Mexicanos cambian sus hábitos por la delincuencia

Redacción
El Universal online
Ciudad de México
Lunes 24 de enero de 2005
El problema de la inseguridad pública continúa impactando a los habitantes de la República Mexicana, según se desprende de la cuarta encuesta sobre inseguridad del periódico EL UNIVERSAL.
Los entrevistados declararon que hablan muy frecuentemente del tema y con más frecuencia que en las dos encuestas previas, realizadas en agosto de 2003 y junio de 2004. También 22 por ciento , el porcentaje más alto desde que se inició la serie, declaró que él o ella o algún miembro de su familia fue víctima de algún delito. La calificación a la inseguridad en el lugar en el que viven quedó sin cambios en relación con junio de 2004. Los entrevistados sostuvieron que la inseguridad ha aumentado en donde viven en 34 por ciento , que es el porcentaje más bajo en dos años. Esto sería un indicador positivo, pero quienes en la misma pregunta afirmaron que el problema ha disminuido se mantiene igual, es decir, que en realidad lo que ocurrió fue un aumentó en el número de personas que prefirieron no contestar.
Existe un indicador que muestra mejoría respecto de las mediciones previas: menos entrevistados creen que la probabilidad de ser víctimas de un delito es alta. Es decir, ven deteriorarse la inseguridad en el país, pero creen que no les afectará a ellos directamente.
¿Qué factores incidieron en la percepción sobre el deterioro de la inseguridad pública? Al preguntar sobre delitos concretos, los entrevistados afirmaron que en sus lugares de residencia la venta de drogas, robo en domicilios y comercios ocurren frecuentemente. En pregunta abierta, los entrevistados declararon que el robo, sea en vía pública, domicilios, autos o comercios es el delito del que han sido víctimas en mayor medida. Pero al igual que en las encuestas anteriores, la mayor parte (53 por ciento ) no presentó denuncia. ¿Por qué? Por la sensación de que no se resuelve nada, falta de tiempo, temor a represalias o no saber cómo hacerlo.
La inseguridad modifica nuestra vida cotidiana. En esta ocasión, más que en ninguna encuesta previa, los entrevistados declararon que han dejado de hacer actividades por temor a ser víctimas de algún delito.
En la evaluación sobre frecuencia de delitos, el secuestro, que en mediciones previas se encontraba entre las primeras menciones, en esta ocasión está en el último lugar, es decir, afecta directamente a menos proporción de la población.
Los entrevistados consideraron que la manera más eficaz de combatir el problema sería la creación de empleos o aumentar la seguridad.
También se mencionaron castigos más severos o pena de muerte. Al preguntar si consideran que castigos más severos ayudarían a reducir el número de secuestros, 80 por ciento afirmaron que sí.
Este porcentaje es muy significativo, pero menor que en la encuesta de junio de 2004. Por último, persiste la percepción de que entre los policías, jueces, empleados bancarios y familiares de los secuestrados hay cómplices de los secuestradores.
(Carlos Ordóñez)

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