Tema de seguridad domina la convención republicana de EE.UU.

RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
NUEVA YORK
La obsesión por la seguridad es un tema tan prominente en la Convención Republicana que ayer el senador demócrata Zell Miller cometió la herejía política de decirle a los delegados que jamás confiaría su propia familia a un presidente de su partido, sino al actual mandatario, George W. Bush.
»Mi familia es más importante que mi partido», dijo Miller, senador demócrata por Georgia, quien está siendo usado por la campaña Bush-Cheney para atraer a los votos indecisos. «El mundo no puede permitirse una América indecisa».
Miller, quien acompañó a Bush el viernes pasado a un acto en el Miami Arena, explicó ante la Convención Republicana que el cambio en su postura se debe al hecho de que su partido se ha apartado de uno de los dogmas tradicionales de la democracia estadounidenses.
»De tiempos en tiempos, delante de un gran peligro, los demócratas y republicanos han trabajado en conjunto para garantizar nuestra libertad», dijo Miller.
Sin embargo, «eso no sucede hoy día, cuando motivado más por política partidistas que por la seguridad nacional, los líderes demócratas están viendo a los Estados Unidos a una fuerza de ocupación y no de liberación [en Afganistán e Irak]«, dijo el senador, quien se retira definitivamente de la vida política en noviembre.
Miller cautivó a la audiencia con un estilo fresco y directo, al destacar las diferencias entre el Presidente y su rival John Kerry, asegurando que su colega demócrata »quiere luchar las guerras de ayer», mientras que Bush «cree que debemos luchar la guerra de hoy y estar preparados para los retos de mañana».
Sin embargo, según fuentes republicanas dijeron a El Nuevo Herald ayer, su descontento con su propio partido y el nombramiento de Kerry comenzó por la forma en que los demócratas comenzaron cuestionando el proceso de ir a la guerra.
»Miller cree que el partido demócrata debió siempre seguir al presidente, como lo ha hecho, por ejemplo, el ex presidente Bill Clinton, desde el día mismo del 11 de septiembre», dijo una estratega republicana.
Los demócratas, dijo Miller en su intervención, «no creen que hay un peligro en el mundo excepto el que proviene de la política exterior de Estados Unidos».
»Eso no es patriotismo», añadió el senador.
Con el discurso de ayer, Miller se ganó un lugar en la historia política como el único orador que ha dado uno de los discursos centrales en convenciones de ambos partidos. En 1992, pronunció uno de los principales discursos de la Convención Demócrata que postuló a Bill Clinton, y donde fue un duro crítico del ex presidente George H. W. Bush a raíz de la primera guerra del Golfo de 1991.
Mientras tanto, el presidente Bush llegó un día más temprano a Nueva York. pero no se dirigió a la convención y prefirió asistir a un evento en compañía de un batallón de bomberos en el barrio de Queens, donde presenció también el discurso de aceptación del vicepresidente Dick Cheney, quien ayer fue nombrado compañero de boleta de Bush por unanimidad.
Tanto el discurso de Miller como el de Cheney tuvieron como principal intención enfatizar el papel de Bush como líder en una guerra antiterrorista y garante de la seguridad de Estados Unidos y el mundo.
»En esta elección decidiremos quién conducirá a este país en los próximos cuatro años. Pero hay mucho más en cuestión que eso. Hay momento en la historia en que los líderes deben tomar decisiones fundamentales en cómo enfrentar los retos en el exterior y cómo mantener al pueblo americano más seguro», dijo el vicepresidente.
»Esta nación ha llegado a uno de esos momentos definitivos», añadió Cheney.
»Y en cuanto al papel de Estados Unidos en el mundo, las diferencias entre el senador Kerry y el presidente Bush no pueden ser más grandes y lo que está en juego para el país no puede ser más importante», dijo.
Por otro lado, el candidato republicano al senado federal, Mel Martínez se apareció ayer en el pleno de la convención, al cual se dirigirá esta noche, llegado directamente de la Florida con su victoria en las primarias aún fresca.
Martínez, entró al recinto con pasos firmes y la seguridad de quien atraviesa un buen momento, y fue recibido por la delegación de la Florida con fuertes abrazos.
El ex miembro del gabinete de Bush dijo que se reunirá estos días con su contendiente, Bill McCollum para »limar asperezas» y «trabajar en conjunto».
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