Intentan retoma de comisaría ocupada por rebeldes en Perú

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LIMA
La Policía Nacional del Perú dio inició la recuperación de la comisaría de la ciudad de Andahuaylas, tomada por el movimiento ultranacionalista Etnocacerista el pasado 1ro de enero en una acción armada que dejó a cuatro policías muertos.
Agentes de la policía lanzaron gases lacrimógenos en las inmediaciones de la comisaría para proceder a la operación y recibieron disparos como respuesta.
Minutos antes el Ministerio del Interior había pedido a la población que residsía en las cercanías de la comisaría que evacúe temporalmente sus hogares para poder comenzar el desalojo.
El mayor retirado Antauro Humala, al frente de 150 seguidores armados, tomó el sábado pasado por la madrugada la comisaría, tras un enfrentamiento que dejó cuatro policías muertos.
El movimiento Etnocacerista liderado por el mayor retirado del ejército Humala, busca refundar Perú recurriendo a las raíces del imperio inca de Tahuantinsuyo, rechaza toda influencia extranjera y cultiva una agresiva retórica antichilena.
El movimiento étnico ultranacionalista sostiene en su ideología que para refundar la república de Perú se debe reivindicar al imperio incaico del siglo XV, favorecer la supremacía política de los indígenas y fusilar a corruptos o traidores, incluyendo »al generalato» peruano.
»A mí siempre me preguntan como repotenciar las fuerzas armadas, yo siempre dije que cuesta 60 soles (unos $18), lo que cuesta dos cacerinas para fusilar a todos los almirantes y generales. Así en dos días tenemos al Ejército operativo», sostiene Antauro Humala en el quincenario »Ollanta», vocero del grupo.
Para este movimiento, las principales premisas para una nueva república son la «renacionalización de todo lo extranjerizante, empezando por lo hilenizado, la pena de muerte y confiscación de bienes de los corruptos, revisar los procesos de privatización y fusilar a quienes hayan cometido actos de corrupción».
Su propuesta es pasar por las armas a los generales que integraron la red de corrupción que montó el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos en el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), procesamiento y expulsión de los inversionistas extranjeros.
Esa suerte de nacional-indigenismo, con fuerte tonalidad militarista y numerosos reservistas en sus filas, es alimentado por el descontento de jóvenes desocupados y poblaciones pobres de regiones andinas.
El movimiento adoptó la bandera inca y un estandarte rojo con un círculo blanco en cuyo centro figura una cruz inca negra (chakana), que colocado bajo un cóndor dorado recuerda por su composición los emblemas nazis.
El creador de la ideología Etnocacerista es Isaac Humala, padre de Antauro, que señala que el «etnonacionalismo postula que la raza cobriza (indígenas), por ser mayoría en el Perú, debería ser la que gobierne el Perú».
Humala señala que el movimiento aspira que «la gran patria tahuantinsuyana contemple Bolivia, Ecuador, Perú, norte de Chile y el noreste argentino».
Se rindieron
ANDAHUAYLAS, Perú – Un grupo nacionalista armado que mantenía tomada una comisaría de esta ciudad del sudeste peruano, se rindió el martes, poniendo fin a un crisis de cuatro días que dejó cuatro policías muertos.
Los rebeldes, vistiendo uniformes militares de camuflaje, salieron del local policial, formaron una fila, y colocaron sus armas en el suelo.
Luego, en medio de los vítores de la población, fueron conducidos para abordar tres autobuses estacionados al frente de la comisaría, mientras hacían con la mano una «v» en señal de victoria y cantaban el himno del ejército, según observó un fotógrafo de la AP.
La operación de entrega de armas estuvo a cargo del general de la policía, Félix Murazzo, quien encabezó las negociaciones con el grupo rebelde, luego del arresto de su líder el mayor retirado del ejército, Antauro Humala, el lunes en la noche.
Humala y su grupo, conformado por un centenar de ex soldados y reservistas del ejército, asaltó el sábado la comisaría de Andahuaylas, 443 kilómetros al sudeste de Lima, y tomó a policías como rehenes exigiendo la renuncia del presidente Alejandro Toledo.
Humala y sus seguidores exigían la renuncia de Toledo porque lo acusan de haber vendido Perú a los intereses de capitalistas chilenos.
Toledo, quien asumió la presidencia en el 2001 con 59% de aprobación, actualmente sólo cuenta con un 9% de apoyo popular, debido a escándalos de corrupción que involucran a sus familiares y allegados.
En una posterior emboscada, los rebeldes «humalistas» dieron muerte a cuatro efectivos, según las autoridades.
Humala fue trasladado el martes a Lima en un avión de la Fuerza Aérea.
El líder insurgente, que vestía un pantalón deportivo y una camiseta gris, sonreía mientras caminaba esposado hacia una camioneta de la policía para ser conducido al local de la Dinincri, la Dirección Nacional de la policía criminal.
Poco antes, el presidente Toledo, dirigiéndose a periodistas, comentó que se mantenía al tanto minuto a minuto de la operación policial que condujo a la rendición de los insurrectos.
«Aquí no habrá contemplación alguna, hemos hecho todo por evitar la pérdida de más vidas, pero el peso de la ley caerá», dijo el mandatario, tras la llegada a Lima de los cuerpos de los policías caídos.
Humala, líder del autodenominado «Movimiento Etnocacerista», fue arrestado el lunes con seis de sus seguidores, luego de fracasar las conversaciones para negociar su entrega.
En la comisaría ocupada quedó el resto sus hombres, que mantuvieron 17 rehenes, entre policías y soldados hasta rendirse.
En reemplazo de Humala, uno de sus seguidores, quien se hacía llamar solamente «capitán», había asumido la dirección del grupo, según contó el sacerdote Domingo Paliza, quien fungió inicialmente como mediador.
Paliza dijo el martes a la emisora CPN que el capitán y el general Murazzo venían negociando la rendición y entrega de armas.
Según el sacerdote, los seguidores de Humala querían entregarse pero exigían la presencia de la Cruz Roja Internacional como garantía. No se conoció de inmediato si la Cruz Roja intervino en la rendición.
«Ellos tienen temor de que una vez que se entreguen, ni más aparezcan (con vida), ese es su gran temor… Todos están pidiéndome a mí: ‘padre por favor, que respeten nuestras vidas'», relató Paliza.
Previamente a la rendición, en la comisaría, un grupo de «humalistas», portando sus armas, formó un cordón humano alrededor de la sede policial, mientras cientos de pobladores reunidos en las afueras les expresaban su respaldo, según observó el fotógrafo de la AP. No había presencia policial o militar cercana.
Unas horas después, la emisora Radioprogramas reportó una intensa balacera en un cerro aledaño donde se encontraban apostados francotiradores del ejército, quienes, según la versión radial, repelieron a pobladores adeptos a Humala que intentaron atacarlos.
Humala había ofrecido entregar las armas el lunes pero horas antes de la hora fijada, varió su decisión, alegando que el gobierno no había cumplido con las condiciones acordadas.
Se quejó de la hostilidad de las fuerzas de seguridad y denunció que éstas mataron a uno de sus seguidores e hirieron a otro, así como a dos civiles.
En la madrugada del martes, el jefe del gabinete, Carlos Ferrero, informó a la prensa que Humala acudió a la municipalidad el lunes en la noche, que había pretendido postergar la entrega de armas y sólo liberar a una parte de los rehenes.
Ello no fue aceptado, por lo que se le comunicó que quedaba detenido, frente a lo cual no opuso resistencia, según Ferrero.
El «Movimiento Etnocacerista», fundado por Humala, propugna la fundación de una «nueva república» basada en la fusión de ideas nacionalistas, herencia del imperio incaico, y la admiración por el mariscal peruano Andrés Avelino Cáceres, líder de la resistencia peruana en las serranías durante la guerra con Chile (1879-1883).
Humala, junto con su hermano, el teniente coronel Ollanta Humala, y un grupo de 50 seguidores se levantaron en armas en octubre del 2000, un mes antes de la caída del entonces presidente Alberto Fujimori. Antauro Humala había sido pasado a retiro tres años antes.

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