El secuestro se ha constituido en industria en Latinoamérica

Por Martha Lucia PinzónEn los últimos ocho años, «el aumento del secuestro en el mundo ha sido del 70 por ciento», señala Hiscox (una compañía de seguros Inglesa), en su reporte anual sobre monitoreo de secuestros. »La estimación más realista es de 20.000 a 30.000 secuestros por año en el mundo», sostiene Stephane Dana, ex director de la filial francesa de Pinkerton, sociedad especializada en la seguridad. Y dentro de estas cifras y porcentajes, Latinoam érica presenta el mayor índice de secuestros en comparación con cualquier otra región del mundo.Según el reporte de Hiscox, Colombia, Brasil y México figuran entre los países más peligrosos del mundo en materia de secuestros. En Colombia, hay en este momento 1.500 personas secuestradas (teniendo en cuenta que los números actuales de secuestros no son un reflejo de la realidad debido a que un buen numero de los casos no son reportados),y desafortunadamente la proyección para finales de diciembre es de 3.000 secuestrados, cifra que supera el récord histórico mundial que tenía este país en esta materia.La Fundación País Libre, una organización Colombiana dedicada a combatir este delito, señala que de los 1500 secuestrados permanecen actualmente en cautiverio 141 niños, lo cual aún es más aterrador.Según cifras oficiales, el número aumentó más del 50 por ciento durante el primer semestre de este año en comparación con el mismo periodo el año pasado. En la década de los 60, el promedio anual de secuestros en ese país era de 83; en los 70, de 55; en los 80, de 296; y en los 90 este delito se disparó hasta alcanzar promedios anuales superiores a los mil plagios.De acuerdo con un informe especial del Diario Venezolano El Universal, los secuestradores pueden catalogarse en guerrilleros, miembros de los carteles de la droga, delincuencia común y policías corruptos.En Colombia por ejemplo, el secuestro empezó a ser realizado por la guerrilla con las acciones del Movimiento 19 de Abril M-19 (hoy reinsertado a la sociedad civil), con el fin de financiar sus actividades revolucionarias, y hoy en día sigue siendo la guerrilla, la responsable del 80 por ciento de los secuestros, según informa el Diario Colombiano El Tiempo.Pese a que organizaciones como Human Rights Watch, han condenado duramente el secuestro de civiles por parte de subversivos y han señalando que toda privación de la libertad de civiles a cambio de una exigencia de rescate «constituye
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una violación flagrante del derecho internacional humanitario», advirtiendo que el uso de la palabra retenciones, para disimular el término secuestro, es «un eufemismo cínico para calificar la privación arbitraria de libertad y bienestar a los no combatientes», los secuestros continúan y con ellos la flagrante violación de los derechos humanos.Las víctimas en este país pueden ser ricos o pobres, al punto que han sido secuestrados taxistas, estudiantes, amas de casa y trabajadores que no ganan más de dos salarios mínimos (lo que equivale a menos de US$200 mensuales). Por la liberación de las víctimas, la guerrilla recibe desde cargamentos de cemento, medicamentos, y hasta relojes y cadenas de oro. Sin embargo, en otros casos, cuando la víctima pertenece a un estrato social alto, se le mantiene por varios meses en regiones remotas en las montañas o en la selva a la espera de negociar un buen rescate.En países como Perú, Brasil, Argentina y Venezuela, el secuestro de ciudadanos de clase media, se ha vuelto muy frecuente. Las víctimas son secuestradas por breves períodos de tiempo y liberadas con el pago de rescates que pueden ser de tan solo de US$2.500. México, durante 1995, alcanzó índices de 1.500 a 2.000 secuestros de ejecutivos, con pagos de rescate que oscilaron entre los US$1.000 hasta varios millones de dólares.Las cifras son alarmantes y desafortunadamente hay que admitir que el secuestro se ha ido posicionando en un «negocio» altamente lucrativo. Basta con observar como en Colombia la industria criminal del secuestro sobrepasa los 500 millones de dólares. Un reporte del Comité de Relaciones Internacionales del Congreso norteamericano estima que cuarenta por ciento del presupuesto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia , FARC, proviene del secuestroEs cierto que las voces de rechazo aumentan y que algunos países latinoamericanos han fortalecido sus fuerzas especiales antisecuestros, pero nada de esto puede interpretarse como una solución eficaz para proteger a las personas.Un delito tan atroz como el secuestro requiere de la cooperación de la comunidad internacional para combatirlo. Y hay que partir considerando que las personas deben estar en el primer lugar de todos los asuntos internacionales, pues lo que esta en juego es su libertad y su seguridad. Continuar indiferentes solo contribuirá a que aumenten las víctimas.

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