Las actuales guerras del Mossad: Irán, Hezbollah y CIA (tercera parte)

Las actuales guerras del Mossad: Irán, Hezbollah y CIA
(Tercera Parte)
Dr. Ramiro Anzit Guerrero
LA DIALECTICA NUCLEAR IRÁN – ISRAEL
La decisión de Irán de abrir de nuevo, a pesar de los vetos, varios de sus centros de investigación nuclear y de reanudar el enriquecimiento de uranio, causa una ola de protestas de los principales gobiernos.
En este contexto, cabe destacar que los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EE.UU, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia) que son a la vez cinco potencias nucleares, nunca condenaron a Israel que tiene bombas atómicas desde el año 1966, producidas en la fabrica de extradición de uranio del reactor Simona, mientras que un industrial francés, Dassault, fue el que construyó los misiles Jericó que permiten lanzar las cabezas nucleares dentro de los territorios enemigos de Israel como es el propio Irán.
Uno de los científicos que trabajaron en el proyecto en calidad de técnico en la estación nuclear de Dimona fue el físico nuclear Mordechai Vanunu, recientemente liberado de la cárcel israelí, viviendo actualmente en una residencia supervisada por los organismos de seguridad. Fue el primero, en 1986, en llamar la atención del mundo entero sobre el programa nuclear israelí, lo que le valió, a este judío convertido al cristianismo, el ser secuestrado por el Mossad y ser encarcelado por traición y espionaje.
Israel es una potencia nuclear temible, disponiendo de un arsenal de armas de destrucción masiva más que importante, que aterroriza a todas las poblaciones de los países vecinos.
Este Estado nunca ha firmado el TNP (Tratado de no proliferación) firmado en 1976 y ratificado por 188 países. El OIEA (la Agencia Internacional de la Energía Atómica, fundada en 1957 y que depende de la ONU), así como las otras grandes potencias nucleares no ejercieron ninguna presión contra el Estado de Israel.
Se sabe hoy que Israel dispone de 200 a 500 cabezas termonucleares y de sistemas sofisticados de lanzamiento. Israel es hoy la quinta potencia nuclear a nivel mundial, delante de Gran Bretaña, y se sabe que posee también armas químicas y bacteriológicas. Las armas nucleares israelíes están entre las más sofisticadas del mundo. Incluyen las bombas de neutrones, hechas para matar selectivamente a las personas dejando intacto los edificios circundantes, misiles balísticos, minas terrestres y cargas de artillería de un alcance de 60 kilómetros, sin contar con los aviones bombarderos capaces de alcanzar Moscú. Las bombas son de todos los tipos.
En junio de 2000, Israel había lanzado un misil a 1500 kilómetros, desde un submarino. Poseen hoy 3 de estos submarinos, que transportan cada uno 4 misiles similares, con cabeza nuclear. Dedi Zucker, un opositor de izquierda del Knesset, denunció estas armas con los siguientes términos: «moralmente, sobre la base de nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestra experiencia, tales armas son monstruosidades que deben rechazarse». Pero sin duda Israel dispone de un medio con el fin de ejercer presión sobre Irán y sus posibles aliados, para que este país dude en lanzar este tipo de armamento sobre el Estado judío.
En agosto de 2003 el Presidente iraní de entonces, el reformador Mohammed Khatami, aparecía como un interlocutor dispuesto a negociar y con quien un acuerdo firmado presentaría garantías suficientes para la comunidad internacional en relación a las pretensiones nucleares iraníes. El régimen iraní de entonces hasta se preocupaba en encontrar soluciones que le permitiera volver a entablar relaciones diplomáticas con Washington. Irán era, a pesar de algunas alianzas ocultas con grupos denominados terroristas, la única potencia regional en la cual podían basarse los Estados Unidos y Europa para llegar a una estabilización duradera en Oriente Medio.
Después de Mohammed Khatami, los Estados Unidos y Europa pensaban en Ali Akbar Hachémi-Rafsjandjani, candidato preferido de las cancillerías occidentales a las elecciones presidenciales de junio de 2005, para llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní y reintroducir a Irán en la comunidad internacional. El nuevo Presidente elegido en junio de 2005, Mahmoud Ahmadinejad, ultraislamista y duro entre lo duros del régimen, no tiene por su parte ninguna consideración para establecer acuerdos internacionales y aún menos para un diálogo con el ‘Gran Satanás’. Con la crisis nuclear y sus declaraciones que apuntaban sobre Israel, en poco tiempo, puso incluso fin a toda veleidad de negociación o aproximación, y logró reunir en la escalada a los más altos lideres del régimen de los mullahs con quienes disputa un poder controvertido.
La amenaza de consulta en el Consejo de Seguridad no tuvo ningún efecto sobre la posición iraní en las negociaciones entabladas con los negociadores europeos (Francia, Alemania y el Reino Unido) y la ruptura de estas negociaciones, como la intención firme de consulta del Consejo de Seguridad no parecen disuadir a Teherán. Mahmoud Ahmadinejad dijo que «Si quieren negar nuestros derechos, tenemos los medios de asegurar a estos». El Ayatollah Ali Khamenei, la guía suprema que tiene la última palabra sobre los asuntos de Estado confirmó la posición iraní: «La fuerte República islámica, de sus principios y sin temor a la agitación, proseguirá en la vía de su evolución científica y el mundo no puede influir sobre la determinación del pueblo iraní…» No pretendemos dotarnos con armas nucleares y Occidente lo sabe perfectamente, porque sería contrario a los intereses políticos y económicos del país y contrario a los preceptos del Islam».
Ali Akbar Hachémi-Rafsjandjani, el ex candidato preferido de las cancillerías occidentales nombrado a la cabeza del Consejo encargado de la protección de los intereses superiores del régimen por el Ayatollah Ali Khamenei para contradecir a Mahmoud Ahmadinejad, dio un mensaje aún más claro: «La política colonial tradicional del Oeste fue mantener el tercer mundo y el mundo islámico bastante detrás”…»Incluso si destruyen a nuestros científicos, sus sucesores seguirán el trabajo”…”No será fácil para ellos solucionar el problema imponiendo sanciones”…”Si causan cualquier disturbio, lo lamentarán».
Sin esperar aún una hipotética decisión de sanciones, Irán ya comenzó a destilar amenazas, apenas veladas, a través de su Ministro de Economía, Davoud Danesh-Jaafari: «toda perturbación en la situación económica y política del país puede poner en crisis la situación regional y hacer aumentar el precio de petróleo más allá de lo que esperan los occidentales». No caben dudas de que, en efecto, la comunidad internacional comprende las consecuencias de las sanciones que podrían ser un arma de doble filo. El Ayatollah Ali Khamenei ya declaraba en 2002, que «Si el occidente no recibe más petróleo, sus fábricas van a chirriar hasta el paro y esto podría sacudir el Mundo».
EL PETROLEO Y EL GAS IRANI, UNA NECESIDAD MUNDIAL
Irán es altamente dependiente de los petrodólares, dado que se constituyen sus exportaciones de 80% de gas y petróleo. Sus rentas petrolíferas alcanzaron los 40 mil millones de dólares en 2005, con un crecimiento del 25% sobre el año anterior. Un embargo petrolífero tendría pues consecuencias muy importantes sobre la economía iraní y podría hundir al país en una cascada de descontentos sociales. El efecto bumerán sería como contrapartida muy importante en los mercados del gas y el petróleo. Irán podría por otra parte haber anticipado ampliamente la posibilidad de sanciones políticas y económicas en su contra firmando estos últimos años múltiples contratos de suministro petrolíferos y de gas que se constituyen hoy en escudos contra las posibles sanciones.
Japón absorbe actualmente 18,4% de las exportaciones iraníes y China 9,7%. El año pasado un consorcio japonés firmó un acuerdo para el desarrollo de los campos petrolíferos iraníes de Azadegan que deberían representar a largo plazo un 6% de las importaciones petrolífera niponas. China e Irán han firmado el año pasado un acuerdo de inversión de 100 mil millones de dólares por 25 años en la industria petrolífera y gasera iraní. Irán, que ya proporciona a China 13,6% de sus importaciones de petróleo, exportará cada año 10 millones de toneladas de gas natural hacia China a partir de 2009. Pekín espera también asociarse a un proyecto de oleoducto que cruza Irán hasta el Mar Caspio (dónde podría a continuación establecerse una conexión con otro oleoducto que conecta Kazajstán a la China occidental). El objetivo señalado por Teherán consiste en alzar a China como el primer comprador de su petróleo y gas, en lugar de Japón, y China, que considera que sus importaciones energéticas procedentes de Irán son esenciales a su crecimiento económico, ya anunció que se opondría a toda decisión de sanción por el Consejo de Seguridad.
Por su parte la India, contra la voluntad estadounidense, refuerza también a grandes pasos sus vínculos con Irán, en particular, en un proyecto de oleoductos. Irán es también el segundo productor de petróleo más importante de la OPEC, después de Arabia Saudita, y tiene alrededor de un 10% de las reservas petrolíferas mundiales. Irán tiene a su vez las segundas reservas mundiales de gas natural después de Rusia. Por consiguiente, la influencia de Irán sobre la economía mundial parece darle garantías ya que toda reducción de sus exportaciones petrolíferas y gaseras tendría consecuencias muy importantes en el mercado mundial. La simple hipótesis de sanciones económicas contra Irán es uno de los factores que mantienen actualmente el precio del barril en aproximadamente 65 dólares. Los ciclones americanos del otoño propulsaron el precio del barril a 70,85 dólares a finales de Agosto último, afectando mucho más la crisis energética.
Algunos expertos no dudan en considerar que el precio del barril podría sobrepasar alegremente los 100 dólares en caso de paro de las exportaciones iraníes, no habiendo ningún productor actualmente capaz de sustituir a la oferta iraní. Recientes estudios pusieron de manifiesto que si los 2,5 millones de barriles que Irán exporta cada día faltarían del mercado, las consecuencias serían considerables sobre la economía de los EE.UU.: El precio de la gasolina podría duplicarse mientras que se perdería un millón de empleos y el déficit diario podría ampliamente superar los mil millones de dólares. Algunos analistas tienen en cuenta por otra parte que el simple hecho de amenazar a Irán con sanciones podría incitar a algunos de los políticos religiosos que lo dirigen, a una decisión estratégica de ruptura pura y simple de las exportaciones petrolíferas iraníes.
LA ESTRATEGIA MEDIATICA ESTADOUNIDENSE E ISRAELI
En noviembre de 2003, el jefe del Mossad, Meir Dagan, declaraba a miembros del Parlamento israelí que Irán había alcanzado el punto de no retorno y que la posesión de armas nucleares por Irán, era la mayor amenaza que tenia Israel desde su creación. Algunas semanas antes, el Mossad había dejado filtrar los planes de un ataque preventivo a las instalaciones nucleares iraníes por F-16 israelíes, mientras que Silvan Shalom, el Ministro israelí de Asuntos Exteriores, afirmaba en ese momento que Israel no tenía ningún plan de ataque a las instalaciones nucleares iraníes, durante una visita a los Estados Unidos, al mismo tiempo que el Ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, declaraba que «en ninguna circunstancia Israel podría tolerar que armas nucleares estuvieran en posesión de Irán».
El 6 de mayo de 2004, la Cámara de Representantes estadounidenses votaba la Resolución 398, por 376 votos contra 3, pidiendo al gobierno de George W. Bush «utilizar todos los medios convenientes para desalentar, disuadir e impedir a Irán adquirir armas nucleares». El rumor de Washington ya aclaraba la situación de un ataque de precisión conjunto de los Estados Unidos y de Israel contra las instalaciones nucleares iraníes de Bushehr, Natanz y Arak. Si la Resolución habría sido aprobada por el Senado, habría dado al Presidente George W. Bush el poder de lanzar un ataque preventivo sobre las capacidades nucleares iraníes en cuanto lo considerara necesario, pero sus consejeros habían concluido que tal ataque desencadenaría inmediatamente represalias iraníes susceptibles de desestabilizar completamente Irak.
George W. Bush no atacó Irán, dejando a los negociadores europeos explorar las vías de la negociación. En enero de 2005 el periodista Seymour Hersh publicaba un artículo estrepitoso en el New Yorker, revelando que las fuerzas especiales norteamericanas efectuaban, al menos desde el verano 2004, operaciones de reconocimiento dentro del territorio iraní para identificar las bases nucleares. En febrero de 2005, George W. Bush juzgaba ridículo las afirmaciones según las cuales los Estados Unidos tendrían planes de ataque a Irán, añadiendo sin embargo inmediatamente «todas las opciones están sobre la mesa». En marzo de 2005, el Times afirmaba que Israel tenía un plan de ataque combinado aire-suelo de objetivos en Irán si las negociaciones en curso no tenían éxito. Israel inmediatamente afirmaba por medio del portavoz del Primer Ministro Ariel Sharon, Ra’anan Gissin, que expresaba «Israel no tiene la intención de lanzar un ataque contra Irán, y ciertamente no antes de que se hayan explorado todas las opciones diplomáticas».
En julio de 2005, Henry Kissinger manifestaba su opinión «no recomiendo una acción militar pero aconsejo no excluirla». Desde, los medios de comunicación no se dejaban de expandir rumores de supuestos preparativos de un ataque militar sobre Irán por parte de los Estados Unidos e Israel. En diciembre de 2005, sucesivamente, el Times afirmaba que Ariel Sharon había dado la orden al ejército israelí de estar listos para atacar Irán a partir de finales de marzo de 2006, información inmediatamente desmentida por Israel.
Un posible ataque preventivo israelí, ya condicionado por una muy hipotética autorización de sobrevuelo de los territorios de Turquía, Irak, Arabia Saudita o Jordania, debería contemplar a la vez, según los expertos, numerosos objetivos demasiado distantes, dispersados y demasiado bien protegidos, algunas de estos siendo por otra parte subterráneos o situados muy cerca de centros urbanos civiles. Es pues difícil prever un ataque a las instalaciones nucleares iraníes fuera de la acción directa de los Estados Unidos que disponen, solo ellos, del conjunto de los medios indispensables para el éxito de tal operación, sin por ello garantizar el poder destruir el conjunto de las instalaciones nucleares iraníes.
Irán en efecto acudió a Rusia donde obtuvieron un número indeterminado de sistemas avanzados de defensa aérea S-300P (conocido en occidente como SU-10 Grumble) y muy recientemente de los sistemas antimisil Tor M-1 móvil (conocido en occidente como SU-15 Gauntlet) para proteger sus instalaciones nucleares.
Un ataque preventivo de las instalaciones nucleares iraníes, en ausencia de pruebas de que tienen un programa de armas nucleares, tendría como efecto inmediato legitimar, a los ojos del poder iraní, la continuación a marcha forzada de un programa de rearme nuclear fuera del Tratado de No Proliferación y en consecuencia sin ningún control del IAEA.
EL PODER DE REPRESALIA IRANI Y LA LUCHA POLITICA INTERNA
Con un ataque masivo el programa nuclear iraní se retrasaría ciertamente pero no por eso se pararía y de esta manera se consagraría la derrota de los esfuerzos de no proliferación, ya afectados por una crisis profunda con las frustraciones de los Estados no nucleares por ver a los Estados Unidos en la necesidad de desarrollarse nuevas armas nucleares antibúnkeres, con las revelaciones de la existencia de extensas redes de contrabando de material nuclear y con las dudas crecientes sobre los programas nucleares de varios de los signatarios del Tratado de no proliferación
En diciembre de 2003, el General iraní Seyed Reza Pardis informaba a Israel que en caso de un ataque a Irán «Israel cavaría su propia tumba». El 5 de julio de 2004, durante una visita a Hamedan, en el Oeste de Irán, el Ayatollah Ali Khamenei declaraba a la muchedumbre formada ante él: «Los Estados Unidos dicen que pusimos en peligro sus intereses”…» Si alguien invade nuestra nación, pondremos sus intereses en peligro en todo el mundo». No hay ninguna duda, en efecto, que Irán, en caso de ataque de sus instalaciones nucleares, tendría a la vez los medios, la voluntad, y la ambición de provocar reacciones extremas a la agresión. Entre las represalias evaluadas y probables para los expertos, estaría un contraataque inmediato con misiles sobre Israel y sobre las bases americanas de toda la región, en Irak, en el Golfo Pérsico y quizá hasta las bases de Asia Central y Afganistán.
Según fuentes abiertas, Irán posee de 12 a 18 baterías móviles de misiles balísticos Shehab 1 y 2, incluyendo cada uno 48 a 72 misiles de un alcance de 300 a 500 kilómetros pudiendo llevar cada uno una carga de 700 a 985 kg. Se almacenarían otros misiles en reserva. Con estos misiles, Irán es capaz de alcanzar las bases estadounidenses de Omán, Qatar, Kuwait e Irak. Irán poseería también tres baterías, si no más, de 12 misiles balísticos Shehab 3 de un alcance de 1.300 por 1.500 km pudiendo llevar una carga de 700 kg. Habría otros misiles en reserva. Con estos misiles, Irán es capaz de alcanzar Israel, Turquía, Arabia Saudita, y los campos petrolíferos. Un número indeterminado de prototipos de misiles balísticos Shehab 4 estarían también en posesión de Irán y tendrían un alcance superior a 2.000 kilómetros con una carga útil de 1.000 kg. Información de los servicios secretos occidentales indicarían por otra parte recientes compras, por Irán, de misiles balísticos Septentrionales Coreanos BM-25 de un alcance superior a 2.500 kilómetros.
Otras represalias juzgadas como muy probables por los expertos, sería una movilización inmediata de las tropas del Hezbollah en el Líbano, una desestabilización muy rápida de la situación en Irak, con rebelión de la mayoría shiíta pro iraní y de sus milicias armadas contra las tropas norteamericanas, así como una desestabilización de Arabia Saudita y de todos los Países del Golfo que incluyen a una población shiíta significativa.
Finalmente, el anuncio de la infiltración a nivel mundial de 50.000 combatientes suicidas, de los cuales 40.000 ya se habrían reclutado de los ‘Comandos de los Voluntarios Mártires’ establecidos por Mohammad Reza Jaafari, un oficial superior de los Guardias de la Revolución Islámica muy vinculado al nuevo Presidente Mahmoud Ahmadinejad. Objetivo de estos comandos: Misiones suicidas contra los objetivos occidentales. Es pues especialmente difícil prever que los propios Estados Unidos puedan simplemente destruir las instalaciones nucleares iraníes por medio de bombardeos aéreos orientados sin implicarse en un espiral de desestabilizaciones que los obligarían a una guerra total contra Irán. Después del principal error estratégico de la invasión de Irak, con un coste real entre 1.000 y 2.000 mil millones de dólares, los Estados Unidos no tienen hoy en día, los medios financieros para tal aventura. Tampoco tienen los medios humanos, excepto a través de la vía del reclutamiento.
El plan de la Coalición de Estados Unidos e Israel, incluiría un asalto aéreo de gran amplitud sobre 450 objetivos iraníes con uso de armas convencionales y nucleares tácticas. En espera del Armageddon, los halcones desean ver a los Estados Unidos movilizar una coalición internacional para aislar el poder iraní, debilitarlo con sanciones económicas específicas y fomentar un cambio de régimen. En Teherán surgen algunas señales de la batalla intensa que se desarrolla incluso en la cúpula del poder iraní con las premisas de una coalición de conservadores un poco más pragmáticos que, alarmados por el aislamiento internacional creciente de Irán (y las veleidades de lucha anticorrupción del nuevo Presidente), intentan evitar la influencia del bloque monolítico de los conservadores militaristas y fundamentalistas dentro de los centros del poder iraní.
El mismo Ayatollah Ali Khamenei, Guía Supremo de Irán, teme verse sustituido por el mentor de Mahmoud Ahmadinejad, el Ayatollah Mesbah Yazdi. El Ayatollah Mesbah Yazdi es la personalidad religiosa dominante del grupo conservador militarista que tiene hoy la Presidencia y agrupa a los miembros de la seguridad, en particular, los Encargados de la Revolución, el Basij (movimiento de juventud paramilitar) y los servicios de información. Es él quien dijito el resultado de la elección a la presidencia emitiendo una condena a muerte que pidió a los 20 millones de miembros del Basij votar por Mahmoud Ahmadinejad. En octubre de 2005, el Ayatollah Ali Khamenei extendió los poderes de Ali Akbar Rafsandjani, el Presidente del Consejo encargado de la protección de los intereses superiores del régimen, que había sido vencido ampliamente por Mahmoud Ahmadinejad en las elecciones presidenciales. El consejo supervisa en adelante la política del régimen. Ali Akbar Rafsandjani así se convirtió en el número dos del régimen iraní y supervisa tres de las cuatro ramas: En un nivel jerárquico, se encuentra ahora arriba del Presidente Mahmoud Ahmadinejad, del Presidente del Majlis (Parlamento), Gholam-Ali Hadad-Adel, y del Ayatollah Mahmoud Hashemi Shahroudi, que dirige el sistema judicial. Sólo permanece arriba de Ali Akbar Rafsandjani, el Ayatollah Ali Khamenei, Guía supremo y Jefe del Estado.
El rumor afirma que el Ayatollah Ali Khamenei, como consecuencia del pedido del Presidente Mahmoud Ahmadinejad que reclamaba auditorias financieras y administrativas de las instituciones que dependían de los Ayatollahs, se ha visto obligado a promover a Ali Akbar Rafsandjani a la categoría de Ayatollah. El Ayatollah Ali Khamenei y Ali Akbar Rafsandjani tienen por el momento la posición ultra de Mahmoud Ahmadinejad sobre el tema nuclear, quizá porque no podían aparecer como menos nacionalistas que él, así es como una de las primeras decisiones tomadas por Ali Akbar Rafsandjani, una vez reforzados sus poderes, fue nombrar al Presidente saliente, el reformador Mohammed Khatami, como principal asesor del Consejo, de esta forma dejándolo nuevamente al frente de la escena publica internacional. Ambos pretendieron ablandar las afirmaciones hechas por Mahmoud Ahmadinejad sobre Israel.
Mientras que el Presidente Mahmoud Ahmadinejad no termina de señalar como blanco enemigos a Tel-Aviv y Washington, con la hipótesis de la trampa de una intervención militar occidental contra Irán, un avión Falcon se estrellaba en Irán, provocando la muerte de once de los más altos oficiales del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución próximos a Mahmoud Ahmadinejad. Explicación oficial del aterrizaje forzado: Mal tiempo y mal mantenimiento del avión. Lo que puede parecer sorprendente para un vuelo que transportaba a la élite del ejército iraní.
Otras fuentes revelan otra explicación: ¡Sabotaje israelí!. Los servicios secretos israelíes suscitan siempre desde la curiosidad del público, la admiración de los servicios extranjeros y el temor en las filas de los enemigos de Israel, a pesar de los recientes fracasos, la multiplicación de los affaires internos y los escándalos en la vida política israelí. El Mossad siempre ha sabido preservarse y llevar a cabo simultáneamente dos terribles combates: la conservación de la integridad de Israel y el combate contra sus enemigos externos, sobre todo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos y las amenazas regionales.
EL MOSSAD EN EL INCONCIENTE COLECTIVO Y SU SITUACION ACTUAL
A menudo se llama erróneamente ‘Mossad’ al conjunto de los servicios de seguridad e información de Israel agrupados en una estructura llamada Servicio General de Seguridad. Esta estructura agrupa todas las unidades de operaciones especiales, seguridad e información, que sean integrantes del Ministerio de Interior, Defensa y Estado Mayor. Con este fin, el Mossad se encarga de recolectar la información en el exterior, mientras que el Shabak (antiguo Shin-Beth) de la seguridad interior y en cuanto al Aman, tiene a cargo la información militar (potencial de las naciones árabes, planificación y recolección de la información y estrategia militar). Estos tres, forman ‘la inteligencia de Israel, que, en cincuenta años desarrolló las mejores técnicas de información conocidas hasta ahora. Despertaron admiración los servicios de información israelíes, fueron reconocidos por los autores de novelas de espías y también desarrollaron el temor en los enemigos de Israel. Se dice que Abu Yihad, eliminada por el comando Matkal en Túnez el 16 de abril de 1988, veía ‘agentes’ israelíes por todas partes donde se desplazaba, había adquirido tal fobia que sus guardaespaldas no sabían ya que técnica de contrainteligencia aplicar.
Con la CIA, los servicios de inteligencia israelíes son los más activos del mundo y la ironía de la historia hace que en algunos encuentros con sus homólogos de los servicios de inteligencia estadounidenses, sean ellos los que dictan los cursos de actualización. Los alumnos habrían superado al maestro.
Creado el Mossad (el Instituto) el 1 de abril 1951 por una directiva de David Ben Gurion, que le gustaba decir que eran «la materia prima de Israel esto es la materia gris», no se dudaba, en esa época, que fueran a generar una generación de superdotados y de tácticos fuera de lugar. Estos hombres venían de distintos horizontes, eran agricultores, combatientes del Irgun, supervivientes de Auschwitz, o simplemente sionistas en sus corazones y en sus almas. Comenzaron primitivamente y estudiaron las técnicas del espionaje. Aprendieron, mal que bien, a recoger y analizar la distinta afluencia de información, tanto de fuentes militares, como humanas o técnicos. Pero para hacer frente a las guerras incesantes y a la falta de organización, una profesionalización de los servicios se hacía más que urgente. El Mossad iba a convertirse en el servicio que se conoce hoy.
En el gobierno del Primer Ministro Ehud Barak aparecía en la prensa israelí un anuncio por lo menos inquietante: «todo el mundo no puede entrar al Mossad, pero quizás usted si» o «el Mossad no recluta a cualquiera, a todo el mundo, pero quizás a usted». Los medios de comunicación israelíes se lo tomaron en broma, un animador de radio famoso incluso llamó al número de teléfono inscrito para intentar, con un cómplice, hacerse reclutar. Pero el Primer Ministro afirmaba en la prensa del día siguiente «nosotros encontramos dificultades para atraer nuevos reclutas». Entre uno de los clásicos del Mossad, Yitzhak Hofi, no dudará en un talk show en la radio pública israelí, en dar su opinión «nosotros tenemos hoy y más que nunca necesidad de agentes secretos porque los peligros de ayer existen aún junto a las amenazas de hoy».
El antiguo director del Mossad desde 1989 a 1996, Shabtai Shavit, que dirige el Instituto Contraterrorista de Herzliya, aprueba la metodología pero explica que el proceso de paz ha cambiado la prioridad de los jóvenes israelíes que hoy día son más atraídos por el lado material y la comodidad que puede aportarles otras actividades más que el trabajo del agente secreto.
En el Knesset, el Parlamento israelí, los dictámenes divergen y algunos no dudan en hacer la comparación de esta extensa campaña de contratación con la de la CIA, los servicios secretos americanos o del MI5, los servicios secretos británicos. Otros gritan y ridiculización al Mossad desde los recientes fracasos del Instituto en Suiza y Jordania. En la base aérea de Kfar-Tsin, dice un oficial superior de la base «es inaceptable, en mi tiempo se respetaba al Mossad, hoy los jóvenes no saben y no quieren incluso imaginar que si este país existe es en parte gracias a las operaciones clandestinas del Mossad». La campaña hizo su efecto, CNN y la BBC hicieron comentarios graciosos en sus ediciones y, por supuesto, Internet no escapó al fenómeno de «Conviértase en un agente del Mossad». En menos de 24 horas, el planeta entero estaba informado de la noticia.
La diáspora judía a través del mundo sigue siendo su prioridad, ya que es el núcleo duro de la organización. Está claro que algunos no ingresarán aunque esta contratación se reserva a los israelíes de nacionalidad. Muchos consideran que es fuera de Israel que se pueden aún encontrar a puros sionistas, y son ellos los que tienen prioridad. Una publicidad que fue exitosa y que atrajo aspirantes a partir de los primeros días para una selección afirmaba «una unidad de élite que requiere capacidades excepcionales y reforzados de una motivación excepcional». Los detalles de esta selección se clasifican como información secreta. En algunos relatos de inteligencia que se filtro del entrenamiento de los agentes del Mossad, dice que en los ejercicios se privan a los candidatos de agua, comida, luz y sueño, mientras que el peor ejercicio es verse privado de sonidos. Para el cerebro sería insoportable.
De vez en cuando, los instructores hacen oír gritos, pasos o golpes, a veces incluso sonidos muy agudos, estridentes y en un tiempo relativamente largo. Privados de luz, azúcar y sueño, se cae muy rápidamente en el delirio, la tensión aumenta. Un muchacho les da golpes en la cabeza para evitar que se duerman. Luego se los interroga en árabe, en ruso, en inglés, en español e incluso en francés. Siempre las mismas preguntas: ¿Quiénes son? ¿Para quién trabajan? Se debe mantener la cobertura durante largas horas.
Para algunos oficiales estos ejercicios no están ya en el programa. Para otros estos ejercicios están reservados a los combatientes enviados a los países árabes, como lo afirma un responsable del Lohamat Psichlogit, el servicio de guerra psicológica del Mossad.
Y a pesar de todo el entrenamiento, eso no impidió a los jordanos y a los diplomáticos canadienses descubrir a dos agentes israelíes en la capital de Jordania (Aman) que tenían como intención asesinar a Khaled Mechaal (jefe de los servicios políticos del Hamas) a finales de septiembre de 1998. Bajo los nombres de Barry Beads y Shawn Kendall, los dos agentes no resistieron más de diez minutos al interrogatorio de un diplomático canadiense llamado de urgencia por los Jordanos. Incluso otra situación embarazosa algunos meses antes, más exactamente el 19 de febrero de 1998, en Berna (Suiza), donde la policía suiza detiene a un israelí que poseía dos nombres falsos: Isaac Bental y Jacob Trak. La policía ni siquiera fuerza para descubrir el verdadero nombre del sospechoso que vigilaba entonces a un libanés sospechado de pertenecer a Hamas: «no puedo revelar mi verdadera identidad, si no corro el riesgo de que me maten» afirmó a los policías algunos minutos después de su detención. Según un ex agente del Mossad, este comportamiento es imperdonable: «Cuando estaba en el Instituto desde 1970 hasta 1985, se nos hacía pasar montones de pruebas y ejercicios para que nuestras coberturas sean creíbles”…“Debíamos ser capaces de sostenerla por veinticuatro a cuarenta y ocho horas. Lo que pasa hoy es que estos ejercicios de presión física moderada no tienen nada que ver con lo que sufríamos en mi tiempo”.
¿Qué futuro tiene el Mossad? Difícil de decir, en cierta forma debido a que desde el principio de la segunda Intifada palestina y los ataques del 11 de septiembre se levanto una ola de antisemitismo y antiamericanismo exacerbados, y también de operaciones fallidas que manchó la imagen del servicio lo que precipitó la dimisión de Dany Yatom.
Ephraïm Halévy, antiguo jefe de operaciones y diplomático, ex embajador de Israel ante la Comunidad Europea, fue el sucesor para hacer frente a tres dificultades: a) Hacer frente al apoyo a la Intifada en el mundo, b) purificar y reactivar al Servicio, y c) hacer frente al terrorismo y a los riesgos inherentes a la amenaza de Al-Qaeda y los grupos afines.
A su vez, desde el famoso asunto Mega, un topo del servicio israelí en la Casa Blanca, y desde el famoso asunto de Inteligencia En línea donde se había desmontado una red de espías israelíes en los Estados Unidos, los golpes contra el servicio surgen por todas partes. Es posible apostar que con un director como Halévy el servicio retome su tradición de eficacia, tenacidad y discreción.

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