ANNICK CHAPOY / AFP
PARIS
La mayoría de las regiones sísmicas están expuestas a réplicas que pueden llegar a 7.5 grados en la escala de Richter, advirtieron los expertos después del violento terremoto seguido de un maremoto registrado el domingo en el sudeste de Asia.
Ese sismo, que alcanzó una magnitud de 9 grados, fue el fenómeno »más violento» provocado por la colisión de dos placas tectónicas en las profundidades del océano Indico.
A partir de ahora, sin embargo, »es posible que ocurran réplicas tan fuertes que pueden representar verdaderas catástrofes en sí mismas», pronosticó Paul Taponnier, director del Laboratorio Técnico del Instituto de Física del Globo de París, en declaraciones a la AFP.
Para tener una idea de la capacidad de destrucción que tiene un temblor de 7.5 grados, hay que compararlo con los sismos de esa amplitud que afectaron la región mediterránea en los últimos cinco años (7.6 en Turquía y 7 en Argelia), recordó el científico.
Las réplicas, que ya comenzaron en el sudeste asiático, pueden proseguir de manera imprevisible durante horas, días o semanas: »Se trata de mecanismos extremadamente complejos que recién comenzamos a conocer», reconoció Taponnier.
El sismo del domingo fue particularmente devastador porque el epicentro, ubicado cerca de la isla indonesia de Sumatra, estaba muy cerca de la costa meridional de la India y de Sri Lanka. El maremoto que provocó fue menos perceptible en las costas orientales de Africa, ubicadas a mayor distancia.
El gran temblor de tierra de Lisboa (1755) fue seguido de un tsunami que atravesó el Atlántico hasta las Antillas, recordó Taponnier.
Esta vez, la interfase entre la placa India/Australia y la placa asiática –que interactúan como una falla invertida– se deslizó brutalmente »una decena de metros en apenas un minuto y medio», según el científico.
Se trató de un acontecimiento excepcional, equivalente a un sismo de 8.5 grados que se registró en 1861 en la vecina isla de Nias (noroeste de Sumatra).
Habitualmente, la placa india avanza a un ritmo de 60 a 50 milímetros por año en relación a la placa asiática que, a su vez, se desplaza 60 milímetros al sur y 50 al norte.
La ciencia tropieza aún con dificultades para medir con precisión el tipo de incidentes ocurrido el domingo en Sumatra.
India, que sólo dispone de un observatorio creado en Madras por los británicos en 1892, no registra equivalentes históricos del fenómeno ocurrido el domingo. Lo único relativamente similar es un »modesto tsunami en 1881», destacó Taponnier.
»Si bien por el momento no existe ningún método seguro para prevenir un sismo, hay posibilidades de alertar a una población sobre la llegada de una ola gigante», señaló.
»Las ondas sísmicas se desplazan a razón de 3.5 km/segundo (12,600 km/hora), es decir 10 veces más rápido que la onda del maremoto, una ola solitaria que se propaga a un ritmo relativamente lento de 1,000 km/hora, comparable a la velocidad de un avión», explicó Philippe Lognonne, del Instituto de Física del Globo de Saint-Maur, Francia.
En el caso del domingo pasado, sin embargo, el sistema no funcionó en Asia, simplemente porque esa región –extremadamente pobre– carece de redes de alerta.
Con el tiempo, otros sistemas permitirán anticipar los maremotos.
A través de sondeos en los niveles superiores de la atmósfera terrestre, los científicos comprobaron que ciertas oscilaciones de la ionosfera correspondían a ondas sísmicas.
»Trabajamos con medios de teledetección sobre un tsunami derivado de un reciente sismo en Perú. A largo plazo, procuramos alcanzar resultados globales para medir los tsunamis», explicó Philippe Lognonne.