Panorama de seguridad para noviembre de 2005

1. Los episodios de violencia recientes en Argentina, durante la Cumbre de las Américas y en Haedo, muestran la inacción de las fuerzas policiales y de seguridad. Tanto en Haedo, el Martes 1, como en Mar del Plata, el Viernes 4, el común denominador fue la inacción policial, transcurriendo un excesivo período de tiempo entre el inicio de los disturbios y la intervención de las fuerzas policiales y de seguridad. En Haedo, los hechos generados por una reacción de los pasajeros por las demoras y deficiencias del servicio de tren que se potenciaron por la acción de grupos radicalizados de izquierda, comenzaron a las 08:45 y las fuerzas policiales y de seguridad actuaron a las 12:30, demorando 3 horas y 45 minutos, controlando la situación a las 13:35. En Mar del Plata, fueron ocasionados por grupos de izquierda en repudio por la presencia de Bush en la Cumbre de Presidentes, iniciándose los hechos a las 17:25 interviniendo las fuerzas federales a las 18:15, actuando a los 45 minutos pero sólo usando gases lacrimógenos y sin evitar en ningún momento el destrozo y saqueo de 70 comercios a lo largo de 13 cuadras, esperando que pierdan fuerza para luego enfrentarlos.
2. El accionar de la justicia también refleja una falta de respuesta adecuada. Durante los disturbios que tuvieron lugar en Mar del Plata, fueron detenidas 78 personas (62 hombres, 12 menores de edad y 4 mujeres), hacia la noche de ese día sólo 15 quedaban demorados en distintas reparticiones policiales de la ciudad. A la mañana siguiente, el Sábado, fueron liberados 7 y los 8 restantes durante la tarde y la noche. De estos últimos, 7 estaban acusados de hurto agravado mientras que el restante por robo. Como punto comparativo, paralelamente, en el vecino país Uruguay también se registraron disturbios -los principales en la región por la Cumbre, fueron en Argentina y Uruguay- los que si bien no tuvieron la magnitud que en Argentina mostraron una actitud diferente por parte de la justicia. El mismo viernes 5, una violenta manifestación con encapuchados que causaron destrozos en la Ciudad Vieja de Montevideo dejó un saldo de 6 heridos y 15 detenidos, 9 hombres y 6 mujeres. Más allá de cómo evolucione hacia delante el proceso judicial en Uruguay, actualmente 4 personas se encuentran detenidas procesadas por el delito de “sedición” –que de ser confirmado la pena va de 2 a 6 años de prisión-, y a 3 de ellos por “atentado” y “lesiones personales”, mientras que en Argentina de los 78 detenidos durante los disturbios en menos de 24 horas todos habían sido liberados.
3. La falta de respuesta policial frente a los últimos incidentes de violencia mostró ciertas divergencias a nivel político. Fundamentalmente entre el propio ministro de Seguridad Bonaerense, Carlos Arslanián y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, como también sucedieron tras los incidentes ocurridos en Haedo. En este último el ministro del Interior tuvo que ordenar que intervenga la Gendarmería frente a la indecisión del ministro Bonaerense, el que además tenía la máxima responsabilidad en la jurisdicción. En Mar del Plata, donde también la jurisdicción correspondía a la Policía Bonaerense y específicamente a las calles exteriores al vallado de contención donde se produjeron los desmanes, finalmente terminó actuando la Policía Federal. Pero más allá de las declaraciones quedó claro que frente a hechos de extrema gravedad en materia de seguridad siempre se impone la línea política del gobierno nacional. En otro orden, cabe señalar que tanto el intendente de Mar del Plata (Daniel Katz) como el Premio Nobel de la Paz argentino (Adolfo Pérez Esquivel), coincidieron en mostrar serias dudas sobre el accionar de las fuerzas federales frente a los disturbios violentos. Katz fue más concreto al sostener que “en Mar del Plata hubo zona liberada”, agregando también sobre quienes protagonizaron los incidentes que “tenían muy claro los objetivos”, mientras que Pérez Esquivel señaló que “llamativamente, los lugares donde se registraron los incidentes fueron desprotegidos por la Policía, que tardó mucho tiempo en llegar”.
4. Y a nivel general, la situación de seguridad no muestra cambios sustanciales. En materia de delitos, la actual tasa se mantiene en el nivel más elevado en la historia, prácticamente cuadriplicando la registrada en los 80 y poco más que duplicando la de los 90. Estamos con una relación de 3.400 delitos cada 100 mil habitantes frente a 800 hace dos décadas y 1.500 de la década pasada. A ello se agrega que no se está dando a conocer por primera vez en 8 años la encuesta de victimización que realiza el ministerio de Justicia de la Nación –la última corresponde al año 2003 y fue difundida en abril de 2004-, un dato de gran relevancia porque permite la aproximación a la “cifra negra” del delito, ya que la información oficial que se difunde corresponde a la “cifra blanca” –el delito registrado- que representa prácticamente uno de cada 4 hechos que tienen lugar en la realidad. Pero más allá de las cifras en sí mismas, quizás la importancia de esta situación es que la misma dificulta advertir qué cambios se están operando actualmente en el mundo criminal, donde algunas de las características más evidentes es el mayor nivel de violencia contra grupos vulnerables –como personas de edad avanzada, donde cada 10 días asesinan a un anciano-, la mayor presencia de menores de edad en hechos delictivos, y la mutación de ciertas modalidades como el caso de los secuestros, donde en muchas oportunidades situaciones comunes como un robo o un hurto culminan en un rapto.
5. En conclusión:
a) Los hechos de extrema violencia que tuvieron lugar a comienzos de noviembre, en Haedo y Mar del Plata, mostraron la inacción de las fuerzas policiales y de seguridad.
b) Tampoco la justicia adoptó actitud alguna, a diferencia de cómo lo hizo en Montevideo donde actualmente hay 4 procesados por el delito de sedición por hechos de menor magnitud pero igual gravedad.
c) La situación también evidenció las divergencias existentes a nivel político respecto a la estrategia de seguridad, y que frente a hechos de extrema gravedad siempre prima la línea política nacional aún por encima de las jurisdicciones locales.
d) En definitiva, y a nivel general, tanto los incidentes en Haedo como en Mar del Plata, junto al mantenimiento de un elevado nivel de delitos y violencia, confirman que subsiste la seguridad como problema.

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