Una serie de expertos declararon esta semana ante un comité del congreso estadounidense que un ataque ciberterrorista es posible en cualquier momento [registro gratis]. Aunque lleva años agitando este espantajo, jamás se ha producido un incidente de ese tipo, y es poco probable que de producirse llegara a tener gran importancia ya que los sistemas críticos están protegidos. Pero este ‘coco’ se despierta de vez en cuando, con intenciones siempre espurias.
Los monstruos imaginarios tienen muchas ventajas, como sabe cualquier progenitor que haya tenido que dar de comer a un niño remiso. Su monstruosidad los hace abominables, y su condición de imaginarios los hace invulnerables, porque no se puede demostrar una negación. En estos tiempos de ‘conmigo-o-contra-mí’ es conveniente disponer de un puñado de monstruos imaginarios a mano, para usarlos como arma política y/o económica. El ciberterrorismo es uno de esos ‘cocos’, muy usado para exigir a voces el control de la Red por parte de algún gobierno, y para vender alarmantes libros.
Terroristas malos, se nos informa, ‘podrían teóricamente’ utilizar ordenadores para abrir compuertas de presas, desconectar sistemas de emergencia o liar el funcionamiento de una torre de control aeroportuaria. En la siguiente frase se cita a Al Qaeda, esos conocidos tecnófilos con base en esa potencia informática que es Afganistán, y en la tercera se habla del libro o del presupuesto de la agencia policial. Y ya tenemos una comisión de investigación parlamentaria en marcha, para elaborar un informe que asuste a unas cuantas viejecitas que ya desconfiaban de esas cosas modernas que usan sus nietos.
Habrá que repetirlo una vez más: ningún sistema de control de algo crítico, como una presa, transacciones bancarias internacionales, una central nuclear o un ordenador de tráfico aéreo está conectado a Internet. Y si lo está su diseñador debería ser despedido y luego juzgado por incompetente. Los sistemas en cuestión funcionan a través de redes propias apartadas de las redes convencionales lo más posible, y están diseñados por paranoicos para seguir funcionando en caso de lluvia, trueno, terremoto, corte de comunicaciones, ataque terrorista y muchas otras contingencias horripilantes.
Claro que es posible utilizar un ordenador para causar el caos, pero también es posible hacerlo con un cúter. Y no regulamos los cúter, ni escribimos libros sobre la amenaza del ‘cuterterrorismo’. De hecho son mucho más sencillos y crean más caos los métodos convencionales, como el camión o lancha bomba, el avión de pasajeros o el AK47. El ciberterrorismo es en este momento el penúltimo de nuestros problemas.
Artículo corregido el 29-2-2004, sustituyendo el incorrecto término ‘espúreas’ por el correcto ‘espurias’. Retiario lamenta de corazón este error, del que ha sido avisado por el lector ‘Andrés Pajares’. Que tiene toda la razón; ha sido un necio error.