Las más grandes (29 de julio al 5 de agosto 2005)

Durante los últimos cuatro años, el crecimiento de los servicios de seguridad privada en la región latinoamericana ha sido de aproximadamente 8% interanual. Las cifras divulgadas por Edgardo Frigo (Federación Panamericana de Seguridad Privada) indican que para el año 2002 esta industria movilizaba en la región 4 millardos de dólares anuales, algo ínfimo en comparación con los 42 millardos de dólares correspondientes a Estados Unidos.
Brasil, México, Colombia, Argentina y Venezuela son los países latinoamericanos que cuentan con las mayores cantidades de guardias privados debidamente registrados. No obstante, en México, Brasil y Venezuela han reportado problemas de “piratería”. Por lo que la cantidad de personas dedicadas a la vigilancia es en realidad mucho mayor. Mientras que el país carioca tiene alrededor de 570 mil vigilantes, Venezuela tendría 75 mil. El presidente de la Cámara Venezolana de Vigilancia y Protección (Canavipro), Luis Dávila, declaró a finales de 2004 que la demanda de servicios de vigilancia había crecido en 20% durante el último año y medio.
Este es quizá el indicador más confiable sobre la magnitud de la industria de la seguridad y la protección en cada uno de estos países. Otras actividades, como por ejemplo las de investigación o custodia de personalidades, están sometidas a estrictas regulaciones legales o simplemente prohibidas. Esto no quiere decir que no se hagan, pero generalmente quedan denominadas con eufemismos del tipo “servicios especiales”, y resulta muy difícil tener una noción clara de cuánto dinero se mueve por tales conceptos.
La industria de la seguridad privada ha ido diversificándose de acuerdo con las exigencias del mercado en cada localidad. En Colombia, por ejemplo, los familiares de las víctimas de secuestros buscan la ayuda de negociadores profesionales (generalmente ex policías), a pesar de que hay una prohibición expresa en tal sentido: se supone que tales procesos desembocan en el pago de cantidades que no son reportadas a las autoridades. En Venezuela, empresas como DAT2010 o Guardián 24 ofrecer servicios de escolta a vehículos de carga, especialmente en aquellas rutas consideradas riesgosas por el auge delictivo. Argentina, Brasil y México han desarrollado escuelas de “manejo defensivo” muy prestigiosas.
No existe, por lo tanto, un “ranking” o escala comúnmente aceptada con los nombres de las corporaciones de seguridad y protección más grandes. Esto, por otra parte, diría muy poco en cuanto a la calidad del servicio que pueden ofrecer. Hay, por ejemplo, compañías de este ramo que se especializan en seguridad informática o protección de datos. No tienen muchos empleados ni movilizan grandes fortunas, pero cumplen con su cometido. Otras, en cambio, tienen gran cantidad de empleados pero ofrecen un servicio deficiente pues no siguen estándares de formación académica ni de supervisión.
En Estados Unidos, el sondeo de una publicación especializada como Security Magazine reveló que las empresas de seguridad con mayores ganancias son Securitas (3,1 millardos de dólares); Wackenhut (1,3 millardos de dólares); Allied Security (515 millones de dólares); Barton Protective Services (340 millones de dólares) e Initial Security (268 millones de dólares). Las dos primeras tienen aliados o sucursales en países latinoamericanos. Pero eso no quiere decir que sean las más grandes en cada localidad donde operen.

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