El gobierno de Cuba respondió este miércoles a la expulsión de su embajador en Panamá con un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el que se ratifican las acusaciones contra la presidenta panameña, Mireya Moscoso.
La solicitud para que el embajador cubano deje Panamá y la retirada de su homólogo de la isla se produjo como reacción a una nota del gobierno de Fidel Castro, en la que se acusaba a Moscoso de planear un indulto para cuatro presos cubanos.
Se trata de Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez, Pedro Remon y Guillermo Novo, todos ellos acusados y condenados por un tribunal panameño a penas de entre siete y ocho años de prisión, por preparación de acciones violentas.
Atentado contra Castro
Estas personas fueron arrestadas durante la X Cumbre Iberoamericana, realizada en Panamá, en 2000, en posesión de documentos falsos y explosivos para perpetrar un atentado contra Fidel Castro, mientras pronunciaba un discurso en una universidad de aquel país.
Posada Carriles está en prisión, tras ser acusado de querer atentar contra la vida de Castro.
Algunos de ellos son, además, actores confesos de varios atentados contra hoteles, instalaciones cubanas en el extranjero y del derribo de un avión de la aerolínea Cubana de Aviación, en 1976, en el que murieron casi un centenar de personas.
El gobierno cubano acusa a Moscoso de preparar la liberación de estas personas y sostiene que si concreta la acción, «cargará con el estigma y la inmoralidad de haber liberado a asesinos confesos, a terroristas de la peor calaña».
En la nota emitida este miércoles por el gobierno cubano, se afirma que la presidenta panameña sigue «sin definir aún su posición sobre su compromiso de indultar a los terroristas presos».
El comunicado finaliza ratificando que «si los monstruosos criminales que con sus actos terroristas han privado de la vida a incontables cubanos son indultados, las relaciones entre ambos Estados se romperán automáticamente por tiempo indefinido».