tratar el tema del entrenamiento en materia de protección y seguridad personal. Con esto me refiero al sagrado derecho de defendernos para preservar nuestras vidas, familias, creencias y todas esas garantías que nos da la ley y la convivencia en sociedad.
Como siempre hay que situarse en el contexto temporal para comprender que los cambios en el siglo XX aunque fueron importantes no los considero tan dramáticos como los percibo ahora y digo esto con propiedad en mi condición de instructor en la materia, que me formé en ese período, que entrené personas (tanto civiles, como militares y policías) y que hoy las nuevas circunstancias me ponen las cosas en perspectiva.
A nivel mundial el 11 de septiembre marcó un hito. ¿Que cómo nos afecta? Sencillo, el atentado fue en los Estados Unidos, y de allí, provienen la mayoría de los sistemas de entrenamiento para civiles que primero son realizables y luego son de aplicación viable. No es que en otra parte del mundo no se haga pero el norteamericano promedio entiende que esta preparación es necesaria y además para ellos es una actividad laboral común. Digamos que después del 11-9 tienen conciencia que debido al terrorismo son más “victimas de su propia libertad” y en consecuencia responden. No es que no haya pasado antes, pero nunca como ahora los planes de entrenamiento en seguridad personal habían sido tan complejos e involucraban a la sociedad incluso a nivel del ama de casa que tal vez antes lo hubiera dejado en manos del esposo, con esto no quiero ser excluyente, no es que las amas de casa no tomen en serio el tema de la seguridad, pero de allí a tomar armas y todos los equipos complementarios e incorporarse a la defensa de su hogar, área donde habita, protección de sus hijos y etc., hay un cambio importante. Esto no solo en los EEUU nada más. No. Aquí en Venezuela recientemente cuando los quehaceres políticos mantenían al país en efervescencia, fue muy interesante como las mujeres de cualquier condición se involucraron masivamente en temas de entrenamiento no solo para el uso de armas de fuego, sino también en manejo de situaciones de crisis, manejo de incidentes, respuesta a ataques agresivos y planes de contingencia que en su mayoría implicaban el uso de tácticas militares básicas. El resultado de masificar este conocimiento que por demás es muy técnico y complejo fueron errores tan graves como las llamadas “guarimbas”.
Estas situaciones peligrosas, criticables e inviables son la razón por la que quería expresar los criterios que mas adelante expondré.
La tendencia actual sería expandir programas de seguridad global a lo se denomina “Vigilancia Vecinal” que en EEUU funciona desde finalizada la segunda guerra mundial. El hecho es que los gobiernos con la amenaza del terrorismo pretenden, primero legislar para darle fuerza de ley a la corresponsabilidad del ciudadano común con el Estado en materia de defensa del territorio y de los sistemas políticos. Segundo conectar los sistemas de seguridad del Estado con las comunidades. Este sistema le reconoce a la comunidad un rol importante en la defensa de la nación. En países como EEUU, Inglaterra, España la cosa ha evolucionado más o menos así: los servicios de seguridad de Estado han provisto de teléfonos con conexión directa a las comunidades para asegurarse un canal de información. Estos números telefónicos son asignados a cada ciudadano interesado individualmente. El programa es más complejo pero a nuestros fines esto es suficiente. El concepto incluye a la ciudadanía en todos los programas de seguridad pública que implican policía, bomberos y servicios de salud. Aquí en Venezuela además de esta concepción la corresponsabilidad se ha extendido incluso hasta la creación de lo que se ha llamado la Reserva Militar y la Guardia Territorial.
En términos reales la burocracia de los Estados quiere sustituir el termino “Prevención” por uno nuevo denominado “Reducción de Riesgo”. Esto es algo más o menos como “cualquier acción sostenida para reducir o eliminar un riesgo prolongado a la vida y la propiedad de un evento inminentemente peligroso. El objetivo de la reducción es minimizar la necesidad de respuestas innecesarias y opuestas al incremento de la capacidad de responder a situaciones específicas”.
Es mi opinión personal que estas generalizaciones y masificaciones de conceptos de seguridad suelen ser tan peligrosas como la situación que les da origen, para ejemplo, tenemos Londres, cuando después de los atentados recientes con bombas la policía sin más ni mas asesinó a un brasilero, simplemente por ser sospechoso. Lo mas grave es que el programa entrena a los ciudadanos en una premisa riesgosa que es “yo sospecho, yo reporto”, pero ¿que va a pasar cuando la policía se vea excedida en su capacidad de respuesta incluso por el detalle mas sencillo como puede ser la falta de personal o más común la falta de medio de transporte?. Entonces y basados en los programas de Respuestas Aceleradas de Protección Espontánea que comentaremos mas adelante, eso se va a transformar peligrosamente en “yo sospecho, yo reporto y yo respondo”. Esto es algo para reflexionar.
Toda esta introducción nos sirve para meternos en la parte doctrinaria del Entrenamiento Progresivo. La premisa estaría focalizada a encontrar la mejor manera para responder y resolver amenazas tanto individuales como a gran escala como puede ser un ataque terrorista. El resultado de estos esfuerzos ha logrado programas que optimizan nuestras respuestas tempranas, nos proporcionan directrices para el manejo de incidentes y nos dan las herramientas para la evaluación post-evento. Es por esta razón que lo que comúnmente se conocía como prevención ahora cuando se involucra a todo el mundo en el problema se le denomina “Reducción de Riego”. Cuando esta situación la llevamos a escala individual se incluyen dos nuevos conceptos o una nueva manera de manejarlos: Identificación de un ataque y la respuesta a este ataque.
En consecuencia lo que antes conocíamos como “Defensa del Hogar” ahora lo llamamos “Protección a la Invasión del Hogar”. Este es el trato conceptual moderno que da origen al SISTEMA DE RESPUESTA ACELERADA DE PROTECCION ESPONTANEA. Objetivo, incrementar nuestra capacidad de respuesta.
Cuando bajamos la escala de estos programas y llegamos a la persona, el eslabón más débil de la cadena, comparado a una comunidad, un cuerpo policial o el ejército empezamos a asimilar el objetivo de estos entrenamientos y forma de pensar. Es indudable que un ciudadano común es y será siempre una victima potencial por que en el no se identifican a simple vistas manifestaciones de fuerza que puedan evitarle un ataque a diferencia por ejemplo, de un policía que nunca anda solo y siempre esta uniformado por decir algo. Es más, este ciudadano común que trabaja día a día para procurarse el sustento, también tiene vanidad como componente esencial de su naturaleza, y es lo mas normal del mundo que una manera de demostrar en su circulo su éxito laboral y personal sea, alardeando de un carro nuevo, una casa nueva, una joya, una prenda de vestir, etc. Desgraciadamente estas actitudes por demás naturales lo que hacen es potenciar su condición de blancos sujetos de ataques. Aquí entran las técnicas, los equipos, la información y el entrenamiento.
Esta victima que dejo de serlo para participar proactivamente en su seguridad, decide comenzar un programa de entrenamiento, y actualmente no hacerlo dentro de la concepción del entrenamiento progresivo es no solo una pérdida de tiempo, sino de dinero, de esfuerzo y lo que es peor aún de la vida.
En el próximo artículo nos vamos a dedicar a establecer las diferencias entre el entrenamiento tradicional que todavía se usa en Venezuela y el moderno entrenamiento progresivo.
El objetivo del entrenamiento progresivo es incrementar y optimizar las habilidades y destrezas incluyendo las atléticas para desenfundar rápidamente un arma y disparar muy rápido y con precisión en conjunción con la habilidad táctica de reconocer un ataque y responder eficientemente usando el ambiente, el entrenamiento y el equipo disponible. Ya en el artículo anterior habíamos comentado que actualmente no es solo el hecho de portar un arma para nuestra defensa, sino que esta condición se complementa obligatoriamente con el uso de la linterna de luz blanca, algún equipo contundente para usarlo disuasivamente, una navaja táctica muy útil como herramienta y particularmente cuando la defensa se produce en lugares concurridos o a distancias criticas. Esto sin contar con el entrenamiento para usar el ambiente a nuestro favor y la información necesaria para formar nuestros planes de respuesta. En fin, preparación de comandos.
El Entrenamiento Progresivo se basa en lo que son las tácticas y técnicas de combate urbano y como respuesta su principal fuente es lo que se denomina Close Quarter Battle o CQB por sus siglas en inglés, y en español Combate Cercano. La razón es muy sencilla. El campo de aplicación de todo el sistema son las ciudades y centros urbanos donde normalmente nos desempeñamos. Las tácticas aunque algunas son resultados de las experiencias vividas por instructores que han prestado servicio en la guerra de Irak son totalmente aplicables a cualquier lugar que sin estar en situación de conflicto presente riegos de amenaza a los ciudadanos que allí habitan y sin que los atacantes sean terroristas necesariamente. Todo depende de que exista una amenaza, de que la identifiquemos, la clasifiquemos, le asignemos un nivel y en consecuencia respondamos. Además una vez resuelto el incidente, debemos como parte de la respuesta, evaluar las condiciones que lo generaron, la respuesta que se aplicó, el resultado que se obtuvo y las conclusiones para evitar que se repita. En lo particular vengo usando el sistema desde hace un año para entrenar civiles y personal de protección ejecutiva y los resultados son prometedores. Primero porque no solo incrementa la toma de decisiones para responder, sino que reduce el tiempo critico para tomar le decisión, lo que resulta en una reducción en tiempo real para desenfundar rápidamente y efectuar disparos rápidos y precisos por ejemplo, o combinar esta acción con el uso de la luz blanca, o para en vez del arma recurrir a un bastón extensible o a la navaja táctica o a correr si es el caso, el hecho es que en períodos muy cortos de tiempo el entrenamiento progresivo te permite decidir y reaccionar apropiadamente. El otro aspecto interesante que me he encontrado en la aplicación del sistema es que funciona indistintamente en hombres, mujeres y jóvenes que deciden entrenarse, con los mismos resultados, incremento en las habilidades y comprensión de la amenaza, del ambiente y de los recursos a utilizar.
Lo que corresponde es comentar algunos ejercicios para entender la orientación del sistema, pero esto lo vamos a dejar para otra entrega.
Por lo pronto solo pretendo introducir el tema como punto de discusión para los interesados y sobre todo a los instructores que lean esta página ya que los beneficios de la actualización de los conocimientos no solo potencian las habilidades de sus entrenados sino que redundan en su condición profesional.