Vidrios rotos (21 al 28 de marzo 2003)

 

Estados Unidos inició suincursión armada en Irak sin haber logrado un consenso dentro del Consejo deSeguridad de las Naciones Unidas.  Lamaniobra del presidente de Chile Ricardo Lagos para abrir un paréntesis de últimahora no tuvo éxito.  Desde hace días, lacoalición liderada por el gobierno de Washington había iniciado una dinámicamilitar en el Medio Oriente muy difícil de detener por vías diplomáticas.

 

Estados Unidos se ha puesto enel plano del agresor.  En 1991, cuandolos tanques del ejército iraquí avanzaban en Kuwait, muchos países árabesapoyaron la respuesta armada contra el régimen de Hussein mediante la operaciónTormenta del Desierto. En esa oportunidad, el Consejo de Seguridad legitimó laacción militar. Fue lo que se denomina una “guerra justa”.

 

En esta oportunidad EstadosUnidos no sólo se ha colocado al margen del Consejo de Seguridad, en el que esmiembro principal con derecho a veto. El presidente Bush también sugirió que esa institución –nacida comoconsecuencia de la Guerra Fría- fue inoperante en la misión de detectar yeliminar las armas de destrucción masiva que según sus informaciones todavíaposee el régimen de Bagdad:  “El Consejo de Seguridad de las NacionesUnidas no ha estado a la altura de sus responsabilidades, de modo que nosotrosnos pondremos a la altura de las nuestras”, dijo el mandatario en su ultimátumdel martes pasado.

 

Mientras las tropas estadounidenses y británicas avanzan hacia lacapital iraquì, los voceros de Washington ahora exhortan al propio Consejo paraque tome iniciativas humanitarias que permitan el rescate de una poblaciónabatida por años de conflicto y bloqueo económico.  Es decir, para que recoja los vidrios rotos.  A esto, el secretario general de la ONU KofiAnan ha recordado que de acuerdo con la ley internacional “la responsabilidadde proteger a los civiles en un conflicto recae sobre los beligerantes; encualquier área bajo ocupación militar la responsabilidad por el bienestar de lapoblación recae sobre el poder ocupante”.

 

No es la primera vez que uno de los miembros principales del Consejo deSeguridad se enfrenta a la posición asumida por ese cuerpo.  Los casos de la guerra en los Balcanes y enel cuerno de Africa evidencian las limitaciones que padece esa instancia paracumplir su misión primordial como es la preservación de la paz.

 

En un artículo sobre el Consejo de Seguridad, el profesor de launiversidad de Londres Danesh Sarooshi señala cómo la institución ha idoampliando sus áreas de interés, en la medida en que sus miembros se han dadocuenta de que las violaciones a los derechos humanos dentro de un Estadoinciden cada vez con mayor fuerza dentro del equilibrio internacional.  Pero esta ampliación de miras, indica elcatedrático, no siempre obedece al interés general de ese foro, sino al de susmiembros más poderosos, los que poseen derecho a veto:  EEUU, Gran Bretaña, Francia, China y Rusia.

 

Preguntarse quién fracasó en el proceso previo a la incursión militares casi baladí.  Lo verdaderamenteimportante ahora es retomar la paz. Luego, se podrá determinar si el Consejo de Seguridad puede justificarsu permanencia en el foro internacional tal y como está, o si por el contrarioestá visto que su conformación actual es inoperante a la hora de contener losobjetivos hegemónicos de las grandes potencias.

 

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