La violencia juvenil: un problema estructural y no coyuntural

La violencia juvenil: un problema estructural y no coyuntural
La delincuencia y violencia juvenil, es uno de los fenómenos criminológicos que crece cada día más. Sin duda, este tipo de fenómenos son hoy un grave problema en todo el mundo. Llevamos casi dos décadas de crecimiento sostenido en varios de nuestros países , desbordando en la mayoría de los casos las respuestas de los Gobiernos. La gravedad e intensidad de su accionar dependerá básicamente de la situación social, económica y cultural de cada país.
África y Latinoamérica son los continentes donde existe un mayor porcentaje de violencia y delincuencia juvenil. Lo importante para enfrentar con éxito cualquier problema es conocerlo y analizarlo. Por ejemplo, debemos reconocer lo complicada que es la estructura social en estos tiempos y es la realidad que les ha tocado vivir a los niños y adolescentes de hoy. Existe una especie de subcultura que tiende a facilitar la violencia en diversos ámbitos de la ciudad incluyendo el propio hogar.
Nunca se ha respirado una intolerancia tan fuerte como hoy sucede , incluso las nuevas tecnologías también ponen su cuota mostrándonos imágenes de violencia reales o virtuales. Definitivamente algo grave está pasando en nuestras sociedades, donde muchos padres de familia no son capaces de controlar a sus propios hijos, y es que de alguna manera al vivir la vida tan rápida y con el tiempo muy escaso para compartirlo en familia, estamos dejando a nuestros niños o adolescentes crecer con la Internet o el televisor. Algo muy grave si analizamos quiénes son los referentes hoy en los programas televisivos.
Desde hace muchos años estamos dejando a nuestra niñez huérfanos de paradigmas encomiables. Este fenómeno es multifactorial:
1.- Exclusión social
2.- La miseria
3.- El analfabetismo
4.- Una deficiente educación
5.- El uso indebido de sustancias tóxicas o psicoactivas
6.- El fácil acceso a armas de fuego
7.- Hogares disfuncionales
8.- Falta de oportunidades laborales
9.- Ausencia de actividades deportivas y recreativas
10.- Violencia intrafamiliar
11.- Malas condiciones de vida
Estos y otros factores son los que hacen a la niñez y adolescencia más vulnerable a conductas antisociales. Además, debemos tomar en cuenta que existen adolescentes con poco desarrollo de actitudes para convivir en sociedad, ellos tendrán menos posibilidades de protegerse a si mismos contra la influencia negativa de un grupo de coetáneos.
No olvidemos que la delincuencia y violencia juvenil es un fenómeno de grupo. En mi opinión, la prevención antes que la represión deberá ser la regla a seguir en materia de seguridad ciudadana y el manejo de este fenómeno en particular, ya que la mejor manera de prevenir la delincuencia juvenil es la impedir que surjan delincuentes juveniles y, para ello, se requieren adecuados programas de asistencia social, educativa, económica, laboral, deportiva y recreativa. La prevención verdadera requiere el desarrollo de políticas y programas que permitan una mayor y mejor distribución de la riqueza.
Finalmente, es cierto que para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que la sociedad en su conjunto procure un desarrollo armonioso de los niños y adolescentes, respetando y cultivando su personalidad a partir de la primera infancia. Debemos empezar, ya que este problema está llevando a pagar entre sus habitantes demasiados costos emocionales y económicos, empobreciendo su calidad de vida. La mayoría de los ciudadanos hoy están presos en sus propios medios.

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