La ley de la selva informática (15 al 22 de febrero 2002)

 

La posibilidad de obtener e intercambiar datoscon otras personas en forma instantánea, sin importar dónde se encuentren –enla misma vecindad o en el lado opuesto del mundo- plantea un escenario sinprecedentes para la evolución de la raza humana y, al mismo tiempo, para ladifusión del pensamiento y los valores democráticos.

 

Y también es, paradójicamente, un reto para lapreservación de la seguridad de los estados, las corporaciones y laspersonas.  Frente a esto, algunosregímenes poco respetuosos de la integridad humana han optado por la viejafórmula de “botar el sofá”, restringiendo al máximo el acceso de sus ciudadanosa la información que corre por la red. Son los casos del gobierno talibán en Afganistán y la dictaduracastrista en Cuba.

 

En otras partes, en cambio, se preocupan máspor preservar la salud de los miembros de la sociedad, antes que la estabilidadpolítica o la integridad religiosa.  Enfunción de esta meta, muchos países han impuesto restricciones a la circulaciónde voz, imágenes y textos sobre las relaciones sexuales entre menores deedad.  La difusión de la pedofilia eninternet ha motivado importantes retos para los sistemas judiciales.

 

Estos son temas de los que poco o nada podíadecirse hace apenas una década.  Laseconomías de tercera ola (según la definición de Alvin Toffler), así como lasque van en transición hacia ese estadio son esencialmente abiertas. En ellas,la data fluye a velocidades inimaginables, y el conocimiento adquierepreocupantes niveles de obsolescencia.

 

La preservación de la información reservadaconstituye otro motivo de preocupación para grandes empresarios, jueces yparlamentarios.  Hay países en los quela sustracción de archivos por vía electrónica simplemente no está previstacomo un delito.  Como no lo están laclonación de los teléfonos celulares ni el fraude con las compras a través deinternet.  Estos casos tienen de cabezaa los tribunales.

 

Las nuevas modalidades delincuenciales sebenefician del atraso de las legislaciones locales.  Para los abogados puristas, aquellos que obtienen beneficios através de estas actividades ni siquiera pueden ser señalados de estar al margende la ley.  Simplemente, son individuos“audaces”.

 

Estos casos, a pesar de que planteansituaciones novedosas, dejan la sensación de estar ante un escenario de LejanoOeste.  Cada quien a su merced. Unanueva versión de la Ley de la Selva, en el siglo 21.  Hay “hackers” o piratas informáticos; “gusanos” capaces dedestrozar los sistemas operativos de nuestras computadoras, arransando con todala información almacenada; “virus” que al instalarse pueden hacernos perder eltrabajo de años, y pare usted de contar.

 

Las publicaciones especializadas indican que notodo está perdido. Que los nuevos enemigos públicos, así como los viejos,prefieren aprovecharse de las vulnerabilidades más frecuentes antes queinventar nuevas formas de ataque. Procure tapar cuanto antes estos “agujeros” (en los links de interésencontrará una orientación).  Y mientrastanto procure no entrar en terrenos desconocidos. La curiosidad mató al gato.

 

Sobre este tema volveremos en próximasentregas.

 

Links de interés

 

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