Moscú. Un atentado terrorista, un problema mecánico o un error de la tripulación son las causas que podrían explicar por qué dos aviones rusos de pasajeros se estrellaron casi simultáneamente en Rusia, matando a las 89 personas que viajaban a bordo.
El fiscal general, Vladímir Ustinov, indicó al presidente ruso, Vladímir Putin, que no tenía una visión clara de qué había pasado con las aeronaves _un bimotor Tupolev 134 y un Tupolev 154 de tres motores_, que despegaron del aeropuerto Domodedovo de Moscú, con apenas una hora de diferencia, hacia dos destinos distintos, señaló Reuters.
Las caídas de los aviones ocurrieron casi al mismo tiempo, separadas apenas por unos pocos minutos.
El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) señaló que los restos de los aparatos no revelan indicios de un atentado terrorista.
El vocero del FSB, Sergéi Ignatchenko, declaró que especialistas en explosivos aún trabajaban en la escena y que, a pesar de la falta de indicios, aún no se descartaba un eventual atentado, refirió AP.
El portavoz reiteró que la causa más probable de la tragedia era la violación de las normas de transporte aéreo y que se investigaba el combustible y el estado técnico de los aparatos.
El Tupolev 154 de la aerolínea Sibir tenía 46 personas a bordo. El otro Tupolev, modelo 134, llevaba 43 personas. Las dos aeronaves desaparecieron del radar casi simultáneamente, el martes por la noche, y posteriormente se hallaron los restos sin sobrevivientes.
Sin embargo, hay circunstancias sospechosas. El aparato más grande, el Tupolev 154, envió una alarma de secuestro antes de caer. Y además había partido de Domodedovo, en Moscú, hacia Sochi, el lugar de vacaciones del Presidente.
La población rusa está en estado de shock tras la enigmática caída de los dos aviones y es por eso que se mantiene la duda de si se trató o no de un ataque.
Un vistazo al calendario refuerza la sospecha: el próximo domingo se celebran elecciones presidenciales en la convulsa república de Chechenia, y los rebeldes chechenos rechazan los comicios.
