Una serie mirada a la capacitación
En el campo de la seguridad ciudadana hay una pregunta que siempre se hacen los responsables cuando los presupuestos son limitados al momento de preparar las estrategias y diseños. ¿Qué es mejor? ¿invertir en tecnología o en capacitación y motivación del personal? Si bien es cierto que ambos son importantes, de acuerdo a mi experiencia, no dudaría en invertir la mayoría de los recursos en capacitar y motivar al personal, ya que en temas de seguridad es mejor calidad que cantidad.
Hoy nuestro mundo está cambiando tan rápido que cuando uno adquiere un sistema o equipo, en poco tiempo, éste ya se ha actualizado. Por darles un ejemplo, los equipos de inteligencia y contrainteligencia comprados en el año 2000, si bien es cierto que funcionan, son una reliquia. La tecnología en ese campo se renueva constantemente.
Los chalecos antibalas que hoy usan nuestras fuerzas policiales (esos de color verde) ya pasaron a la historia. Además, los diseñadores de estos equipos sólo garantizan de 4 a 6 años su uso. Pregunto: ¿qué tiempo tienen de uso esos chalecos? Está claro que lo ideal sería contar con los recursos humanos y de equipamiento adecuados para enfrentar los nuevos retos en materia de inseguridad, pero la realidad en la mayoría de los países latinoamericanos es que debemos priorizar los pocos recursos con los que contamos.
En ese sentido, invertir para seleccionar, capacitar, entrenar y motivar a las personas invariablemente logrará mayores beneficios. Una buena motivación en el campo de la seguridad, despierta la parte externa y estimula la acción física. Otro factor que es muy importante es que exista un líder que marque el camino a seguir, que demuestre consistencia y disciplina, un profesional que brille con luz propia y contagie entusiasmo para el cumplimento de los deberes en su personal.
No olvidemos que una institución no es otra cosa que la capacidad colectiva de su gente para crear valor, capacitar y motivar a una persona es proveerle de ciertas herramientas y estímulos. Es crear las condiciones adecuadas para que aflore el comportamiento que buscamos, es canalizar el esfuerzo, la energía y la conducta del hombre de seguridad. Para el logro de los objetivos, veamos cómo beneficia la capacitación:
1. Mejora el clima institucional y aumenta la satisfacción de las personas.
2. Provoca mejores resultados operativos, aumentando la confianza en la institución.
3. Ayuda al personal a identificarse con los objetivos de la institución.
4. Mejora notoriamente la relación jefes – subordinados.
5. Se agiliza la toma de decisiones y la solución de los problemas.
6. Incrementa la productividad y la calidad del trabajo.
7. Se promueve una mejor comunicación en toda la institución
Finalmente, estoy convencido de que el recurso humano constituye el activo más preciado de toda institución. Cuando una institución no pone especial cuidado en su personal, en muchos casos, no será parte de la solución sino más bien del problema. Termino señalando: «si Usted piensa que la capacitación es un gasto, tenga por seguro que la ignorancia será un gasto mayor».