Suicidio (28 de marzo al 5 de abril 2003)

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Suicidio (28 de marzo al 5 de abril 2003)

 

Todo suicidio es, en principio, una muerteviolenta y como tal debe ser investigada por las autoridades.  Son múltiples las maneras e terminar por lafuerza la vida propia:  ahorcamiento,mediante el uso de un arma de fuego, envenenamiento o simplemente lanzándose alvacío.  Pero siempre existe laposibilidad de que terceras personas intenten arreglar la escena del crimen–incluyendo el cuerpo de la víctima- para hacerlo parecer un suicidio.  También es probable que la muerte sea poraccidente. De allí la necesidad de que las autoridades indaguen sobre cada unode tales casos de la forma más abierta y completa posible.

 

La historia está llena de suicidas famosos,como el pintor Vincent Van Gogh, pero también de suicidios dudosos, como el deRoberto Calvi, mejor conocido como El Banquero de Dios, quien amaneció ahorcadobajo el puente Blackfriar´s en Escocia. La prensa italiana expresó sus sospechas indicando que Calvi fue “suicidado”.

 

En un artículo cuya lectura recomendamos VernonGeberth, ex comandante de la unidad de investigación de homicidios de lapolicía de Nueva York en el Bronx, señala que en los casos de aparente suicidiodeben ser tomados en consideración no solo los factores de orden criminalísticosino también los datos de la historia clínica, pues el suicida generalmentefinaliza con sus días luego de presentar cuadros depresivos.

 

En lo atinente a la investigación, indica el exfuncionario, las autoridades (policías, fiscales y miembros de los departamentosde medicina legal) deben determinar con precisión tres elementos:  la existencia de un arma o instrumentoutilizado para lograr la muerte en el sitio del suceso; si hay heridas que lapropia persona se haya infligido antes o durante el proceso de suicidio, yfinalmente si existe una expresión documentada de los motivos por los cuales elindividuo toma esa decisión.

 

Sobre este último punto, Nickell y Fischerobservaron en la obra Crime Science (Ciencia del crimen) que ladenominada “autopsia psicológica” viene practicándose cada vez con mayorfrecuencia para determinar cuál era el estado mental de la persona antes de sumuerte.

 

Cuando una persona utiliza un arma de fuegopara ejecutar su propia muerte, el proyectil disparado a corta distancia dejauna herida que según Soderman y O´Connell “tiene un aspectoinconfundible”:  el orificio de entradaes mayor que el diámetro de la bala, los pelos alrededor suelen estarchamuscados y en la piel una quemadura color café con restos de pólvora sindeflagrar, lo que se conoce como “tatuaje”. En regla general no hay más de un disparo, aunque se han presentadocasos excepcionales.

 

El ahorcamiento es otro método frecuente entrelos suicidas. En estos casos la muerte se produce por el cese del flujosanguíneo en las venas y arterias que cruzan el cuello.  En tales casos, la presentación del nudo enesta parte del cuerpo resulta vital para determinar si se está ante unhomicidio.  Esto debido a que os nudosno ejercen una presión uniforme, y dejan circular porciones de sangre.  Si la persona ha sido estrangulada y luegocolgada, las livideces de la cara lo señalarán al ojo experto.  Igualmente si el fallecimiento se produjocomo consecuencia de un golpe.

 

En los casos de salto al vacío es probable quela persona haya sido precipitada contra su voluntad.  El cuerpo de la víctima podrá tener entonces heridas o marcasindicadoras de la resistencia que opuso en sus últimos momentos, especialmenteen las extremidades.

 

En cuanto al envenenamiento, Sodermann yO´Connell observan que el suicida tiene poco cuidado en cuanto al aspectoexterno, sabor u olor de la sustancia que usa. El asesino, en cambio, trata deocultar en lo posible estos datos.  Elveneno, además, debe estar a la mano o cerca del cadáver.  Los expertos recomiendan como primera medidaen estos casos sacar de la escena del crimen a todos los familiares y recogerde inmediato todos los potes o envoltorios que pudiesen contener sustanciastóxicas.  En estos casos, los allegadospueden constituirse en trabas para la investigación.  O, también, en responsables directos del fallecimiento.

 

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