La biotipología criminal

La biotipología criminal
Lo que enseñaba Descartes, acerca de que el ser vivo es un mecano donde cada pieza se ajusta al todo dando sentido al individuo, para algunos es una interpretación mecanicista de la vida, aparentemente obsoleta, sin embargo, tal determinismo sigue presente en la escena moderna, dado que la propuesta científica no ha variado.
Si por delito entendemos la conducta de un individuo cuya voluntad se orienta hacia la satisfacción de intereses antimorales o antisociales, es importante estudiar al criminal para conocer su personalidad, analizar los tipos de personalidad de ellos es sumamente complejo, estos pueden ser básicamente sicópatas, sociopatas o antisociales, en general, son personas que viven en desadaptacion a la sociedad y en constante conflicto con ella, con el fin de aclarar la relación existente entre el lado físico y el lado moral del individuo, se han realizado numerosas investigaciones y estudios.
En el siglo XX el criminólogo británico Charles Goring, realizó un estudio comparativo entre delincuentes encarcelados y ciudadanos respetuosos de la ley, llegando a la conclusión luego de una serie de análisis, de que no existen los llamados «tipos criminales», con disposición innata para el crimen. En el año 2002 cuando laboré como asesor de la presidencia del INPE, pude constatar in situ, hablando con miles de presos en los diversos penales de la capital, que se dan condiciones ambientales como productoras de criminales, en mi opinión existen individuos inclinados hacia el delito.
Una de las causas de la criminalidad está en los factores predisponentes, por ejemplo la gran mayoría de internos carecían de instrucción o por lo menos una adecuada, los aspectos sociales de la delincuencia como la exclusión social, la falta de oportunidades, la violencia familiar, el consumo de alcohol y drogas, la miseria son sin duda alguna factores predisponentes para la criminalidad, muchos de ellos me manifestaban que los diversos funcionarios públicos que estaban involucrados en la corrupción, eran protegidos por el mismo Estado, esos que roban por costales están libres, nosotros somos los que «pagamos pato», (dicho popular).
Finalmente, queda claro que para enfrentar con éxito a un enemigo debemos conocerlo.

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