PAISLEY DODDS
Associated Press
SAN JUAN – Agentes del FBI presenciaron interrogatorios «altamente agresivos» y maltrato contra supuestos terroristas en la prisión de Guantánamo desde el 2002 – más de un año antes de que trascendiera el escándalo sobre los abusos en prisiones en Irak.
Asi lo revela una carta que un alto oficial del Departamento de Justicia envió al principal investigador criminal del Ejército estadounidense.
En la misiva obtenida por The Associated Press, el oficial del FBI comenta que el Pentágono no actuó ante las denuncias de la agencia federal respecto a los incidentes, entre los que figura una mujer que interrogaba a un detenido, a quien le agarró los genitales y le dobló los pulgares.
La carta describe, además, un incidente en el que otro prisionero fue amordazado con cinta adhesiva, y un tercero en el que utilizaron un perro para intimidar a un detenido, que luego fue aislado y presentaba señales de «trauma sicológico extremo».
Un oficial de la Marina dijo a un observador del FBI que algunos interrogatorios dejaron a los prisioneros «retorcidos en el piso en posición fetal y llorando de dolor», según la carta fechada el 14 de julio de 2004.
Thomas Harrington, un experto en antiterrorismo del FBI que dirigió un equipo de investigadores en Guantánamo, escribió la carta al general Donald J. Ryder, el capitán preboste general del ejército, que investiga los abusos en las prisiones administradas por Estados Unidos en Afganistán, Irak y Guantánamo.
Harrington sostuvo que funcionarios del FBI se quejaron del patrón de técnicas abusivas ante los máximos abogados del Departamento de Defensa en enero de 2003, y parecía que nada se había hecho al respecto.
A pesar de que se le aseguró a un veterano abogado del FBI que las «preocupaciones generales expresadas y el debate entre el FBI y el Departamento de Defensa sobre el trato dado a los detenidos era conocido por los oficiales del Pentágono, no tengo registro de que nuestras preocupaciones específicas, respecto a estas tres situaciones, fueran comunicadas al Departamento de Defensa para que tomaran la acción apropiada», escribió Harrington.
Harrington le señaló a Ryder que le escribía para darle seguimiento a una reunión que tuvo con él la semana anterior sobre el trato hacia los detenidos, y dijo que los tres casos demostraban «las técnicas de interrogación altamente agresivas que se emplean contra los detenidos en Guantánamo».
«Se los refiero a usted para la acción apropiada», escribió Harrington.
El brigadier general Jay Hood, actual jefe de la misión en Guantánamo, aseguró que los señalamientos sobre maltrato y abuso se han tomado con seriedad y se han investigado.
«Las acciones apropiadas se han tomado. Algunos alegatos aún están bajo investigación», indicó Hood a The Associated Press. «Una vez se completan las investigaciones, las reportamos inmediatamente».
Ninguna de las personas que se mencionan en la misiva permanecen en la base, dijo un portavoz de Guantánamo, pero no estuvo claro si se ha tomado alguna medida disciplinaria. La carta identificaba a los interrogadores sólo por sus apellidos y el rango, y mencionaba a un contratista civil.
El coronel Gerard Healy, un vocero del Ejército, confirmó la autenticidad de la carta del FBI, al igual que el propio FBI. Y dijo que la mujer que realizaba los interrogatorios – identificada en la carta solamente como la sargento Lacey – está bajo investigación, pero el Ejército no emitirá más comentarios ni la identificará completamente.
La milicia estadounidense sostiene que los prisioneros son tratados según lo dispone la Convención de Génova, que prohibe la violencia, tortura y trato humillante de los combatientes.
Pero al menos 10 incidentes de abuso han sido confirmados en Guantánamo, todos ocurridos en 2003 y este año.