Stopping power del .223: el reto

Continuamos con las reflexiones de la pasada entrega referente a la utilidad defensiva de ciertas armas y sus municiones y el comentario sobre el suceso de marzo de 2004 en Iraq (que motivó dicha reflexión). Esta vez evaluaremos una de las respuestas que la tecnología nos aporta sobre todo para adecuar el rendimiento de municiones de estructura sólida en términos de eficiencia y confiabilidad.
De nuevo tenemos que recordar que la eficiencia la medimos como la capacidad transmitir suficiente poder sin riesgo o con el mínimo de efectos no deseados como la sobrepenetración, y la confiabilidad entendida como la garantía de funcionamiento normal del arma sin interrupciones atribuibles a la conformación y estructura de determinado tipo de munición.
El efecto que más preocupa a la hora de seleccionar el uso de munición como la .223 en un arma con características similares a los M16/AR15 (cito estos modelos por que son los que nos permiten como civiles poder seleccionar el paso de cañón que más se adecue a nuestras necesidades bien sea defensivas o deportivas, ya que policial y militarmente la única posibilidad de uso de paso de cañón es el 1:7, pudiendo policialmente ampliar la selección de paso de cañón para acciones específicas) es la sobrepenetración en el caso de operaciones urbanas, es decir, enfrentar un sospechoso en una situación donde una sobrepenetración pueda matar a un rehén o a una víctima inocente.
Estamos claros que las áreas pobladas constituyen ambientes demandantes que no ofrecen paradores de balas seguros donde pueda resguardarse un peatón inocente si es sorprendido por un enfrentamiento a tiros.
En estos casos la respuesta tecnológica consiste en sacrificar al máximo el rendimiento y la efectividad terminal de las municiones en orden a disminuir el riesgo de una penetración completa que alcance un blanco seleccionado lo traspase y continúe poniendo en peligro cualquier otro al azar.
Como ya habíamos comentado el .223 ha demostrado tener consistentemente un pobre poder de parada es decir, su utilidad defensiva es relativa por lo menos en la configuración de 55 grains disparado desde un cañón de paso 1:7. Sin embargo, y en virtud de los recientes desarrollos hay razones que lo hacen más ventajoso para operaciones críticas que por ejemplo el 9 mm.
Veamos, en la mayoría de los casos la munición de 9mm se dispara de cañones con paso fijo y en su configuración de FMJ la sobrepenetración es casi una constante, como ya sabemos el .223 nos permite la selección de pasos del cañón que la dispara y por otro lado el problema de confiabilidad es también una variable que evaluaremos más adelante.
Como ya dijimos el compromiso es reducir de manera dramática la eficiencia terminal de la munición para evitar la sobrepenetración pero a la vez garantizarnos suficiente energía para lograr el efecto deseado. En el caso de los .223 podemos lograrlo disminuyendo el peso de la bala pero a la vez incrementamos el paso del cañón, es decir, peso de la punta o bala a 40 grains por decir algo y paso de cañón a 1:10 o superior.
Esto nos garantiza precisión y reduce en gran porcentaje el riesgo de sobrepenetración sin disminuir velocidad y conservando el momento de la bala. Otra solución sería utilizar una punta o bala con configuración mixta en cuyo núcleo encontremos materiales con peso específico diferente lo cual contribuiría a aumentar el momento de la bala y en consecuencia reduce el riesgo de sobrepenetración, esta configuración es beneficiosa por que no solo nos permite ser utilizada en los pasos de cañón más largos sino también podríamos utilizarla en el ya mencionado 1:7.
Otra solución posible sería utilizar municiones de punta suave o puntas huecas lo que tiene opiniones a favor y en contra.
Analizando los criterios de precisión, velocidad y coeficiente balístico y confortándolos con una data disponible para tres configuraciones de munición .223 con pesos de 40 y 55 grains y estructuras balistic tip y soft-point, encontramos lo siguiente: la munición de menos peso y estructura balistic tip desarrolló mucho menos momento sin menospreciar el hecho que desarrolló significativamente más velocidad con mucha menos penetración. En este caso y partiendo de la premisa que el momento y la penetración son proporcionales, mientras que la construcción de la bala es una variable independiente, se correlacionaron perfectamente bien el momento y al penetración.
Lo que sorprende en esta comparación es que la munición de menor peso exhibió menos caída en relación con el viento que las otras comparadas todas las cuales con coeficientes balísticos similares.
De manera que a primera vista pudiéramos concluir que esta munición de 40 grains esta diseñada para tener penetración limitada y excelente efectividad.
Lo curioso es que esta bala de 40 grains y construcción balistic tip está diseñada para cacería menor. Sin embargo se evaluó para ser utilizada en blancos humanos, por supuesto con un rifle de configuración M16/AR15 y paso de cañón 1:13, de manera que la característica de penetración limitada es bien restringida a cierto uso como por ejemplo el de un francotirador, y no se puede predecir si en dos disparos consecutivos pueda variar el efecto.
Habíamos dicho que de las tres municiones evaluadas una era soft-point de 55 grains. Lo usual es que en servicio nunca se use municiones de esta característica en cañones de paso 1:7 por que se deforma muy rápidamente y al haber una variación de eje es posible que la bala se autodestruya en vuelo. Ese problema no se observa en pasos de cañones a partir de 1:9.
Por otro lado siempre se ha pensado que las municiones de punta suave o hueca pueden ocasionar problemas de alimentación ya que al acomodarse apretadas en los cargadores se pueden deformar previamente y esto constituye un problema sobre todo en rifles de alimentación automática. En este punto también hay varias opiniones yo en lo personal no he experimentado ese problema en pruebas realizadas por mi en un rifle Colt Match Target pero debo acotar que estas pruebas fueron realizadas en un ambiente tranquilo sin la presión que supone un escenario de operaciones crítico. Como vemos entonces concluir la mejor combinación no es tarea fácil.
Existe en el mercado una munición cuyo núcleo está conformado por materiales de peso específico diferentes como acero, plomo y polímero. En pruebas observadas por mí en gelatina balística de 10% se nota cómo esta munición de 55 grains de peso y calibre .223 y disparada desde un cañón de paso 1:7 mostró una reducción de momento con una penetración de 10 pulgadas, suficientemente aceptable para uso militar y policial. Lo mismo observé en la munición para uso urbano calibre 5.78 x 28 que usa el P90 y la pistola FiveSeven. De manera que por ahí debe venir la respuesta: municiones multipropósito de penetración limitada que funcionen bien en rifles de alimentación automática, no tan livianas que disparadas en el pecho de un sospechoso puedan atravesar ropa pesada o que sea obeso y cause el efecto de neutralización que se espera.
Ahora la data disponible no refiere la evaluación de estas municiones y su comportamiento después de haber atravesado barreras primarias así que la configuración de 55 grains usadas comúnmente por militares y policías resulta al menos práctica. Por tanto tenían alguna otra posibilidad los soldados norteamericanos en Iraq con la configuración de armas disponibles para otro curso de acción? La tienen nuestras policías y militares que utilizan estas configuraciones aún en ambientes demandantes?. No me atrevo a hacer recomendaciones.
No quiero terminar sin dejar claro que escogí este tema ya que las armas y el calibre involucrado son los mismos que se utilizan en nuestras calles comúnmente por nuestras policías y no estoy seguro si se consideran estas razones técnicas a la hora de su utilización lo cual me preocupa. Evidentemente existe una limitación en cuanto a equipamiento tecnológicamente actualizado y entrenamiento pero a efectos prácticos deberían estudiarse muy bien los escenarios donde estas armas y municiones deben ser utilizadas y no exponerlas como respuesta de primera línea ya que el problema básico persiste “las víctimas inocentes”.
El otro aspecto que deseo expresar en virtud de la objetividad es que los datos de las municiones expuestas fueron recogidos por un explorador balístico Oehler y las marcas de las mismas no son relevantes solo la estructura y construcción.

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