MADRID.- A pesar de que se haya revelado un ‘método’ ineficaz, sangriento y dañino para todos, en los 15 años de la joven democracia rusa varios grupos separatistas han optado por secuestrar a civiles para alcanzar sus objetivos. Los guerrilleros chechenos han dado los ejemplos más representativos de esta infructuosa estrategia terrorista.
El 28 de junio de 1994 tres terroristas secuestraron en Mineralnie Vodi un autobús con 34 pasajeros que se dirigía a Mozdok, en Osetia del Norte. Los terroristas fueron apresados al día siguiente cerca de la ciudad de Braguny, en Chechenia, sin que ninguno de los rehenes fuera herido.
El 28 de julio de 1994 otros tres chechenos hicieron prisioneros a 41 pasajerosde un autobús que hacía la ruta Piatigorsk-Sovetski, en Stávropol, y exigieron como rescate 15 millones de dólares. Cuando el autobús llegó al aeropuerto de la vecina Mineralnie Vodi, los terroristas pidieron un avión y los rehenes fueron obligados a embarcarse, aunque el aparato quedó en la pista. Un día después, las fuerzas del orden asaltaron el avión, pero los chechenos tiraron una granada e hirieron a 19 rehenes, cinco de los cuales murieron posteriormente. Los secuestradores fueron apresados.
El 14 de junio de 1995 tuvo lugar el primero de los tres mayores secuestros en la historia rusa. Un comando de alrededor de 100 combatientes chechenos, encabezado por el caudillo Shamil Basáyev –el mismo que en 2004 se responsabilizó de la muerte del presidente chechenio Ajmad Kadírov-, ocupó unos edificios en Budiónovsk, una pequeña ciudad rusa, incluido el hospital local. Los secuestradores de casi 2.000 personas pretendían que se pusiera fin a la guerra en Chechenia. Hubo 130 víctimas mortales entre los civiles, 18 bajas militares, 18 de la policía y más de 400 heridos. Seis días después, el comando guerrillero regresó a Chechenia con un centenar de rehenes voluntarios, a los que puso en libertad en el poblado de Zandak antes de adentrarse en las montañas.
El 9 de enero de 1996 ocurrió una de las tomas de rehenes más graves. Unos 200 guerrilleros chechenos, liderados por Salmán Radúyev, asaltaron la ciudad daguestaní de Kizliar y se atrincheraron en el hospital con varios miles de rehenes. Al día siguiente, y con más de 200 rehenes, el comando partió hacia Chechenia pero las fuerzas rusas lo bloquearon en el poblado de Pervomáiskoye. Una semana después, Rusia bombardeó y arrasó Pervomáiskoye durante tres días, provocando 78 muertos y decenas de heridos, pero parte del comando logró huir llevándose a 45 rehenes hasta Chechenia, donde los liberó al cabo de siete días tras negociaciones con jefes tribales del Cáucaso.
El 16 de enero de 1996 una quincena de turcos prochechenos secuestró el barco de bandera panameña ‘Avrasia’ en el puerto turco de Trabzón, en el mar Negro, con más de 200 personas a bordo, la mayoría rusos y ucranianos, y amenazó con volarlo si Moscú no deja salir a los guerrilleros chechenos cercados en Pervomáiskoye. Los secuestradores se rindieron tres días más tarde. Hubo un muerto.
El 22 de abril de 2001 un grupo de 13 militantes prochechenos secuestró a decenas de huéspedes de un hotel de lujo de Estambul. Al cabo de casi 12 horas y tras entrevistarse con el ministro del Interior, Saadettin Tantan, los militantes entregaron sus armas a la Policía y salieron sin ofrecer resistencia. No hubo heridos. Según el presidente de la Asociación del Cáucaso, Vehbi Cetintas, los secuestradores pretendían llamar la atención sobre el asesinato de chechenos por las fuerzas rusas en la guerra en esa república.
El 31 de julio de 2001, cerca del aeropuerto de Mineralnie Vodi, en la región de Stávropol, vecina de Chechenia, un guerrillero checheno secuestró un autobús con 40 pasajeros y durante el día liberó a una docena de ellos. Exigía la libertad para cinco militantes chechenos encarcelados. Al cabo de 13 horas, y en una operación relámpago, fuerzas antiterroristas rusas asaltaron el vehículo, mataron al secuestrador y liberaron a todos los pasajeros.
El 23 de octubre de 2002 en la capital rusa tuvo lugar el más trágico de los casos de secuestros armados de civiles. Un comando checheno integrado por 41 hombres y mujeres tomó como rehenes al millar de espectadores del musical ‘Nord-Ost’ en el teatro Dubrovka de Moscú. Armados hasta los dientes y pertrechados con gran cantidad de explosivos, los secuestradores exigieron el cese de la guerra en Chechenia, amenazando con volar el teatro. Tras varios intentos de negociación, el tercer día del secuestro, las fuerzas de seguridad lanzaron una operación de rescate en la que murieron no sólo los secuestradores, 32 hombres y 18 mujeres, sino también 129 rehenes, a consecuencia de un gas empleado en la acción.