Un niñero sueco acusado de matar a su esposa, el caso de una nena japonesa de 12 años asesinada por un compañero de 11 y el juicio por violación que se sigue en Denver contra Kobe Bryant, el astro de Los Angeles Lakers, tienen algo en común: en las tres causas los jueces tomaron como evidencia válida mensajes de texto para tomar sus decisiones.
Los cada vez más populares mensajes de texto, esos que se escriben por Messenger, AOL, Yahoo ICQ o bien de teléfono celular a teléfono celular, por lo general sirven para que las personas se comuniquen mensajes breves y sin mayor importancia. Pero cuidado: todo lo que uno escriba puede ser usado como evidencia en su contra. Cada vez más jueces de todo el mundo piden esos mensajes como evidencia. Veamos:
Caso 1: Unas horas después de que Kobe Bryant tuviera un encuentro sexual con una trabajadora del estado de Colorado, el año pasado luego de un partido de la NBA, la chica envió dos mensajes de texto por su celular: uno a su ex novio y el otro a alguien cuya identidad no fue aún revelada. La chica luego acusó a Bryant de violación y el juez que entiende en la causa ahora quiere conocer el contenido de esos mensajes para incorporarlos como evidencia en el juicio y saber si la relación sexual del popular Kobe fue consensuada o no.
Caso 2: La policía y los fiscales de Estocolmo, Suecia, lograron determinar que un hombre había asesinado a su esposa y a su vecino luego de revisar los servidores donde habían quedado registrados varios mensajes de texto. De no haberlo hecho, tal vez no hubieran descubierto nunca que el hombre estaba bajo las influencias de un pastor de una secta que lo había convencido de que su esposa tenía relaciones sexuales con el vecino, que también apareció muerto.
Caso 3: En el sur de Japón la policía está examinando e-mails y mensajes de texto para poder determinar por qué un chico de 11 años asesinó a su compañera de 12 con un cortante.
A pesar de que los usuarios apreten la tecla delete, o cierren la ventana de diálogo en un chat por mensajero instantáneo estos pueden quedar registrados en un servidor o en el historial de mensajes dentro de la computadora. En algunos casos los mensajes quedan por unos días, en otros, hasta que alguien los borre.
Cada empresa que brinda estos servicios tiene una política diferente respecto de los mensajes de texto. Algunos los borran inmediatamente, otros los guardan. En Europa varios países obligan a las empresas a guardar los archivos de texto para que queden a disposición de la policía. “En Estados Unidos no existen estos requerimientos”, le dijo a la agencia de noticias AP Barry Steinhardt, director del Proyecto Tecnoloía y Libertad de la Unión de Libertades Civiles Americana. En la Argentina (Ver recuadro) no existe legislación al respecto y, según el fuero al que pertenezca una causa, pueden ser considerados o no. Lo difícil es, en todos los casos, demostrar quién envió el mensaje, sobre todo si se quiere acusar a alguien de haber cometido un delito.
Los mensajes de texto fueron evidencia en por lo menos otras dos causas en EE.UU. Una en Oregon, en la que se determinó que un hombre, preso por asesinar a su esposa, le había enviado e-mails y mensajes para aterrorizarla antes de cometer el homicidio. Otra en Georgia, en la que un joven de 17 fue arrestado por intentar abusar sexualmente de una nena de 12: los padres de la chica leyeron los mensajes de texto que el chico le habia enviado a su hija y fueron directamente a la policía a hacer la denuncia.