La semana pasada, un informe de inteligencia elaborado en 1991 y recién desclasificado por el Pentágono, que acusa a Álvaro Uribe de haber sido colaborador del cartel de Medellín y amigo personal de Pablo Escobar, le dio la vuelta al mundo. Newsweek lo publicó en la carátula de su edición internacional y The New York Times realizó una nota al respecto. La Casa de Nariño expidió un comunicado desvirtuando el informe y el Departamento de Estado salió en defensa de la reputación del presidente rechazando la validez de la información contenida en el documento.
Para la mayoría de colombianos el incidente no fue sino un nuevo episodio en la cruzada personal del periodista de Newsweek Joseph Contreras contra el presidente Uribe, con quien ya había sostenido un encontrón durante una entrevista en la campaña electoral. Sin embargo, Contreras tuvo muy poco que ver con la obtención de este documento. Fue National Security Archive la que obtuvo esta información, y la encontró por azar.
La National Security Archive es una prestigiosa ONG integrada por periodistas y académicos que se dedican a solicitar la desclasificación de documentos secretos del gobierno de Estados Unidos. Es financiada por fundaciones como la Carnegie Corporation, la MacArthur Foundation, la Ford y otros individuos que creen en la importancia de ampliar el acceso a la información gubernamental. Gracias a su trabajo, se desclasificaron los documentos sobre el apoyo de EU a Pinochet en el golpe al presidente chileno Salvador Allende en 1973; se destapó la información sobre la guerra sucia en Guatemala; y sobre la polémica intervención de EU en el genocidio de Rwanda. SEMANA.COM entrevistó a Michael Evans, director del Proyecto Colombia en la National Security Archive, quien tramitó el derecho de petición a través del cual salió a la luz pública el informe de inteligencia del Pentágono.
SEMANA.COM ¿Por qué su organización tramitó un derecho de petición a la Agencia de Inteligencia del Pentágono sobre Álvaro Uribe en agosto del 2000?
Michael Evans.: En realidad no lo hicimos. Yo tramité una solicitud a la CIA para que desclasificara información sobre el asesinato de Lara Bonilla porque al principio de nuestro Proyecto Colombia, que documenta las políticas de Estados Unidos en ese país con énfasis en la guerra antinarcóticos y contrainsurgente, pensamos que a raíz de este episodio Estados Unidos habría puesto una mayor presión sobre los carteles de la droga en Colombia, y que habría documentos al respecto. Lo que sucedió fue que la CIA encontró dentro de sus documentos material de la Agencia de Inteligencia del Pentágono y le transfirió esos documentos para que el Pentágono decidiera si los desclasificaba.
SEMANA.COM ¿Cómo terminó el documento en manos de Joseph Contreras, el periodista de Newsweek que lo divulgó?
M.E.: Yo llamé a varios reporteros a darles esta información. Uno de ellos era Contreras, a quien conocía porque escribe sobre estos temas de Colombia.
SEMANA.COM ¿Es decir que ustedes se encontraron este reporte de inteligencia por pura casualidad?
M.E.: Sí, fue una casualidad. No estábamos buscando documentos sobre el presidente Uribe. Aunque él es tan pertinente para nuestro trabajo de desclasificar documentos como cualquier otro tema relacionado con Colombia, en este caso fue casualidad.
SEMANA.COM ¿Tienen algún otro documento que involucre a Álvaro Uribe?
M.E.: Tenemos otros documentos que involucran a Álvaro Uribe pero con relación a encuentros suyos con el presidente Bush o con Powell. En todo caso dado que muchos de los documentos que solicitamos son recientes no es posible obtener su desclasificación o son publicados con porciones eliminadas. No tenemos mucho más sobre Uribe.
SEMANA.COM ¿Qué credibilidad le otorga a este informe?
M.E.: El documento es una transmisión de un reporte obtenido por funcionarios del Pentágono en Colombia. Estados Unidos tiene agregados militares cuya labor es mantener relaciones con las fuerzas de seguridad en Colombia y gran parte de este esfuerzo en 1991 se concentraba en la guerra de las drogas y en Pablo Escobar. Aparentemente, uno de los oficiales militares colombianos se lo dio al agregado militar del Pentágono en Colombia.
SEMANA.COM ¿Un militar colombiano?
M.E.: Yo adivinaría que este documento provino de la Policía, porque es más acorde con lo que hacen ellos. Es una suposición mía, pero sí parece provenir probablemente de una entidad investigativa colombiana.
SEMANA.COM ¿Y no de una entidad oficial de Estados Unidos?
M.E.: Si fue una institución estadounidense tendría que ser la DEA o una de sus agregados. No sabemos qué credibilidad le dieron, lo único que sabemos es que ellos tenían esta información. Lo que me parece interesante es que el comunicado de la Casa de Nariño no refutó lo que a mí me parecen los puntos más importantes del documento: las asociaciones de Álvaro Uribe con Pablo Escobar y su trabajo para el cartel de Medellín. Refutó cosas menos importantes como quién mató a su papá y que no tenía negocios en el extranjero. No negó explícitamente que Uribe haya trabajado en la campaña política de Pablo Escobar, sólo que no pertenecía a su mismo partido. Yo me pregunto: ¿Si ya se tomaron el trabajo de expedir un comunicado por qué no refutan las acusaciones más importantes?
SEMANA.COM Entonces, usted le otorga cierta credibilidad.
M.E.: No puedo decir si es creíble o no. Sólo puedo decir que es un documento investigativo muy detallado. En la presentación dice que realizaron esfuerzos para identificar algunas de las personas que menciona en bases de datos. En otras palabras, el informe tuvo un análisis preliminar.
SEMANA.COM Aunque el reporte dice que es información de inteligencia «no evaluada totalmente», usted afirma en su página web que «funcionarios de inteligencia creyeron que el documento era suficientemente serio e importante para enviárselo a analistas en Washington». ¿Cómo sabe que los funcionarios creían que era información seria?
M.E.: Porque los funcionarios decidieron enviarlo en sus reportes. Si hubiesen creído que era basura no se toman el trabajo. Aunque la sección de comentario, que fue censurada, podría decir que no es una información seria. Sólo lo sabremos si desclasifican esa parte del documento.
SEMANA.COM¿Es una práctica normal eliminar o censurar del reporte la fuente de la información y esta sección de comentario o significa algo?
M.E.: Es bastante normal. A veces no borran la fuente, pero normalmente si es sobre hechos recientes la tachan, sobre todo si la fuente dio la información confidencialmente. Los comentarios al final del documento son normalmente borrados. También quisiera agregar que la nota que dice que la «información de inteligencia no ha sido evaluada totalmente» también es estándar en cualquier informe de información de inteligencia, no busca hacer ningún énfasis.
SEMANA.COM ¿Qué son exactamente estos informes de información de inteligencia?
M.E.: Son los documentos primarios de investigación realizados por los agregados del Departamento de Defensa que llegan directamente de la Embajada de Estados Unidos.
SEMANA.COM El documento también señala que alguna de la información fue cruzada con otras agencias. ¿Cuál es la importancia de eso?
M.E.: Eso quiere decir que hubo coordinación con otras agencias para identificar algunas personas señaladas en el informe. Eso no es lo acostumbrado. Lo que eso sugiere es que esa información tuvo un análisis preliminar, se realizó un esfuerzo adicional. Eso quiere decir que se debería dar un paso atrás y preguntarse si es quizás creíble esa información.
SEMANA.COM ¿Qué le hace pensar que una cantidad significativa de tiempo y energía se fue en compilar este reporte y que no vino de una sola fuente, quizás de un enemigo personal de Álvaro Uribe?
M.E.: Es una lista de más de cien personas, identificadas con su cédula, su fecha de nacimiento y otros detalles. La información es tan detallada y específica que no parece que la hubiera puesto junta un solo individuo. Parece haber sido compilada por una entidad oficial.
SEMANA.COM ¿Qué planea hacer ahora su organización con este documento?¿Cuál es el siguiente paso?
M.E.: Apelamos la respuesta, tratando de que publiquen lo que fue tachado. Esto podría arrojar alguna luz sobre quiénes fueron las fuentes de esta información y lo que el funcionario que investigó el caso pensaba de estos datos. Pero nos podría tomar un tiempo obtener una respuesta.