Secuestradores recubrieron con cal cadáver de Cecilia Cubas

El hallazgo del cadáver de Cecilia Cubas puso fin a un largo calvario para la familia del ex presidente paraguayo.
Los paraguayos piden esclarecer el asesinato de Cecilia Cubas.
Todo comenzó el 21 de septiembre de 2004, cuando un grupo armado logró secuestrar a la hija del ex mandatario Raúl Cubas en un operativo tipo comando.
Cecilia, una joven empresaria de 32 años, estaba entrenada en autodefensa y se resistió, chocando su camioneta varias veces contra el vehículo de sus secuestradores para poder escapar. No lo logró, a pesar de estar a pocas cuadras de su casa, a la que nunca pudo regresar.
Su cuerpo fue encontrado en una vivienda en la localidad de Ñemby, a unos treinta kilómetros de la capital, 148 días después. Se hallaba en avanzado estado de descomposición, debido a que había sido recubierto con cal viva.
Según el resultado preliminar de los forenses, llevaba muerta entre 30 y 60 días. No presentaba señales de violencia y se presume que murió por asfixia. Su boca y nariz estaban cubiertas por cinta de embalaje.
«Liberen a Cecilia»
Así llegaba a su fin la campaña que durante varios meses emprendieron todos los medios de comunicación y particulares, poco después del pago del rescate, estimado en US$800.000.
El mensaje ya no será «Liberen a Cecilia», sino «Justicia para Cecilia» y mayor seguridad para la ciudadanía
El mensaje era simple: liberen a Cecilia.
Todos los diarios publicaron la foto de Cecilia en su portada durante meses y los noticieros de la televisión comenzaban sus ediciones con un pedido para su liberación.
Las dramáticas exhortaciones del ex presidente Cubas y su esposa Mirtha Gusinski conmovieron a la opinión pública.
Miles de personas se reunían a rezar cada noche frente a la fastuosa pero ajada mansión de los Cubas.
¿Buen trabajo policial?
Tras el hallazgo del cadáver, algunos paraguayos expresaron sus dudas en las habilidades de la policía y la credibilidad de la fiscalía, que pocos días antes prometía estar cerca de la pista de la joven a la que presumía viva.
Tanto el ministro del Interior como el jefe de la policía han puesto sus cargos a disposición del presidente.
Pero el fiscal general Oscar Latorre se defendió señalando que, a pesar de las limitaciones, se había realizado una buena investigación, quizás la mejor de su tipo hasta el momento.
Cinco personas, entre ellos dos policías, están detenidas y a través de un meticuloso seguimiento de sus llamadas telefónicas se logró vincularlas con el caso.
El presidente Duarte (izq.) visitó a la familia Cubas, y prometió justicia.
Una de las hebras partió de la tarjeta telefónica utilizada para hacer las llamadas de pedido de rescate a la familia de la secuestrada, y llevó a los investigadores a establecer una posible conexión con jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
Los investigadores manejan la tesis de que Rodrigo Granda, conocido como el «canciller» del grupo guerrillero colombiano, quien recientemente fue la causa de un incidente diplomático entre Venezuela y Colombia, era presuntamente quien servía de guía al grupo de secuestradores paraguayos.
Esta hipótesis se desprende de mensajes de correo electrónico en clave interceptados por la fiscalía de Paraguay.
Preguntas
Tras el entierro de la hija del ex presidente, llegará el tiempo de responder a varios interrogantes que dejó la investigación.
Uno de los más llamativos fue el desplazamiento del sub comisario Merardo Palacios, que meses atrás había informado sobre movimientos sospechosos en la casa donde finalmente fue hallado el cadáver de la joven Cubas.
También las acusaciones contra miembros del partido político de izquierda revolucionaria Patria Libre, al que ya se vinculó con un secuestro anterior.
Dos de sus representantes, Juan Arrom y Anuncio Martí, se encuentran refugiados en Brasil y España luego de haber sido detenidos ilegalmente por la policía tras el plagio de María Edith Bordón de Debernardi años atrás.
Este viernes, un cordón humano despedirá los restos de la hija del ex presidente en una de las avenidas principales de Asunción, y por la tarde se prevé una concentración frente a la catedral capitalina.
El mensaje ya no será «Liberen a Cecilia», sino «Justicia para Cecilia» y mayor seguridad para la ciudadanía.

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