La batalla por Irak
Parece, pues, que empieza a funcionar el plan del Presidente Bush en Irak.Todos los días el sistema informativo mundial nos trae noticias de la guerra con titulares como “Jorna-da de terror en Irak”, “Más sangre en Irak”, y otros de parecido contenido para registrar indistintamente desde un ataque suicida a una escuela o a un mercado popular hasta una emboscada a grupos de soldados del gobierno o de las fuerzas extranjeras allí desplegadas. Todo cabe bajo esos títulos genéricos, independientemente del número de víctimas y del significado que cada episodio tenga dentro del conflicto.
Sin embargo, ayer nos llamó la atención que mientras la prensa colombiana le restó importancia a una de las batallas más importantes desde que comenzó esa guerra – no sólo por el número de bajas en las filas del terrorismo sino por la iniciativa de las tropas del gobierno iraquí y la coordinación y eficiencia con que pidieron y recibieron el apoyo de EEUU – y apenas sí la registró en la Vitrina o con titulares a una columna en primera página, la prensa internacional – según pudimos constatar en Internet – dio gran despliegue a la noticia con titulares como: “Fuerzas iraquíes y estadounidenses matan a 250 combatientes en una espectacular ofensiva sobre Nayaf” (El País, España, a todo lo ancho de su primera página).
Otro título que vimos en más de una docena de páginas web fue “EEUU mata a 250 insurgentes sunís y chiís”, lo que más que una imprecisión es una falsedad con ánimo tramposo, pues al tiempo que exagera el papel de las tropas de ocupación atribuyéndoles todas las bajas, menosprecia el trabajo de las fuerzas oficiales iraquíes.
Las crónicas de los corresponsales en Bagdad narran que los choques arrancaron bien temprano el domingo, cuando las fuerzas gubernamentales cercaron Al Zarqa, un barrio situado al norte de la ciudad santa shií de Nayaf, ubicada a unos 150 kilómetros al sur de Bagdad, y fueron recibidos por cerca de 500 milicianos con fuego de armas largas y cortas, lanzagranadas y granadas de mano. Primero el ejército iraquí atacó el campamento de “Los soldados del Cielo”, una secta fuertemente armada de chiís mesiánicos con vínculos con Al Qaeda, pero ante la intensidad de los combates tuvo que pedir ayuda al ejército estadounidense, que no dudó en emplear la aviación y bombardear el campamento.
Fuentes de EEUU confirmaron que durante los combates, que continuaban por la noche, murieron los dos tripulantes de un helicóptero que al parecer fue derribado por fuego enemigo. Se trata del segundo aparato del Ejército de EEUU que es alcanzado por los rebeldes en algo más de una semana. El último fue un Black Hawk, que cayó hace ocho días tras el impacto de un misil en la provincia de Diyala, causando la muerte a sus 12 tripulantes.
El derribamiento del helicóptero demuestra la capacidad ofensiva de los terroristas, que al parecer fueron sorprendidos con un ataque certero a su campamento y esta vez no pudieron utilizar a la población civil como escudo, por lo que no se podrá hablar de que las víctimas fueron circunstantes sino hombres sobre las armas, fuertemente entrenados y financiados desde el exterior. Otro elemento interesante del operativo es que responde perfectamente a la orientación del Presidente Bush y a la instrucción de los comandantes de las fuerzas de ocupación en el sentido de apoyar con capacitación y entrenamiento al Ejército iraquí para que vaya asumiendo por su propia cuenta la defensa de la democracia y sólo intervenir directamente en la batalla cuando expresamente se lo soliciten. Prueba de que eso está funcionando con eficacia es la relación de bajas de lado y lado. El Gobierno de Irak informó que mientras sus tropas sólo registraron tres muertos y 21 heridos, los milicianos sufrieron 250 muertos, 60 heridos y 120 capturados. Sin triunfalismo pero con evidente satisfacción, el primero en expresar que este resultado era un indicio de que los iraquíes empezaban a tomar el control, fue el propio Bush: “Mi primera reacción ante este informe desde el campo de batalla es que los iraquíes empiezan a demostrarme algo”.
Además del rudo golpe a la estructura de ese grupo terrorista, pues entre los muertos está el líder de la secta, un iraquí conocido como Ali Ben Abi Taleb, el operativo también habría permitido frustrar planes de atentar contra la Ashura, el peregrinaje a la ciudad santa de Karbala, una de las festividades más importantes del calendario religioso shií que convoca a casi dos millones de fieles procedentes de todo Irak, Irán y otros países con importantes comunidades chiítas, como Afganistán y Pakistán para conmemorar la muerte del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, ocurrida en el año 680. Proteger esa celebración, prohibida durante la dictadura de Hussein y recuperada tras la caída del régimen, es uno de los retos más difíciles que tiene el Gobierno y el ejército iraquí, pues, como se recuerda, en el 2004 y el 2005 varios atentados cegaron la vida de 250 peregrinos, y por ello han desplegado un impresionante dispositivo de seguridad, según describen las crónicas.
Parece, pues, que empieza a funcionar el plan del Presidente Bush y es mucho mejor noticia para los aliados que el crédito de la acción sea para el ejército de Irak, sobre el cual recaían las mayores dudas de los demócratas. Esperemos que esta sea la primera de las acciones exitosas que abran el camino a la paz en esa nación martirizada.
Editorial del diario El Mundo