FAN cuestiona compra de submarinos

FAN cuestiona compra de submarinos
Submarinos no son idóneos para patrullar las aguas jurisdiccionales
Especialistas destacaron que las operaciones aduaneras, fiscales, sanitarias, ambientales y contra el narcotráfico, que deben ser la prioridad de las fuerzas navales venezolanas, no se beneficiarían con las unidades de combate rusas
Los tres submarinos rusos que serían adquiridos por la Armada venezolana tendrían una función bélica o de disuasión, pero serían de escasa utilidad para el patrullaje de las aguas jurisdiccionales del país. Con esto, según algunos observadores, se estarían pasando por alto las verdaderas prioridades que debe tener la Fuerza Armada Nacional en materia de equipamiento marítimo.
La compra de los Varshavyanka, que son conocidos en Occidente como submarinos Kilo, no ha sido anunciada oficialmente por el Estado venezolano. «No tengo elementos para decir que esa adquisición sea algo cierto», declaró ayer el diputado oficialista Rafael Gil Barrios, presidente de la Comisión de Seguridad y Defensa de la Asamblea Nacional.
Gil Barrios recordó que ni el presidente Hugo Chávez ni el ministro de la Defensa, general Gustavo Rangel Briceño, se han expresado sobre la compra de los submarinos. Y ayer, una fuente en la Comandancia General de la Armada no quiso confirmar ni desmentir la negociación con la empresa rusa Rosoboroneksport.
Como sea, la posibilidad de esta transacción no es algo nuevo. Desde hace 18 meses se venía hablando de importar hasta 9 submarinos rusos. Esta operación, según el diputado Gil Barrios, formaría parte del plan de recuperación de la capacidad operativa de la FAN en los cuatro componentes. «Esto permitiría a la Armada mejorar su capacidad operativa en el resguardo de las aguas territoriales», dijo el legislador.
El problema es que los submarinos no parecen ser la opción idónea para el resguardo de las aguas del país.
«Venezuela tiene aproximadamente medio millón de kilómetros cuadrados de área marítima, entre mar territorial, plataforma continental y zona contigua», recordó el vicealmirante retirado Iván Carratú Molina. «Para patrullar ese extenso mar se necesitan unidades aéreas y embarcaciones veloces que puedan interceptar cualquier navío extraño en las aguas territoriales venezolanas».
«El submarino no es de patrullaje», recalcó Carratú Molina. «Es una unidad ofensiva que proyecta la capacidad bélica de una nación a las líneas de tráfico marítimo. Resulta contradictorio que el Gobierno venezolano compre submarinos sin mantener operacionalmente listas las embarcaciones como fragatas, patrulleros y corbetas, que sí son ideales para custodiar el espacio marítimo».
El ex ministro de la Defensa, almirante Orlando Maniglia, admitió que los Varshavyanka no son la mejor opción para patrullar las aguas que Venezuela debe supervisar, según la Organización Marítima Internacional. Pero negó que esta compra a Rusia sea motivo de alarma. El oficial retirado recordó que gobiernos como los de Marcos Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt adquirieron submarinos a Estados Unidos y Alemania, y en su mejor momento la Armada llegó a contar con cinco de estas naves.
«Indudablemente los submarinos no son para estar patrullando, pero son de disuasión y forman parte del equipamiento de una Armada fuerte y poderosa», agregó Maniglia.
«Yo entiendo que cuando tú te armas pareciera que vas a hacer la guerra a alguien, pero lo cierto es que es una responsabilidad del Estado tener una FAN operativa. Los equipos que tenemos requieren una renovación y el Gobierno debe hacer frente a esto, paralelamente a su trabajo en materia de educación, salud, vivienda y otras áreas».
Por su parte, la organización no gubernamental Control Ciudadano, que se dedica a monitorear los asuntos de defensa de la nación, expresó su inquietud por la compra de los Varshavyanka. «Al menos 75% del presupuesto de la FAN se dedica a cumplir con los gastos de personal. Por eso, el uso de los pocos recursos que quedan para equipamiento debe responder a un concepto estratégico nacional y una hipótesis de conflicto clara», expresó Rocío San Miguel, presidenta de esa organización.
San Miguel recordó que la prioridad de la Armada son las operaciones aduaneras, fiscales, sanitarias, ambientales y contra el narcotráfico.
«En esto, son poco útiles tres submarinos que cuestan unos 1.000 millones de dólares», comentó. «Y que se dé a conocer esta transacción en estos momentos es algo que sólo sirve como una amenaza a Colombia, y que podría incrementar la tensión entre los dos países».
Enlace Directo: https://www.atravesdevenezuela.com/html/modules.php?name=News&file=print&sid=11271
Fuente:https://www.controlciudadano.org/documentos/detalle.php?catid=9

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