La violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar
Quisiera empezar señalando que la violencia intrafamiliar es un delito y no una enfermedad, por lo menos en la gran mayoría de los casos. En general, se considera la vida familiar como un «ámbito privado», ello hace que la violencia familiar sea encubierta.
Además, existe un fenómeno de una equivocada «lealtad», ya que cuando la mujer maltratada cuenta a alguien por lo que está pasando, ésta siente que está traicionando a su pareja, más aún si hace la denuncia ante las autoridades, ya que esta haciendo público lo que se considera privado. Lamentablemente este fenómeno es poco tratado en forma publica.
Las estadísticas no son muy claras, ya que la cifra negra de la ¨no denuncia¨ es muy alta. Sin embargo, se estima que en dos de cada cinco parejas en el mundo se da algún tipo de violencia, sobre todo en los últimos años. Sin duda la tierra del silencio es la que hace el humus mas fértil, si el delito no se nombra, es menos delito, porque la palabra es el primer testigo incómodo.
El mejor aliado del agresor es el silencio, ¿cuántas mujeres sufren a puerta cerrada el abuso de su cónyuge? Esta violencia que no distingue clases sociales ni nivel educativo, de esa violencia hace uso un hombre sin estudios o un profesional, un desempleado o un exitoso empresario, un boxeador o un policía, la fuerza que se despliega no solo es física también es psicológica y casi siempre que es lo dramático ante unos mudos y temerosos testigos que son los hijos pequeños.
La mujer golpeada queda sujeta por el pánico que le impone la convivencia con esa persona del cual no puede separarse, entre otros factores, las ataduras suelen ser los hijos cuando estos son pequeños. La mujer, por lo general, y por entregarse al manejo del hogar, carece de recursos económicos para independizarse de él, pero es cierto que no necesariamente se trata solo de recursos económicos.
Hay mujeres que al convivir un largo tiempo con un hombre abusador han dañado su autoestima, así como sus sentimientos y emociones. Éstas tienen, por lo general, la autoestima muy baja debido a la permanente desvalorización que sufren de sus parejas. Existe una creencia errada, en general, que tiende a quitar responsabilidades a los golpeadores por considerarlos victimas de ciertas patologías, esos son los menos. Los más son simplemente unos cobardes abusivos, que no tienen capacidad de diálogo o los que no tienen argumentos en donde su mejor defensa es el ataque.
Es curioso, por decir lo menos, que en pleno siglo XXI nuestras sociedades tratan de buscar excusas para algo que es un delito y no una enfermedad.
¿Que se debe saber y hacer frente al maltrato?
•Los malos tratos se producen en todos los niveles socioeconómicos y culturales.
•Las personas violentas lo son mas por motivos culturales y no naturales.
•Las personas que vivieron en un entorno violento y han sufrido agresiones tienen más probabilidades de convertirse en agresores a su vez.
•El consumo de alcohol y drogas no son la causa directa de los maltratos, sin embargo al desinhibir al agresor, desencadena la violencia.
•Si UD sufre de violencia debe hablarlo de inmediato con sus familiares o amigos.
•Todo caso de violencia debe ser denunciado.
•En caso de riesgo de agresión puede solicitar una orden de protección ante un juez.
•Puede denunciar tanto las agresiones físicas como psíquicas.
•Guarde todas las denuncias así como los informes médicos de agresión sufrida.
•Registre en un cuaderno todo lo ocurrido durante la agresión.
•Guarde todas las pruebas que pueda, ropa dañada o manchada, objetos rotos.
•Enséñele a sus hijos a ponerse a salvo y buscar ayuda.
•Luego de una agresión física no se lave ni cambie de ropa, hasta ser atendida por un medico legista.
•Acuerde con algún vecino una señal de alarma
Finalmente, la gran mayoría de golpeadores solo se aterrorizan cuando son puestos en evidencia, cuando son denunciados, cuando las mujeres aprenden a solicitar ayuda y a no callar. Nadie tiene derecho a ejercer violencia sobre otra persona, menos aún si es una mujer o niño. La sociedad no puede ser parte de los oídos sordos, terminar con esa violencia es responsabilidad de todos.

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