Carlos Prieto.
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El año pasado, en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, se robaron 26.660 autos menos que en 2003. La baja en ese delito fue de 37,8%, lo que da un promedio de 73 unidades menos robadas cada día.
El descenso más notable se registró en el Gran Buenos Aires. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Seguridad provincial, en 2003 se habían robado 52.350 autos (143,5 por día), mientras que el año pasado fueron 30.930 (84,5 por día), una disminución del 40,9%.
En la Capital Federal, según las cifras del SURC (Sistema Unificado de Registros Criminales) se pasó de 18.152 robos en 2003 (49,7 diarios), a 12.912 el año pasado (35,2 diarios). Así, en toda la región metropolitana la cifra bajó de 70.502 autos en 2003 a 43.842 en 2004.
La tendencia que registran los números oficiales coincide con las estadísticas que elabora el CESVI (Centro de Experimentación y Seguridad Vial) para la Asociación de Compañías Aseguradoras. La entidad (que toma en cuenta los robos denunciados en las compañías más grandes del mercado) registró en el período Enero-Octubre de 2004 un 38,3% menos de robos de autos en Capital y GBA respecto de los diez primeros meses de 2003.
Según el CESVI, en ese período la baja fue del 45% en el GBA y del 20,8% en Capital. Las dos zonas sumaron el 81% del total de robos de autos en el país (28% en Capital, 53% en el GBA).
Los números indican que la tasa es inferior a la de 2001, cuando la cantidad de robos fue similar a la de 2003. La caída es más marcada con respecto a 2002, cuando la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires sumaron 104.837 autos robados. El año pasado, los dos distritos, acumularon 50.056 (-52,3%).
Según Norberto Cipollatti, gerente de Marketing de Sancor Seguros, «los tasas de robo de 2004 fueron similares a las de México, España o Italia, aunque siguen siendo entre 60 y 80 por ciento más altas que las de países como Inglaterra o Alemania»
Las autoridades y las aseguradoras coinciden en señalar que el primer paso clave para lograr un descenso de este delito fue la campaña contra los desarmaderos clandestinos iniciada a mediados de 2003.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad Interior destacaron «la continuidad que hubo desde entonces en esas medidas», y también la importancia de la llamada Ley de Decomiso (sancionada a fines de 2003) que autoriza el secuestro de mercaderías obtenidas ilícitamente y el decomiso en los locales que las ofrecen.
Según Roberto Vázquez, subsecretario de Información para la Prevención del Delito bonaerense, en 2004 «fue fundamental conseguir una mejoría en el trabajo de inteligencia. Los responsables del Ministerio de Seguridad y los jefes policiales departamentales se reúnen mensualmente y analizan los datos que surgen de los Mapas del Delito y de Inteligencia Criminal. Así se evalúa la evolución de los distintos delitos y, además, el jefe de la Departamental sabe que su tarea está siendo monitoreada».
Vázquez señala que «con la información de los Mapas se detectan las zonas donde más se repite un delito (en este caso, el robo de autos) y se determina, por ejemplo, dónde pueden ser más eficaces los controles callejeros que incluyan verificación de números de chasis y motor».
En la Capital, según el jefe de Robos y Hurtos de la Federal, Norberto Gabilán, «es fundamental el control en la zona de Warnes; por orden de la Jefatura de Policía hay un agente por esquina permanentemente, y hacemos conjuntos con inspectores de la AFIP y de la Ciudad; así para una banda es difícil colocar repuestos robados». En los operativos también actúa personal de Asuntos Internos para controlar el trabajo de los policías.
Desde las aseguradoras reconocen que la persecución a los desarmaderos clandestinos fue un acierto, pero advierten que no solucionó todos los problemas. «Hubo un corrimiento de algunas bandas, y en ciudades del Interior como Córdoba y Rosario aumentaron las denuncias de robos, al menos entre nuestros asegurados», afirma Cipollatti.
Por su parte José María Iglesias, gerente de Operaciones de San Cristóbal, agrega que «en nuestro caso, el descenso de los robos está también relacionado con la implementación más intensiva del rastreo satelital; de todos modos, el descenso no implica que estemos en niveles deseables, la frecuencia de robo es aún elevada».
Vázquez admite que en algunas Departamentales policiales bonaerenses los robos aumentaron (Dolores, Pergamino, Junín), y acepta que «este delito tiene que seguir bajando en 2005». Algo similar opina Gabilán: «Hay que seguir con la presión; en cuanto nos relajemos, los robos vuelven a aumentar».
Habrá bajas en los seguros?
Según la revista Temas del Consumidor, entre julio de 2003 y junio de 2004 el precio de los seguros bajó un 4% promedio. ¿Continuará la tendencia al bajar los robos? «La cobertura por robo es sólo un componente de la tarifa y en nuestro caso, al tener muchos clientes en el Interior, no es un factor importante; la menor cantidad de robos no impactará en nuestras tarifas», asegura José María Iglesias, de San Cristóbal.
Norberto Cipollatti, de Sancor, dice que «para fijar los precios hay que analizar tendencias de largo plazo. La empresa ya bajó las pólizas en ciertas zonas del Interior; si los robos siguen bajando, a mediados de año pueden descender los precios en la región metropolitana, pero en los costos hay que tener en cuenta otros factores, como la responsabilidad civil»
Control
Eduardo Parise
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A excepción de los hechos donde lo pasional prima por sobre otras cuestiones, el delito siempre está vinculado con operaciones que «sirven» para producir dinero, aunque éste no sea limpio. En el robo de autos, un área clave es la venta de repuestos conseguidos en forma ilícita. Por eso, que a mediados de 2003 se haya empezado a cortar la cadena de desarmaderos donde se vende ese producto ilegal, parece haber resultado un elemento fundamental: si los que «comercializan» esa mercadería no la compran, los que roban se quedan sin «mercado». Pero eso no fue lo único: no sólo se controló a quienes compran y venden. Según la Policía también hubo controles para quienes deben controlar.
Muchas muertes
El robo de autos es conside- rado uno de los delitos más violentos. Según un informe de 2003 del Gobierno bonaerense, el 40% de los homicidios ocurridos en la Provincia tenían lugar durante asaltos a conductores.