Un incendio consumió los 20 pisos superiores de la torre Este de Parque Central, donde operaban los institutos de Aviación Civil, Tránsito y Transporte Terrestre y el Ministerio de Infraestructura. El siniestro comenzó aproximadamente en horas de la medianoche del sábado en la sede del Instituto Nacional de Aviación Civil. Su director, el coronel (Aviación) Giuseppe Yoffreda, indicó que allí estaban finalizando los trabajos de remodelación de todas las oficinas.
El ministro del Interior y Justicia, Jesse Chacón, afirmó que hubo pérdida total a partir del piso 34, donde funcionan oficinas del Ministerio de Infraestructura. Pese al cese parcial del fuego, Chacón señaló que fueron tomadas todas las medidas para resguardar las zonas aledañas ante los posibles daños que pudiese haber sufrido la estructura. Recomendó a la población que evite pasar por los alrededores de Parque Central, pues la vigilancia militar impedirá el acceso.
Felicitó a los bomberos y a los efectivos del resto de las instituciones que afrontaron este incendio.
Dijo que la causa no ha sido determinada:
“Lo importante es primero controlar el siniestro, posteriormente ver las causas y hacer un análisis de por qué no se pudo hacer el trabajo que debió hacerse en una situación como ésta”.
Dificultad para el acceso
Las causas del fuego serán precisadas luego de una investigación. No obstante, para el momento en que comenzaron las llamas se escucharon dos explosiones, aparentemente producidas por un cortocircuito en el lugar donde hacían las obras.
Más de 300 efectivos del Cuerpo de Bomberos Metropolitano, apoyados por funcionarios de los estados Vargas y Miranda, trabajaron en la extinción de las llamas. La labor se dificultó desde el comienzo, debido a que los accesos a los pisos afectados estaban cerrados con candados colocados para impedir el paso de delincuentes. El comandante de los bomberos metropolitanos, coronel Rodolfo Briceño, indicó que los sistemas de aspersores contra incendios no funcionaron, al igual que las llamadas “bombas de relevo”, ubicadas en las plantas 15 y 21. Esto impedía utilizar las mangueras de agua de 3 pulgadas y media.
Los apagafuegos se vieron obligados a subir las mangueras a pie desde la avenida Lecuna.
Más de 25 efectivos habían sido atendidos por presentar asfixia.
Briceño informó en horas de la tarde que, tras un arduo trabajo para combatir la carga calórica, se tomó la decisión de que los funcionarios solamente ampliarán el cerco de seguridad y la extinción del incendio dependiera del proceso natural de las llamas.
El cerco de seguridad está siendo custodiado por los bomberos junto con los efectivos de la Guardia Nacional y otros cuerpos de seguridad del Estado para evitar mayores riesgos. Se procedió a desalojar dos edificios residenciales del complejo mientras continuaba la labor de enfriamiento por parte de los helicópteros militares.
Briceño expresó que es muy difícil predecir si la estructura pueda desplomarse y explicó que ya han tenido colapsos de dos de las placas como consecuencia de la caída de la cerca en dos de los pisos 43 y 44.
“Ese edificio tiene una estructura metálica y está revestido de concreto, y la estructura metálica resiste mucho menos al efecto del fuego que la parte de concreto”, advirtió.
Aparte de los funcionarios afectados por la inhalación del humo, no fueron reportados daños a personas.
Títulos quemados
A las 10:00 am, el incendio había afectado los pisos 34 al 39, donde está ubicada una “macrolosa” de concreto revestida con material sintético que impide la propagación del fuego. A las 10:30 am, los bomberos reportaban el “colapso estructural” del piso 37. Las láminas que dividían cada planta, hechas con acero y el mismo revestimiento contra el fuego, estaban cediendo.
Al mediodía las llamas retomaron su fuerza y llegaron al piso 40.
Briceño explicó que el fuego continuó su ascenso a través de los ductos de ascensores y la fachada, en un proceso de “autoignición”. Los funcionarios bomberiles no podían llegar allí debido a las temperaturas que, según los cálculos del funcionario, superaban los 600 grados centígrados.
De allí en adelante los pisos superiores fueron afectados con una frecuencia aproximada de media hora cada uno. Los archivos del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre fueron presa de las llamas.
Muchos documentos salieron despedidos a través de las ventanas rotas y quedaron esparcidos en las avenidas Lecuna y Bolívar.
Aunque Eugenio Vásquez, director general del Ministerio de Infraestructura, advirtió que todavía no puede precisarse cuántos y qué documentos se destruyeron, extraoficialmente se supo que aproximadamente 3 millones de manuscritos, entre ellos títulos de propiedad de vehículos, se quemaron.
En todo caso, Vásquez aseguró que hoy las autoridades del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre ofrecerán una rueda de prensa para aclarar todo lo relacionado con el registro de carros y licencias. De todos modos “la gente no debe preocuparse porque tomaremos las previsiones del caso”, enfatizó.
El ministro de Infraestructura, Ramón Carrizález, anunció que hoy evaluarán los daños ocasionados por el siniestro. Indicó que los institutos autónomos de Aviación Civil y de Tránsito y Transporte Terrestre ya poseen sedes alternas en el este de Caracas, pero no su propio despacho.
Sin embargo, garantizó la reubicación en aproximadamente una semana de las 700 personas que laboran allí. Se informó que las actividades en el ministerio fueron suspendidas para hoy.
Llegan los militares
Al mediodía se presentó en el puesto de control el jefe del Comando Regional Nº 5 de la Guardia Nacional, general de brigada Luis Mota Domínguez. Manifestó que dos helicópteros Cougar de la Fuerza Aérea y un Bell 412 de la Dirección General Sectorial de Inteligencia y Prevención (Disip) colaborarían en la faena. La idea fue llevar el agua hasta la azotea en un tanque portátil de los utilizados contra incendios forestales, y desde allí inundar las plantas inferiores.
600 efectivos del Comando de Seguridad Urbana de la GN y de la 31 Brigada de Infantería del Ejército que custodian la zona despejaron los alrededores de la torre y agilizaron la circulación de vehículos en la autopista Francisco Fajardo, congestionada porque la gente detenía los carros para ver el incendio.
El general Mota Domínguez indicó que Protección Civil está preparando planes de contingencia en caso de que se tengan que habilitar refugios para estas personas.
Las torres de Parque Central fueron inauguradas en 1970. El ex comandante del extinto Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal ingeniero José Fernández recordó que desde entonces ellos advertían sobre el riesgo que corrían en esos despachos oficiales porque los sistemas contra incendios “nunca fueron concluidos”.
“La estructura del edificio es de concreto y muy sólida. Este no es un fuego que la pueda dañar. Pero las plantas que dividen los pisos sí pueden sufrir. Son de acero, se pueden estar pandeando y a lo mejor se caen. Pero eso no es un problema estructural. Este edificio lo inauguraron mal. No tenía equipos y no cuenta con permiso de habitabilidad”, afirmó.
Culpan a los bomberos
El presidente del Centro Simón Bolívar, ingeniero Juan Vicente Cabeza, responsabilizó a los bomberos metropolitanos de la propagación del incendio hasta la planta superior de la torre. A las 10:40 am, el funcionario afirmó haber estado en el lugar del siniestro “desde la madrugada”. Precisó que “desde un comienzo no se juntaron los esfuerzos”, pues los bomberos supuestamente le aseguraron que ellos solos podrían afrontar esta tarea.
“Este incendio, con un equipo coordinado, no hubiera durado dos horas”, comentó. En su criterio, la falta de sistemas contra fuego en las plantas más elevadas de la torre “no era un problema”, porque en bosques como Uverito, donde no disponen de esta tecnología, los fuegos también son combatidos con éxito.
Fallas en sistema de seguridad El alcalde del Distrito Metropolitano, Alfredo Peña, dejó claro que los problemas para sofocar las llamas fueron causados por fallas en los sistemas de seguridad del edificio:
“Lamentablemente, y así se lo hicimos saber al ministro Ramón Carrizález, los sistemas de seguridad de esa estructura no funcionaron.
Tampoco pudieron usarse las bombas de agua y los rociadores, y los hidrantes que deben existir en cada piso también fallaron”.
La acción de los bomberos fue considerada por Peña como heroica.
Los uniformados tuvieron que conectar las mangueras piso por piso para poder actuar. “En esta situación, el trabajo de los bomberos se hace increíblemente difícil; yo diría, además, que es heroico, porque estos efectivos que están allí no tienen seguro de vida ni cobertura de hospitalización ni cirugía”.
A las 10:00 pm las llamas estaban prácticamente extinguidas y los bomberos se retiraron. El ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, dijo que se nombrará una comisión interdisciplinaria para establecer las causas del siniestro y trabajar en la reconstrucción de la torre.