Panorama de seguridad al 28 de noviembre

1. El juicio político a Ibarra se complica, pero no hay que olvidar las asignaturas pendientes de la ciudad de Buenos Aires. Diversas cuestiones muestran que el proceso tiende a complicarse, como las diferencias entre el presidente de la Sala Juzgadora y varios legisladores y cuál será el procedimiento, donde la clave será si son los actuales o los nuevos legisladores quienes deban juzgar a Ibarra, quien apuesta a que el proceso se caiga. Más allá de ello, las deficiencias en la habilitación de Cromañón, la falta de inspecciones -funcionaba violando una decena de normas-, no haber considerado los informes previos de la Defensoría y la Legislatura, evidencian la responsabilidad de Ibarra. Tras la tragedia, la respuesta también demostró deficiencias pese a que desde fines de la década pasada la Ciudad ya contaba con un Plan Maestro de Defensa Civil, el que se ha mejorado y ampliado sustancialmente con la gestión del actual Secretario de Seguridad. Pero Cromañón también plantea los principales desafíos pendientes en la Ciudad, que no cuenta con fuerzas de rescate propias, ni policía, entre otras cuestiones, para afrontar organizada y coordinadamente cualquier emergencia.
2. Frente a los cortes y protestas, la estrategia de saturación de efectivos policiales y de seguridad por el momento sigue resultando eficaz. Debido al incremento de los cortes y protestas, desde agosto el gobierno puso en marcha un comando conjunto para garantizar el tránsito en los accesos de mayor circulación. Consiste en imponer una superioridad numérica de efectivos, permitiendo las marchas o concentraciones pero no el corte total de la circulación, donde el personal tiene la prohibición de portar armas letales y reprimir. Los cortes vienen descendiendo sistemáticamente desde entonces, con la menor cantidad en octubre, aunque el año 2005 con un promedio de 102 mensuales se mantiene en un nivel similar respecto a los dos años anteriores. La cuestión es que la elevada cantidad de personal -tanto policial como de las fuerzas federales- destinado a la contención de las protestas no favorece la afectación de efectivos frente a la inseguridad. Por ejemplo, en cada gran concentración de protesta se destina una cantidad similar a la totalidad de la Buenos Aires 2 o semejante a los asignados a las bases de patrulla de la Gendarmería en provincia de Buenos Aires.
2. Se continúa limitando la difusión de las estadísticas criminales, lo que contribuye a la desinformación en materia de seguridad. Las últimas dadas a conocer sobre los principales distritos son parciales y desactualizadas. Respecto a la provincia de Buenos Aires, la difundida el 8 de mayo sólo comprende el primer trimestre. Abarcó datos parciales de las departamentales de Lomas de Zamora, San Isidro y San Martín, de donde se desprende un incremento respecto al 2004 y cierta migración delictiva hacia el norte del conurbano. En cuanto a ciudad de Buenos Aires, la última fue anunciada el 14 de agosto, abarcando el primer semestre con datos parciales –las denuncias de las 53 comisarías- con cierto aumento respecto al mismo período de 2004. Los homicidios se concentran en Parque Patricios, los hurtos en Once, los robos a mano armada en Liniers y los robos de autos en Belgrano. Así, mientras en Provincia la información data de hace 8 meses atrás comprendiendo sólo 3 de las 18 departamentales, en Ciudad es de hace 5 meses y sólo de parte de las denuncias y de algunos tipos de delitos.
3. Pero próximamente se irán anunciando los índices de 2005, mostrando cierta baja del delito, la cual no será significativa dada la elevada cifra negra. Progresivamente se irán dando a conocer cifras aisladas, para luego –en el primer trimestre del año próximo- difundir el total de delitos del país, que mostraría cierto descenso. Aunque el mismo no será significativo, ya que la estadística oficial se basa en los casos que se denuncian y comprende sólo uno de cada 4 ilícitos que tienen lugar. Para tener un punto de referencia de la elevada cifra negra que registra la Argentina, puede mencionarse el caso de México que tiene un nivel de delitos registrados y de no denuncia similar al de nuestro país. En Argentina, en 2004, se computaron 1.243.827 delitos y en México 1.403.425, mientras que en el primero no se denuncian el 74% en Ciudad y Gran Buenos Aires, en el segundo es del 77%. En México, durante 2004, la cantidad oficial de delitos denunciados fue de 1.403.425 como señalamos, pero considerando el porcentaje de no denuncia (del 77%) –la cifra negra alcanza al 88%- el total es de 11.810.377. Así, la cantidad real es 8,4 veces más que la oficial. Es cuestión de estimar el cálculo para el caso argentino y advertir en qué magnitud nos encontramos.
4. En el interior del país, las medidas anunciadas en Mendoza plantean una reformulación de la política de seguridad que destaca la valorización de la función policial. Cabe recordar que la provincia afrontó una crisis de seguridad a fines de octubre, ocasionada por una ola de delitos, precipitando la renuncia del ministro de Justicia y Seguridad Osvaldo Tello -junto a todo su gabinete- y generando una reformulación de la política de seguridad. El nuevo ministro Miguel Bondino está llevando a cabo una reforma donde la policía nuevamente se hace cargo de la seguridad, rompiendo el esquema vigente desde 1998. Se desdobla el actual Ministerio de Justicia y Seguridad –que regía desde la gestión de Arturo Lafalla- quedando sólo Seguridad, mientras que un comisario (Héctor Quiroga), “concentra” la conducción de la fuerza, tanto en lo administrativo como operativo, controlando incluso cuerpos especiales, policía vial y bomberos. En los planes anunciados se destacan el programa “puerta a puerta”, que busca mejorar la comunicación entre los vecinos y la policía, y el “reconocimiento al buen policía”, que estimulará a los efectivos con beneficios o incentivos. Pero habrá que seguir cómo se materializan los anuncios, para ver si efectivamente es una reforma de la ya implementada a fines de los 90.
5. A nivel regional y en materia de violencia social, la Argentina es el país con la mayor tasa de muertos por accidentes de tránsito en Sudamérica. De acuerdo a un informe del Centro de Estudios Nueva Mayoría, la Argentina es el país con la tasa más alta de muertos en accidentes de tránsito en Sudamérica, con una relación de 28,3 por cada 100 mil habitantes, más que duplicando el promedio regional que es de 13,5. En 2 países se registra una alta tasa (superando los 20 muertos) que son Venezuela y Argentina; en 6, una media (entre 9 y 12) donde se ubican Perú, Colombia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay; mientras que sólo en 2, una baja (menos de 9) donde se encuentran Ecuador y Bolivia. Tanto en el caso argentino como en el marco regional, la principal causa de los accidentes de tránsito es el no cumplimiento de las normas, ubicándose como la cuestión central a prevenir frente a una de las formas más representativas de la violencia social en la actualidad.
6. En conclusión:
a) Pese a las complicaciones del juicio político a Ibarra por Comañón, no hay que dejar de olvidar las asignaturas pendientes en la ciudad de Buenos Aires.
b) La estrategia de saturación de efectivos policiales y de seguridad para contener los cortes y protestas sigue resultando eficaz, pero plantea el impacto que pueda tener frente a la inseguridad.
c) Se continúa con la política comunicacional de limitar la difusión de estadísticas criminales, ya que la información de los dos principales distritos es parcial y desactualizada.
d) La baja del delito que comenzará a anunciarse gradualmente, no será significativa dada la elevada cifra negra que registra la Argentina, como sucede por ejemplo en el caso de México.
e) Las medidas anunciadas en Mendoza parecen plantear una reformulación de la política, unificando la conducción de la fuerza policial en la lucha contra el delito, en contraposición de lo que sucede en la provincia de Buenos Aires.
f) En uno de los indicadores más representativos de la violencia social, como es la tasa de muertos en accidentes de tránsito, la Argentina es el país sudamericano con el mayor nivel.

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