Enrique Salinas era acosado por acreedores

David Aponte
El Universal online
Ciudad de México
Lunes 24 de enero de 2005
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Expediente Salinas
Las deudas y acreedores formaban parte de la cotidianidad de Enrique Salinas de Gortari, asesinado el 5 de diciembre. El hermano del ex presidente de México tenía compromisos millonarios en dólares y también acreedores importantes, desde sus hermanos Carlos y Raúl hasta empresarios importantes como Roberto González Barrera y Enrique Regules Uriegas.
Además, había hecho la promesa de entregar entre 2 y 3 millones de dólares a sus hijos Mónica Regina, María Carolina y Juan Enrique Adrián, para crear un fideicomiso, de acuerdo con datos internos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México.
Unas semanas antes de su muerte, a principios de noviembre de 2004, Enrique visitó a Raúl en el penal de Santiaguito, donde el hermano mayor de los Salinas de Gortari está recluido. El detenido le exigió el pago de 2 millones de dólares y que cubriera la deuda a su amigo Regules Uriegas por un millón de dólares, según las versiones de esa institución local.
Este es el historial financiero, el entorno de deudas de la víctima, integrado con reportes de la Procuraduría mexiquense: Enrique intentó participar de un contrato con la paraestatal Petróleos Mexicanos con José Ricardo Hernández, conocido como JR , que además renta una propiedad contigua a la de la víctima, propiedad de Raúl, en la delegación Coyoacán. La víctima pretendió hacer este negocio con la intermediación del empresario regiomontano Javier Garza Calderón, El Manitas .
El contrato para el megaproyecto El Fénix se vino abajo con la salida de Raúl Muñoz Leos de la dirección de la paraestatal. Sin embargo, Enrique solicitó un préstamo de un millón de dólares a Enrique Regules Uriegas, un empresario de Nuevo León que tiene una relación cercana con Carlos Salinas de Gortari.
Enrique solamente habría pagado la mitad del adeudo a Regules Uriegas, pero adquirió otro por millón y medio de dólares con el empresario Roberto González Barrera, propietario del Grupo Maseca (Gruma), que lo invitó a participar en un proyecto para la construcción de vivienda en el estado de Veracruz, con su socio Carlos de la Mora.
«El viernes 3 de diciembre, dos días antes del asesinato, Enrique escuchó un concierto en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM en compañía de su amigo Mario Alberto Giordano y del propio De la Mora, su socio en el proyecto inmobiliario de Veracruz».
Sin embargo, Enrique tenía deudas añejas con sus hermanos Carlos, ex presidente de México, y el ingeniero Raúl: «Existen declaraciones en el sentido de que en meses recientes Carlos le cobró a Enrique una deuda de un millón y medio de dólares, que el ahora occiso nunca reconoció.
«Se sabe además que Enrique visitó a Raúl en el penal de Santiaguito 10 días antes de su muerte (Raúl declaró ante el agente del Ministerio Público del estado de México que la visita tuvo lugar a principios de noviembre). El resultado de la reunión fue un altercado, pues el mayor le habría cobrado 2 millones de dólares y exigió que cubriera la deuda que tenía con Enrique Regules (quien, de acuerdo con las versiones de la Procuraduría estatal, es amigo cercano de Carlos Salinas de Gortari)».
Las autoridades suizas establecieron en 1996 el entramado de las relaciones financieras entre Raúl y Enrique, como resultado de las investigaciones sobre la procedencia de unos 120 millones de dólares que el hermano mayor de los Salinas movió en bancos europeos.
Enrique y su ex esposa Adriana Leonor Lagarde Lozano hicieron algunos movimientos financieros en bancos franceses y suizos con cuatro cuentas que sumaron 7 millones 600 mil dólares, que fueron liberados por el juez Paul Perraudin desde 2002.
Independientemente de las deudas adquiridas con empresarios y sus hermanos mayores, Enrique había hecho el compromiso de entregar entre 2 y 3 millones de dólares a su ex esposa Adriana Leonor para la apertura de un fideicomiso a favor de sus hijos Mónica Regina, María Carolina y Juan Enrique Adrián.
Solamente entregó 400 mil dólares a Lagarde Lozano; un millón 900 mil dólares ingresaron al sistema financiero mexicano y se desconoce el destino del resto de los 7.6 millones de dólares. Enrique tampoco cumplió con un acuerdo de divorcio y ella lo demandó.
«La situación de mayor apremio para Enrique es que su ex esposa había solicitado a un juez obligarlo a liquidar los adeudos de seis años de pensión alimenticia. Ambos estaban en pláticas y debían saldar cuentas el 11 de enero, según convinieron el pasado 11 de noviembre».
Enrique Salinas empleaba los servicios del abogado Mariano Flores Arciniega en este proceso legal, quien ahora es «pieza clave» en las investigaciones ante la sospecha del procurador mexiquense Alfonso Navarrete de que él conocía de la extorsión a la que estaban sometiendo a Salinas y a los posibles autores materiales del homicidio.

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