Investigación a e-mails reveló participación de Granda en secuestro de Cecilia Cubas

Desde hace cuatro meses en Paraguay no se habla de otra cosa diferente al secuestro de Cecilia Cubas Gusinky. No es para menos. La joven de 32 años era la hija del ex presidente de ese país, Raúl Cubas, y se convirtió en la tercera víctima oficial de secuestro en la última década en ese país.
Desde que fue raptada el 21 de septiembre del año pasado a pocos metros de la entrada de su casa en los suburbios de Asunción, no pasó un solo día sin que una noticia en torno a su rapto mojara titulares de prensa. También eran usuales las multitudinarias marchas por las calles de la capital y otras ciudades de Paraguay en donde, con carteles y consignas, la gente clamaba por su liberación.
El miércoles de la semana pasada, 135 días después de haber sido secuestrada, las autoridades encontraron el cuerpo de Cecilia sin vida. La noticia le dio la vuelta al mundo, enlutó a la sociedad paraguaya y generó un repudio nacional. No sólo por lo aberrante de las condiciones en que fue hallada sino porque se descubrió que detrás del secuestro estaban las manos de las Farc. ¿Cómo los tentáculos de una organización guerrillera colombiana terminaron metidos en este escandaloso secuestro?
EL ASESINATO
«Lamentablemente se trata de Cecilia Cubas», fue lo primero que dijo el fiscal general de Paraguay, Óscar Latorre durante una improvisada rueda de prensa en las afueras de la vivienda a 29 kilómetros de Asunción, en donde todavía yacía el cuerpo de la joven. Alrededor de las 10 de la noche llegaron hasta ese lugar varios de los ministros del gabinete y el propio presidente Nicanor Duarte en compañía de los padres de Cecilia. El escenario que encontraron no podía ser más escalofriante. Los secuestradores habían cavado un estrecho túnel bajo uno de los cuartos de la casa, al final del cual había un hueco de menos de dos metros de diámetro. Allí se encontraba el cuerpo desnudo de Cecilia en avanzado estado de descomposición. Según las primeros análisis de los forenses, la joven había muerto hacía por lo menos dos meses.
«No escaparán. Que sepan estos delincuentes que el pueblo está unido para hacerles frente», dijo al día siguiente el presidente Duarte durante un mensaje transmitido por televisión a todo el país. La noticia del hallazgo del cadáver desató una tormenta política en Paraguay. Para el viernes, día en que se realizó el funeral de Cecilia, el comandante de la Policía, comisario Carlos Zelaya, se vio obligado a renunciar. Y el presidente Duarte tuvo que salir públicamente a respaldar a su ministro del Interior, Nelson Mora, ya que los partidos de oposición e influyentes voces de la sociedad civil pedían su cabeza por considerar que le había dado un mal manejo al caso del secuestro. «No descansaré hasta extirpar este cáncer que hoy pretende instalarse en la sociedad paraguaya», dijo el presidente Duarte a los periodistas después del funeral de Cecilia y tildó a los secuestradores de «criminales que operaban bajo el ropaje de la política».
Con esta frase lacónica el mandatario respaldó y revivió las graves denuncias que al comienzo de la semana pasada había hecho el fiscal general Latorre sobre la participación de las Farc en este episodio. Durante una rueda de prensa del pasado lunes 14 de febrero el fiscal paraguayo afirmó que Ósmar Martínez, uno de los líderes del movimiento extrema izquierdista Patria Libre, quien fue detenido en enero y está señalado de ser uno de los responsables del secuestro de Cecilia, recibió instrucciones de las Farc para llevar adelante el plagio. «Martínez estaba en permanente contacto, vía correo electrónico, con Rodrigo Granda, considerado vocero internacional de las Farc; además durante el allanamiento a su domicilio encontramos que Martínez iba, no sabemos para qué a Venezuela, a través de Brasil», dijo el fiscal Latorre. «Tenemos confirmación de que las Farc asesoraban a Patria Libre y entrenaban a líderes paraguayos en Colombia», concluyó el funcionario en una concurrida rueda de prensa.
El ex presidente de Paraguay (izquierda) Raúl Cubas y sus familiares llevan el ataúd con los restos de su hija Cecilia. Una multitud de indignados y adoloridos ciudadanos los acompañó
Ósmar Martínez, dirigente del movimientos radical Patrial Libre, fue arrestado en enero de este años acusado por el secuestro de Cecilia Cubas
Las declaraciones del fiscal Latorre cayeron como un baldado de agua fría en Colombia. A pesar de toda la polémica que durante los últimos dos meses se desató por la captura de Rodrigo Granda, muy pocos sabían en el país que el mal llamado ‘canciller las Farc’ estaba vinculado con el secuestro de la hija del ex presidente de Paraguay. Mucho menos estaban enterados de las relaciones entre el grupo guerrillero colombiano y el polémico movimiento de extrema izquierda Patria Libre. Y aún más reveladoras fueron las declaraciones de Latorre en la conferencia de prensa donde dijo: «Hay grupos que se están capacitando y entrenando para hacer secuestros, pero esa capacitación no se limita a nuestro territorio sino que están enviando gente a Colombia para que sea entrenada por las Farc, no precisamente en ideología, sino para practicar secuestro y otros hechos delictuosos».
Para sustentar sus acusaciones, durante la rueda de prensa Latorre hizo una presentación en la que enseñó el cruce de correos electrónicos que le permitió a la justicia paraguaya establecer, entre otros, los vínculos de Granda con Ósmar Martínez (ver recuadro). Un día después de esas declaraciones, el martes, el fiscal general de Colombia, Luis Camilo Osorio, salió públicamente a respaldar al fiscal paraguayo. «Desde hace tiempo tenemos noticias de auxiliamiento de parte de organizaciones delictivas alzadas en armas de Colombia, Farc y ELN, en Paraguay. Habíamos visto cómo se ha encontrado material de propaganda de estas organizaciones delictivas», dijo el fiscal Osorio. Cuando habló ante los medios de comunicación, Osorio no dudó en ratificar los vínculos de las Farc con el caso del secuestro de Cecilia en Paraguay. Tenía razones para hacerlo. El Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía estuvo asesorando desde el comienzo del secuestro a los funcionarios paraguayos y fueron claves durante toda la investigación.
LA AYUDA
Cuando apenas habían pasado 12 días desde el secuestro de Cecilia Cubas, el fiscal Latorre llamó al fiscal Osorio y a la Dirección Antisecuestro de la Policía. Latorre ha afirmado que acudió a las autoridades colombianas porque son las mayores expertas en la investigación de secuestro en Latinoamérica, y en un país como Paraguay en donde el tema es poco conocido por las autoridades, la asesoría del CTI y el Gaula era invaluable. A comienzos de diciembre llegaron a Asunción un investigador del CTI y un oficial del Gaula. Para ese momento la familia de Cecilia Cubas ya le había pagado a los secuestradores 300.000 dólares por la liberación de su hija. La investigación del secuestro estaba estancada y no había indicios que condujeran a los autores del plagio.
Los investigadores colombianos comenzaron a guiar a los fiscales paraguayos en las pesquisas. Realizaron un dispendioso trabajo de cruce de números telefónicos que arrojó las primeras pistas sobre quiénes habían estado cerca de Cecilia Cubas en el momento de su secuestro. Uno de los nombres que salió a flote fue el de Ósmar Martínez, el hombre de Patria Libre, entre otros sospechosos.
El fiscal l de Paraguay, Óscar Latorre, le pidió asesoría a la Dirección Antisecuestro de de la Policía colombiana para adelantar la investigación por el secuestro de Cecila Cubas
Según la Fiscalía paraguaya, dos de las personas que aparecen en el video de entrenamiento de un secuestro, Carlos Espínola y Magna Meza, participaron en el secuestro de Cecilia Cubas
LOS CORREOS
Colombianos y paraguayos empezaron después una labor más compleja. Establecer cruces de correos electrónicos. Como primera medida, partieron del correo que los secuestradores le habían suministrado a la familia Cubas para comunicarse, [email protected]. Como lo reconocerían después los fiscales de los dos países, gracias a la ayuda de la empresa multinacional Microsoft (dueños del dominio) se confirmó también que la dirección [email protected] era la usada por Ósmar Martínez. Ésta dirección a su vez tenía desde hace dos años correos enviados a [email protected], que según las pruebas recolectadas por la Fiscalía colombiana es uno de los buzones utilizados por Rodrigo Granda.
Aunque algunos de los mensajes fueron revelados tanto en Colombia como en Paraguay, otros hacen parte de la reserva de la investigación.
SEMANA conoció algunos de los que no han sido publicados aún, como el que Granda le envía a Martínez el 30 de mayo del año pasado en el que le da instrucciones detalladas de cómo planear logística y operativamente un comando para efectuar un secuestro. Aunque ese correo tiene un lenguaje demasiado explícito, es una de las pruebas más fuertes para relacionar a Granda con el secuestro de Cecilia Cubas. Después de ese correo, el 12 de julio de 2004, Granda le envió a Raúl Reyes otro correo electrónico -no menos comprometedor- en donde con un lenguaje más cifrado le da a entender que todo estaría dispuesto para el secuestro de Cecilia. Ese mismo día, Ósmar Martínez aterrizó en Caracas para encontrarse con Granda, quien para ese momento vivía en esa ciudad. De allí en adelante las autoridades tienen más de 20 cruces de correos entre Granda, su hija, su sobrino, Ósmar Martínez y la familia de Cecilia Cubas. (Ver recuadro).
Para las autoridades de Colombia y Paraguay no existe duda de la participación de Granda en el secuestro de Cecilia Cubas. Los fiscales de los dos países tienen varias pruebas de mucho peso, como el cruce de correos electrónicos entre el ‘canciller de las Farc’ y Martínez, lo cual dejaría en evidencia que Granda efectivamente asesoró a los secuestradores para cometer el plagio. Está probado también que Granda y Martínez se conocen por lo menos desde agosto de 2000, cuando ambos coincidieron en Libia, en un congreso de organizaciones de izquierda. Por otro lado, el propio Martínez ha reconocido públicamente su amistad con el guerrillero y los vínculos del movimiento Patria Libre con las Farc.
EL VIDEO
Hasta este punto, la investigación sólo vinculaba a Granda con el secuestro de Cecilia Cubas, lo que para algunos no necesariamente quiere decir que las Farc, como organización, tengan relación directa con secuestros en Paraguay. Sin embargo hay un antecedente que puede ser considerado muy importante en la forma como las Farc están involucradas en el secuestro que conmocionó a Paraguay.
El 21 de noviembre de 2001 fue secuestrada en Asunción María Edith Bordón de Debernardi. El caso sacudió a la opinión pública no sólo por ser el primer caso de rapto conocido en el Paraguay, sino porque se trataba de la esposa de uno de los empresarios más importantes y poderosos de ese país. Después de 64 días de cautiverio y tras el pago de un rescate de un millón de dólares, la mujer fue liberada. A comienzos de 2002 la policía paraguaya arrestó a varios miembros del movimiento Patria Libre acusados de ser los responsables de ese plagio. Esas detenciones desencadenaron un escándalo internacional ya que, según los detenidos, habían sido torturados. La presión internacional por ese caso terminó costándoles la cabeza a varios funcionarios públicos, y las autoridades se vieron obligadas a dejar en libertad condicional a algunos de los acusados.
En junio de 2003 y como parte de las investigaciones por el secuestro de Bordón, las autoridades paraguayas realizaron varios allanamientos a viviendas de miembros del movimiento Patria Libre. Una de las casas allanadas fue la de Ósmar Martínez. En la vivienda los paraguayos encontraron gran cantidad de material propagandístico de las Farc, algunos uniformes y un video. La cinta contenía nada más y nada menos que el material didáctico para realizar un secuestro.
Dirigidos por una persona con acento colombiano, un grupo simula realizar un plagio. Aunque los movimientos que allí se efectúan coincidían con la forma como había sido secuestrada Edith Bordón, el video no tuvo mayor relevancia para las autoridades. Sin embargo, cobró importancia con el secuestro de Cecilia ya que el video sigue paso a paso el modus operandi que se realizó en la vida real (ver infografía). La semana pasada una fiscal antisecuestro paraguaya ordenó el arresto de dos de las personas que aparecen en esa cinta, Carlos Ramón Espínola González y Magna María Meza Martínez. «Hemos podido avanzar en el sentido de que se ha identificado a dos personas más del video. Una de ellas es la que aparece como conduciendo el móvil de los secuestradores en el simulacro», señaló el fiscal Latorre durante una rueda de prensa el jueves pasado. De acuerdo con las declaraciones del funcionario también se pudo identificar a la mujer que en el video actúa como supuesta víctima. «Se trata de Magna María Meza Martínez, hermana de Aldo Meza, detenido e imputado por su presunta participación en el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi», concluyó.
Cuando ocurrió el secuestro de Bordón en 2001, Aldo Meza, que aparece en el video aceptó los vínculos entre Patria Roja y las Farc. Ahora, según los testimonios de los vecinos de la casa en donde fue encontrado el cuerpo de Cecilia Cubas, otros dos de los protagonistas de la cinta, los señalados por la Fiscalía, fueron quienes cuidaron a la hija del ex presidente hasta finales del año pasado.
Aunque aún falta un fallo definitivo sobre el video, es claro que para la Fiscalía paraguaya, la cinta constituye una prueba adicional para afirmar que la participación de las Farc no sólo se ha limitado a los cruces de correos entre Granda y Martínez.
No es la primera vez que se tienen noticias de la participación de las Farc en secuestro por fuera de las fronteras colombianas. Ya ha sucedido con Venezuela, donde las víctimas han sido los ganaderos de ese país que tienen fincas en esos límites. También ha ocurrido en Ecuador, donde las autoridades han denunciado públicamente los secuestros y extorsiones de las Farc en su territorio. Sin embargo, el reciente caso de Paraguay, en donde esta vez la víctima fue la hija de un ex presidente y toda la sociedad se paralizó por su asesinato, muestra de manera contundente a la comunidad internacional que lo que se está exportando no es la ‘revolución’ sino el sofisticado brazo criminal de las Farc.

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