¿Una guerra justificada?

La mejor definición que he escuchado sobre la guerra, es la siguiente: «Lucha a muerte entre una gran cantidad de personas que no se conocen, para resolver las rivalidades que existen entre dos personas que sí se conocen», con esto entendemos que detrás de toda contienda bélica existen situaciones de las que sólo conocen la realidad quienes de origen establecieron la necesidad de llegar a enfrentarse. En las guerras nunca habrá un vencedor real, el número de víctimas que se genera de ambos bandos, afecta indiscutiblemente a los lazos d unión de los combatientes, para quienes nunca habrá pretexto que los convenza por haber perdido a un ser querido, a esto sumémosle el que diversos errores intervengan en esa lucha armada. Donde los muertos y los heridos se suman por cientos y hasta por miles. Estamos viviendo una etapa donde sobresale la voluntad de un solo hombre para haber cambiado la tranquilidad y estabilidad emocional de la mayoría de los países del mundo. Lo más grave es que todo fue parte de una equivocación y mala apreciación de quienes realizaron las investigaciones que sirvieron de base para tomar la determinación de invadir al país que consideraron una amenaza para la humanidad.
Todo empezó con el ataque a las Torres de Nueva York, donde un grupo terrorista se apoderó de unos aviones y los impactó contra esos dos edificios, de acuerdo a las investigaciones del propio gobierno agredido; del atentado se responsabilizó al grupo de Al Qaeda, comandado por Osama bin Laden, lo que dio origen a que se declarara una guerra personal (Osama bin Laden no es presidente de ningún país), por parte de los Estados Unidos, utilizándose como pretexto para invadir Afganistán y después de generarse cientos y, probablemente, miles de muertos, con resultados nulos sobre el objetivo deseado, se abandonó el proyecto bélico y las baterías se enfocaron a otra nación: Irak.
Saddam Hussein, presidente de Irak, no mantenía relaciones con Osama bin Laden, no participó en el ataque a las Torres de Nueva York, no se le conocen actos terroristas fuera de su país (manejaba un régimen dictatorial dentro de su gobierno), se «presumía» que tenía armas bacteriológicas (sin evidencia alguna) , se le consideró como el hombre más peligroso del mundo (sin razonamientos que así lo determinaran), se le condicionó a que aceptara las inspecciones de la ONU (las que aceptó), se le ordenó que desactivara sus misiles de largo alcance (a lo que accedió), y después de cumplir con los requerimientos se le invadió su país.
Con este acto se despertó a un gigante dormido, el pueblo musulmán quiere recuperar la soberanía de Irak (¿podemos reprochárselos?), al igual que lo hemos hecho a lo largo de la historia todos los países que estuvimos dominado por extranjeros; así, su lucha de independencia la están llevando a un terrorista que aterroriza al mundo, perdiéndose la tranquilidad y paz emocional.
No podremos reconocer que una sola persona se equivocó y que eso cambió la estabilidad de la seguridad mundial, es necesario aferrarnos a los errores y para sostenerlos seguir viendo como mueren inocentes, ¿se atrevería alguien a aseverar que ahora estamos más seguros, después de haber «ganado» la guerra?, o ¿podemos pensar que si no se le hubiera declarado la guerra, hubieran muerto los miles de personas que han fallecido hasta ahora?, la pregunta es : ¿Qué ganamos?

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