Cali se convirtió en la capital más violenta entre las tres principales ciudades del país durante el 2004, reportó la directora de Cisalva, María Isabel Gutiérrez.
El balance epidemiológico entregado por el Centro de Investigaciones en Violencia y Salud, Cisalva, da cuenta que en la capital del Valle ocurrieron el año pasado 2.160 homicidios, un promedio de 6 diarios.
Con ese resultado, Cali casi que duplicó la criminalidad de Medellín en el mismo periodo que registró 1.175 muertes violentas, y superó con creces el resultado de Bogotá, que teniendo tres veces más la población caleña presentó 1.316 homicidios.
Los resultados muestran que en esta capital se produjo un homicidio cada cuatro horas y que el medio más utilizado para su comisión es el arma de fuego en el 88,1% de los casos.
Incluso, se presentaron 33 homicidios por `balas perdida´, lo que deja una preocupante cantidad de víctimas ajenas a las situaciones específicas de conflicto.
No obstante, “estas son muertes intencionales porque quien dispara un arma tiene intención de matar”, anota la directora de Cisalva.
Sobre el balance general de la criminalidad, Gutiérrez precisó que en Cali durante el año pasado hubo un aumento de 42 homicidios frente al resultado del 2003, pese a que en los últimos meses se revertió la tendencia creciente de la violencia que empezó alta en el 2004.
Así, la tasa de homicidios calculada para esta ciudad es de 91,2 casos por cada cien mi habitantes, una de las más altas del país.
La experta anotó que el comportamiento de los homicidios en el tiempo muestra que en los últimos tres años la tasa se ha sostenido en ese nivel, pese a las campañas implementadas en la ciudad para el control de la mortalidad por causas externas.
Las víctimas. Según Cisalva, la mayoría de quienes perdieron la vida fueron hombres entre los 20 y 29 años, la edad más productiva de las personas.
Las principales víctimas fueron comerciantes, seguidos por desempleados y obreros. Empero, el rubro de ‘otros oficios’, que generalmente se refiere a empleados informales, registra más de 500 homicidios.
La variable de `antecedentes de la víctima´ muestra, a su vez, que la mayoría de los occisos son delincuentes reconocidos, integrantes de pandillas y drogadictos.
Con respecto al 2003 las muertes de pandilleros han aumentado en más de 200 casos y 50 en cuanto a delincuentes reconocidos.
El 33% de los homicidios ocurridos el año pasado obedeció a `venganzas personales´, las cuales, sin embargo, descendieron en un 5% frente al 2003.
Estos casos, según Cisalva, tienen estrecha relación con la intolerancia y el irrespeto por la vida.
Otros móviles de homicidios son, en su orden, el hurto, las pandillas, la intolerancia social y el ajuste de cuentas.
Otras características. En cuanto a la modalidad de los crímenes en los cuales se logró identificar el agresor (sólo 1.008 del total), el sicariato fue el responsable de 452 casos. Esta modalidad presenta un aumento significativo si se tiene en cuenta que en el 2003 hubo 103 muertes a manos de sicarios.
56 por ciento de los homicidios por hurto se cometen entre lunes y jueves, los días más laborales en la ciudad.
También son responsables de las muertes ocurridas, en su orden, las pandillas, la delincuencia común, el ciudadano común y algún amigo conocido de la víctima.
Para Cisalva es preocupante el grado de impunidad que hay aquí frente a la criminalidad. En el 2004 sólo 359 personas fueron detenidas por la comisión de los 2.160 crímenes, destaca el seguimiento epidemiológico.
De otro lado, el comportamiento de los homicidios en la ciudad durante el periodo estudiado se caracteriza por tener una mayor frecuencia durante los fines de semana, principalmente el día domingo, las horas de mayor ocurrencia de crímenes son entre las 6:00 p.m. y las 12:00 p.m. con 878 casos en el último año.
Más del 80% de los homicidios ocurrieron en la calle o vía pública, registrando una disminución de 394 casos frente al 2003. En cambio los casos ocurridos al interior de la residencia aumentaron en 120.
Recomendaciones. Finalmente, frente a este panorama Cisalva sostiene que “es urgente que la Administración ponga en marcha acciones intersectoriales e interinstitucionales que lleven a los ciudadanos caleños a recuperar el sentido de la vida como elemento fundamental para la convivencia”.
En ese mismo sentido se pronunció el director médico del Hospital Universitario del Valle, Laureano Quintero, quien sugirió que la Administración Municipal implante de nuevo a partir del próximo 10 de enero las medidas restrictivas sobre el horario de la rumba, consumo de alcohol, circulación nocturna de motos y de menores de edad.
En su criterio, estas medidas han dado resultado y no es prudente levantarlas porque se puede disparar la criminalidad.
El dato clave
Los hombres siguen poniendo la mayor cuota de víctimas. El año pasado 2.016 de los occisos fueron de sexo masculino y sólo 144 eran mujeres, lo que significa una relación de 14 a 1.
El balance comparativo
Los resultados de Cali son muy superiores a los de Bogotá y Medellín. La meta es bajar un 30% la criminalidad actual.
Frente a los logros que han obtenido ciudades como Bogotá y Medellín en materia de seguridad, los resultados de Cali son precarios y preocupantes.
Un resultado de más de dos mil muertes anuales es una verdadera masacre social, sostuvo el politólogo Alberto Ramos Garbiras.
En el 2004 en Cali se cometieron 2.160 homicidios; en Medellín, que tiene un número de habitantes similar, hubo 1.175 muertes violentas; y en Bogotá, con una población tres veces mayor, ocurrieron 1.316.
La tasa de homicidios por cada cien mil habitantes es significativamente mayor en Cali con 91,2, que en Medellín que registra 57 muertes violentas por la misma proporción de población y que Bogotá, donde se registran 23 homicidios por cada cien mil habitantes.
El caso de la capital de la República es el más significativo en materia de criminalidad. Esa ciudad ha avanzado sustancialmente, ya que las muertes violentas son cada vez menos pasando de 11 a 7 diarias en un lapso de 11 meses
“Hoy se podría decir que el riesgo de morir de manera violenta en Bogotá es un 15,8% menor que el de hace un año y el de ser víctima de un delito de impacto social un 9,5%”, señala el propio registro epidemiológico de la capital.
En Medellín el avance en este aspecto ha sido importante. La criminalidad en el último año se redujo en 23,71% al pasar de 1.540 homicidios en el 2003 a 1.175 casos en el año 2004.
La Alcaldía de Cali, por su parte dio a conocer que la meta este año es bajar la criminalidad en un 30%. Es decir, ubicar el alto índice de mortalidad en 60 por cada cien mil habitantes y, según el Plan de Desarrollo Municipal, bajar a 4 muertes violentas por día o, lo que es lo mismo, 1.460 durante el año.
Colombia – 1/7/2005
Fuente: El País